El lugar donde duermen los niños debe, entre otras cosas, transmitirles seguridad, tanto desde el punto de vista físico como psíquico. A veces, ellos mismos eligen una zona de la cuna o de la cama, o si son mayores, un rincón de su cuarto donde dormir porque ahí se sienten más seguros.
Si a pesar de todo quiere seguir durmiendo bajo la cama, ¿por qué evitarlo si así se siente segura? Pon un colchón para que esté más cómoda y, al mismo tiempo, sigue resaltando las ventajas de dormir en la cama. En general estas son situaciones transitorias y si no insistimos revierten en poco tiempo.