“No dejes nunca de pensar con él”. Nunca antes siete palabras habían tenido tanto significado como estas que el neuropsicólogo Álvaro Bilbao lanza a todos los padres en su cuenta de Instagram. Lo hace en un tiempo en el que los lenguajes de inteligencia artificial, como ChatGPT, han adquirido una gran importancia y un gran protagonismo en nuestro día a día.

Es común ver cómo le preguntamos cosas, esperando una respuesta profesional. Pero aún es más común ver cómo la falta de tiempo se apodera de una relación cada vez menos estrecha con los niños. Hoy en día, apenas tenemos tiempo como adultos para cubrir las necesidades emocionales de los niños y, cayendo en el error, intentamos suplir esa carencia con regalos físicos que los niños no recordarán cuando crezcan.
En un intento por hacer entender a las familias el valor de dedicar tiempo a las preguntas de nuestros hijos y por recordar que los niños necesitan reflexionar y pensar junto a sus padres, Álvaro Bilbao recuerda que los pequeños son más inteligentes que ChatGPT y explica los motivos desde una perspectiva tan psicológica como emocional. “ChatGPT es una herramienta genial, pero… tu hijo es más inteligente”, dice.
Los niños crean conexiones invisibles: la inteligencia artificial no
Esta es, quizás, la principal esperanza que nos queda para seguir siendo siempre mejores que la inteligencia artificial: los lenguajes automáticos no tienen emociones, ni empatizan con nosotros. Los niños, sin embargo, son los seres más emocionalmente capaces que conoces y así lo demuestra el experto.
“Los niños son especialistas en conectar con los demás”, recuerda en su post. “Desde que son bebés te sonríen o te agarran el pulgar y, a medida que crecen, te toman de la mano o te buscan para jugar”, prosigue. Dice que esas señales son un instinto de supervivencia esencial, pero que también lo hacen porque saben que conectar con sus padres es lo más especial que les puede pasar.
Los niños nos mandan señales cuando algo anda mal
A diferencia de ChatGPT, los niños se transforman cuando no se encuentran bien. Lo hacen a través del llanto y la rabia y, aunque a veces no podemos hacer mucho, si que podemos interesarnos por lo que pueda necesitar.

ChatGPT necesita muchos datos para aprender: los niños no
Expertos como Álvaro Bilbao nos recuerdan que los niños son como esponjas y que absorben cualquier aprendizaje e, incluso, descubre cosas por sí mismos.
“Aprenden de tus palabras, pero también de tus besos y de cómo les haces sentir. Basta con que les sonrías, que les ayudes, les metas prisa o les hables mal para aprender muchas cosas sobre ti y sobre la vida en general”, argumenta en el post.
ChatGPT resuelve problemas, pero los niños son más listos
“El pensamiento de un niño no es lineal”. Así que, si quieres imaginar y descubrir respuestas sorprendentes a grandes misterios de la vida, basta con mires las nubes un rato con ellos o que te sorprendas con ese regalo de cumpleaños tan especial que nadie te hará. “Valora su forma de pensar”, recuerda Bilbao en el post.
Los niños saben lo que te pasa, aunque no lo sepan expresar
Al contrario que ChatGPT, que solo ‘vomita’ un montón de respuestas automáticas que no entiende, los niños tienen gran sensibilidad emocional. “los niños intuyen en nuestro rostro, en nuestro tono de voz o en nuestra forma de hablar cosas sutiles que ni siquiera nosotros podemos explicar”, argumenta el experto neuropsicólogo.