Emily Blunt está de enhorabuena. Además de ser una de las actrices más cotizadas del momento la británica se encuentra embarazada de su segundo hijo junto al también actor Jason Krasinki. La intérprete, que anunció su estado hace apenas dos meses ha asegurado que está viviendo un embarazo fantástico, mucho mejor que el de su primera hija Hazel.
Muy volcada en su trabajo, por lo menos mientras su embarazo se lo permite, la británica acaba de estrenar filme, El Cazador, donde comparte protagonismo con Chris Hemsworth y Charlize Theron.
Tan ocupada la mantiene su profesión y el cuidado de su niña que asegura que no tiene mucho tiempo libre para tomarse el embarazo con la tranquilidad con la que se tomó el anterior, en el que dedicó mucho tiempo a hacer yoga, darse masajes, hacer terapias… Y es que a veces incluso se le olvida que está embarazada.
Para toda madre el primer embarazo es algo especial y siempre suelen tomarse las cosas con más calma. Sin embargo, cuando ya se tiene una niña pequeña en casa hay mucho trabajo que hacer y resulta muy difícil seguir su ritmo. La británica también se ha sincerado sobre las dificultades que encuentra para compaginar su profesión con su vida familiar porque al dedicarse su marido también al cine, los largos períodos de rodaje les obligan a pasar tiempo separados y para una niña pequeña que necesita estabilidad y una rutina esto es bastante complicado.
Pero su profesión no solo ha afectado a la intérprete a la hora de compaginar sus horarios con su vida personal. Ahora la actriz empieza a escoger con más cuidado los papeles que quiere interpretar porque para ella es muy importante lo que puedan ver en el futuro sus hijos. Además, aunque es muy joven todavía, hay ciertas cosas que ya no se siente cómoda haciendo, como desnudarse si no es necesario o dar vida a personajes violentos o racistas.