"Si vuelvo a ser mamá, espero poder repetir el parto en el agua”

Ana María Guerrero, lectrora de Ser Padres, dio a luz en la bañera de un hospital acondicionado para ello. Así fue su experiencia.
Madre y bebé, en el hospital
Madre y bebé, en el hospital (foto: R.G.) - Madre y bebé, en el hospital (foto: R.G.)

Cuando Irene, la ginecóloga que llevaba el embarazo de Ana María Guerrero, lectora de Ser Padres, le habló de la posibilidad de dar a luz en el agua, del que te hablamos si es recomendable aquí, no se lo pensó dos veces. “Soy monitora de natación y para mí el agua es el medio ideal”, aclara. Esta es la historia en primera persona de un parto en una bañera exitoso.

Ana María Guerrero, lectora de Ser Padres y monitora de natación, dio a luz a su bebé en el agua. En su caso, lo hizo en un hospital, utilizando una bañera adecuada para ello, pero también existe el parto en el ma, que tiene sus riesgos.

Una mujer con su bebé en la cama del hospital
Una mujer con su bebé en la cama del hospital (foto: R.G.)

Así relata Ana María Guerrero su experiencia personal en las páginas de la edición en papel de la revista Ser Padres:

“La gente me decía que era una locura, que no iba a aguantar sin epidural. Pero vaya si aguanté. Tuve un parto corto (de cinco horas) para ser primeriza y aunque fue doloroso, resultó una experiencia fantástica. Llegué al hospital a las seis de la tarde con unos dolores bastante considerables y entramos directamente a la sala con la bañera. Como solo había dilatado 2 cm, estuve fuera hasta que las contracciones se hicieron más fuertes, porque dicen que si entras demasiado rápido pueden pararse. Antes probé otras opciones que tiene el hospital para ayudarte a encontrar una postura lo más agradable posible: pelota gigante, fulares colgados del techo… Aunque yo me di cuenta de que me encontraba más a gusto de pie, flexionando un poco las piernas cuando venía una contracción.

Una vez que entré en el agua sentí un gran alivio, sobre todo en la parte lumbar. Me quedé con mi marido en un ambiente súper relajante: pusieron la música que había llevado para escuchar durante la dilatación y nos bajaron las luces. Así podía centrarme en respirar y escuchar lo que me pedía mi cuerpo. De vez en cuando metían en el agua un aparato que medía sobre mi tripa los latidos del corazón de la pequeña para que ver que todo iba bien”.

"Una vez que entré en el agua sentí un gran alivio"

En este punto, detenemos el testimonio de Ana María brevemente para puntualizar que “la auscultación del latido fetal se suele realizar cada 15 minutos en la fase de dilatación y cada 5 minutos en la fase del expulsivo, y que la pareja está acompañada en todo momento por una matrona y una auxiliar, pero el resto del equipo médico está al tanto de su evolución”, explica la matrona Elena Rivilla Lozano, trabajadora del hospital de Torrejón de Ardoz (Madrid), que ofrece a las futuras madre la posibilidad de llevar a cabo tanto la dilatación como el expulsivo en la bañera siempre que cumplan unos requisitos muy estrictos.

Pasadas unas horas, Ana María notó que sus contracciones eran más fuertes. Así relata cómo fue la fase final de su parto en el agua:

“La ginecóloga me anunció que comenzaba el expulsivo y decidí seguir en la bañera. Yo, que estaba en contra de la epidural, me reafirmé en ello porque pude sentir cada contracción y notar como la niña quería salir y verla hacerlo, ya que me pusieron un espejo delante. Para mí todo fueron ventajas: pude dar a luz sin epidural y además no me tuvieron que realizar episiotomía. Es una experiencia que espero poder repetir si vuelvo a ser mamá”.

Una mujer mira por la ventana mientras su bebé recién nacido duerme
Una mujer mira por la ventana mientras su bebé recién nacido duerme (foto: R.G.)

Requisitos para dar a luz en el agua

La matrona del hospital de Torrejón de Ardoz, Elena Rivilla, apunta cuáles son los requisitos o condiciones para poder realizar la inmersión en el agua que debe cumplir la futura madre:

  • Tener un embarazo y parto de bajo riesgo hasta el momento de la inmersión.
  • Ser una mujer sana sin antecedentes de enfermedades ni cesáreas previas (por el riesgo de rotura uterina).
  • Que el parto sea a término (no prematuro) y de un solo bebé colocado en posición cefálica.
  • Que el parto esté ya establecido, con contracciones regulares y una dilatación de al menos 4-6 cm.
  • Además, si surgen complicaciones se pedirá la salida de la mujer de la bañera. La inmersión en agua no es compatible con la analgesia epidural ni con la recogida de sangre de cordón.

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