Las heridas son comunes en los niños debido a su constante actividad. Desde caídas hasta accidentes leves, cualquier herida puede infectarse si no se trata de forma correcta. Las infecciones en niños pueden evolucionar rápidamente debido a su sistema inmunológico inmaduro, haciendo que incluso una lesión menor pueda transformarse en un problema serio si no se atiende con rapidez.
Por ello, es vital que los padres sepan cómo manejar y tratar las heridas de sus hijos para evitar complicaciones. Las heridas infectadas pueden retrasar la cicatrización, generar fiebre o incluso derivar en infecciones sistémicas, como la septicemia. Dicha infección está definida por la OMS como algo que se produce cuando la respuesta del cuerpo a una infección lesiona sus propios tejidos u órganos. Pueden causar una septicemia las infecciones por bacterias, hongos, virus y parásitos.
Esto es algo importante a tener en cuenta cuando los pequeños de la casa tienen una herida, por lo tanto, para no llegar hasta el punto de una infección que se complique, vamos a darte una serie de consejos para evitarlo.
Síntomas de infección en heridas de niños
Identificar una herida infectada es el primer paso para brindar el tratamiento adecuado. Según la Dra. Nerea Sarrión, pediatra, "son signos que sugieren una infección cuando la herida está muy inflamada, caliente, con supuración, cuando aparece una costra amarillenta-color miel, o se acompaña de fiebre o malestar".
Es crucial reconocer los síntomas de infección a tiempo para evitar complicaciones. Por regla general, los signos más comunes incluyen:
- Enrojecimiento que se extiende más allá de la herida.
- Calor en la zona afectada, indicativo de inflamación.
- Dolor persistente y que empeora con el tiempo.
- Pus o líquido maloliente.
- Fiebre o sensación general de malestar.
La aparición de pus y el aumento de dolor son señales claras de que el cuerpo está luchando contra una infección bacteriana y hay que prestarle una especial atención. La Asociación Española de Pediatría señala que la fiebre o el dolor que no mejoran, son motivo de consulta médica inmediata. Así que no lo dudes dos veces, si se dan estos síntomas, lleva al niño al médico lo antes posible.

Prevención de infecciones en heridas infantiles
La prevención es clave para evitar que una herida se infecte. "Para prevenir que se infecte una herida, es importante que haya una buena higiene de la misma", dice la Dra. Sarrión. "Lavarse bien las manos, con uñas limpias y cortas, para evitar el rascado, y secar la herida con gasas estériles son medidas esenciales".
A continuación, os proporcionamos otros consejos importantes, como son:
- Lavar la herida inmediatamente después de la lesión.
- Cubrir la herida con un apósito para evitar el contacto con superficies sucias, esto puede ayudar a prevenir una infección.
- Evitar el uso de antisépticos como alcohol o yodo, ya que pueden irritar la piel sensible de los niños.
- Revisar la herida regularmente para asegurarse de que está sanando correctamente y no presenta signos de infección.

Cómo tratar las heridas infectadas en niños
Si a pesar de la prevención, no has podido evitar que la herida se infecte, es necesario conocer cómo tratar la herida infectada, puesto que el tratamiento de una herida infectada en un niño requiere un enfoque integral para evitar que la infección se agrave y garantizar una recuperación rápida y segura.
La AEP nos cuentan cómo curar las heridas a través de su apartado de salud. A continuación, te dejamos algunos pasos clave que los padres deben seguir:
1. Limpieza exhaustiva: La higiene adecuada es el primer paso esencial. La Dra. Sarrión recomienda "lavar la herida con agua y jabón neutro, secar con compresas o gasas estériles a toquecito y aplicar un antiséptico como la clorhexidina para desinfectar". Esta práctica asegura la eliminación de bacterias y reduce el riesgo de que la infección avance.
2. Desinfección adecuada: Una vez que la herida está limpia, aplicar un antiséptico es crucial. La clorhexidina es una de las opciones más recomendadas por sus propiedades antimicrobianas y su seguridad en niños. Mantener la herida cubierta con un apósito limpio y estéril también ayuda a protegerla de nuevas infecciones. "Puede mantenerse al aire para que seque, pero si es una zona de roce o hay riesgo de que el niño la toque, cubrir con una venda o tirita hasta que cicatrice", añade la pediatra.
3. Cubrir la herida con apósitos: Una vez desinfectada la herida, debe mantenerse cubierta con un apósito estéril que proteja la zona de posibles contaminaciones externas. Esto es especialmente importante en niños que están constantemente en movimiento o expuestos a ambientes sucios, como cuando juegan al aire libre. Los apósitos deben cambiarse al menos una vez al día o con mayor frecuencia si se ensucian o se mojan.
4. Observación de la evolución de la herida: Es importante vigilar la herida de cerca, observando si los síntomas de infección (como enrojecimiento, hinchazón o secreción purulenta) persisten o empeoran. Si la infección persiste, es necesario un tratamiento más fuerte. La Dra. Sarrión explica que "en caso de infección, el pediatra indicará un tratamiento antibiótico, generalmente en crema, aunque en caso de no respuesta o empeoramiento podrá indicar un antibiótico oral". Es importante no automedicar al niño y seguir siempre las indicaciones del médico.
Cuándo acudir al médico
En muchos casos, los padres pueden manejar una herida infectada en casa, pero hay situaciones en las que la intervención médica es imprescindible. La Dra. Sarrión aconseja que "ante una sospecha de infección, es necesario consultar a un médico, ya que requerirá de un tratamiento que debe ser pautado por un profesional sanitario. No es adecuado tomar medicamentos sin indicación médica".
Te mencionamos a continuación algunos síntomas que indican que es necesario acudir a la consulta lo antes posible:
- Fiebre alta o persistente.
- Enrojecimiento y calor que se extienden más allá de la herida.
- Dolor intenso que no mejora o empeora.
- Supuración persistente o presencia de pus.

Errores más comunes que cometen los padres en casa
Respecto a esto, la pediatra es clara: "los errores más repetidos son la utilización de un antiséptico como sustitutivo de un buen lavado (es fundamental un buen lavado con agua y jabón en primer lugar)".
Otra cosa que no se debe hacer es "pinchar las ampollas de las quemaduras, o utilizar cremas, ungüentos, pasta de dientes u otros productos caseros sobre las heridas", tal como nos cuenta la doctora Sarrión.
Y por último, cabe resaltar otro de los errores más comunes en estos casos, que es "el uso como antiséptico de povidona yodada, agua oxigenada, alcohol o derivados mercuriales, directamente sobre las heridas", indica Nerea.
En definitiva, el cuidado adecuado de las heridas en los niños es esencial para prevenir infecciones. Mantener una buena higiene, utilizar antisépticos de manera adecuada y saber cuándo acudir al médico puede marcar la diferencia entre una rápida recuperación y una complicación mayor.
La Formación en Atención Primaria Pediátrica (FAPap), proporciona información detallada sobre el manejo de heridas en la consulta de pediatría. Aunque muchas heridas pueden tratarse en casa, nunca se debe subestimar la importancia de una intervención médica a tiempo, especialmente cuando aparecen signos de infección. Como bien señala la Dra. Sarrión, "un buen lavado inicial y un seguimiento adecuado son esenciales para evitar complicaciones".