Las rabietas son, a juzgar por la opinión de los psicólogos, uno de los motivos más frecuentes de consulta de los padres. No es de extrañar: ponen a prueba la paciencia de cualquier adulto y, aunque está claro que hay que entenderlas, a veces se hace muy cuesta arriba.

Sobre todo cuando esas rabietas son recurrentes en los más pequeños. Hay niños que, por su forma de ser o su personalidad, tienden más facilidad para estallar de rabia por motivos de lo más diversos. Motivos que a nosotros, como adultos, nos parece absurdos, pero que tenemos que comprender poniéndonos en la piel del pequeño.
Álvaro Bilbao, como otros muchos neuropsicólogos y psicólogos infantiles, entiende, tanto lo que acontece al cerebro del niño cuando sucede una rabieta, como la posición y el agobio que pueden suponer para los padres.
Así que, a raíz de una nueva consulta en la que unos padres de un niño de tres años y medio le piden ayuda para controlar las rabietas del peque, decidió escribir un cuento que ahora ha compartido con todos sus seguidores. Un cuento que tal y como él mismo cuenta, está destinado especialmente a esos niños que se sienten mal después de tener una rabieta: “Lo que más ayuda a un niño en etapa de rabietas es que sus padres aprendan a saber cómo actuar para darle calma”, afirma. “Si el niño lo pasa mal o se siente culpable, un cuento como este antes de dormir puede ayudarle a entender que no hizo nada malo”, continúa.

Lo más importante: reconectar nuestro amor con él
Estamos completamente de acuerdo con las palabras que lanza Álvaro Bilbao en su post: cuando una niña o un niño lo pasa mal después de una rabieta, es importante que reconecte con todo el amor de sus padres y que sus padres le ayuden a conseguirlo.
Y leer un cuento antes de dormir es un recurso perfecto para conseguirlo. Sobre todo, si el niño tiene rabietas recurrentes.
Cuento de Álvaro Bilbao para niños con rabietas
“A veces sientes enfado, solo tienes ganas de llorar, te sientes muy desdichado y no sabes cómo parar”. De esta forma tan dulce comienza el cuento escrito y compartido por el neuropsicólogo. “A veces no puedo consolarte, ni te consigo calmar, pero siempre tengo mis brazos, para cuando me puedas abrazar”, continúa. Un mensaje sencillo que transmitirá al niño que en nosotros puede encontrar una figura de apoyo siempre que lo necesite.
“No me asusta que te enfades; no me enfado yo contigo; mamá es capaz de esperarte hasta que te sientas más tranquilo. Solo necesitas tiempo para poder recibir cariño, papá y mamá te queremos, siempre eres un buen niño”, reflexiona. Este mensaje, muy en la línea del anterior, es otro claro mensaje de apoyo y protección para el pequeño. Un intento de seguir contribuyendo al apego con él.
“Todos sentimos enfado, todos sentimos rabia, todo se habrá olvidado cuando llegue la mañana. Duerme ahora, mi amor, duerme ahora, mi niño, yo estaré a tu lado por si te enfadas dormido”; por último, un breve recordatorio validando la rabieta del menor.
Es importante no recurrir a mensajes tipo “no te pongas así por esa tontería” o “no es para tanto”. Para ello, este cuento de Álvaro Bilbao es perfecto.