Una madre explica su experiencia dando el pecho a un bebé con frenillo: “Es posible”

Patricia Troyano es la madre de Sergi. Lectora de la revista Ser Padres, cuenta su experiencia al dar el pecho a su bebé con frenillo. “Es posible”, dice.
Retrato de un bebé con gorro
Retrato de un bebé con gorro (R.G.) - Retrato de un bebé con gorro

Patricia Troyano es la madre de Sergi. Lectora de la revista Ser Padres, esta mujer de Palma de Mallorca cuenta su experiencia al dar el pecho a su bebé con frenillo, uno de los principales problemas que pueden darse durante la lactancia materna. “Amamantar con frenillo es posible”, dice convencida en un artículo que compartimos íntegro a continuación.

Como te contamos en esta pieza acerca de los problemas que puede causar el frenillo lingual según la edad del niño, el frenillo lingual puede ocasionar dificultades y, a veces, algunos problemas en la crianza de tu bebé. Una de las posibles consecuencias es que sea más complicada la tarea de dar el pecho a niños y niñas pequeños.

Un bebé recién nacido (foto: R.G.)
Un bebé recién nacido (foto: R.G.)

Si no sabes cómo se detecta, uno de los síntomas compatibles con el frenillo lingual es que a tu bebé le cueste agarrarse al pecho. Aquí te contamos más sobre las posibles causas por las que tu bebé no se agarra al pecho. Otros síntomas compatibles son que no pueda sacar la lengua como las demás personas o que, cuando empiece a hablar, no sea capaz de pronunciar de manera adecuada alguna de las letras. 

En cualquier de estos casos, lo recomendable es consultar al especialista, empezando por el pediatra del peque, que te guiará y acompañará en este proceso. Te explicará mejor que nadie en que puede afectar el frenillo lingual de tu bebé.

Un bebé dormido (foto: R.G.)
Un bebé dormido (foto: R.G.)

Amamantar con frenillo: una experiencia personal

Dicho esto, el frenillo lingual no implica que sea imposible dar el pecho a un bebé que lo tenga. De hecho, hay muchas mujeres que han conseguido amamantar a sus hijos e hijas con frenillo lingual. 

Una de estas mujeres es Patricia Troyano, vecina de Palma de Mallorca y lectora de la revista Ser Padres, que comparte así su experiencia dando el pecho a su hijo Sergi: 

"Los primeros días con mi Sergi no fueron precisamente un cuento de hadas. Nos fuimos del hospital con un mal agarre que me provocó grietas en los pezones. Ni el ginecólogo ni el pediatra parecían estar dispuestos a ayudarme, pero como no quería tirar la toalla y dejar el pecho, busqué información en internet. Mi experiencia cambió por completo cuando una doula vino a casa y comprobó que mi hijo me hacía daño al mamar porque tenía frenillo. Me enseñó las posturas adecuadas y a partir de ahí todo fue como la seda: portaba a Sergi todo el día para que mamase cuando quisiera y por la noche opté por el colecho. Tenerle pegado a mí ayudó mucho”.

Retrato de un bebé con gorro (foto: R.G.)
Retrato de un bebé con gorro (foto: R.G.)

Por qué dificulta el frenillo la lactancia

El frenillo dificulta la lactancia porque impide que la lengua realice los movimientos necesarios para extraer la leche. Según los expertos, una vez descartada la opción de operarlo, se puede dar el pecho sin problemas si se cuida la posición y colocación al pecho:

  • Adoptando posiciones que facilitan la succión. La madre acostada con el bebé encima, la postura del balón de rugby o a caballito. 
  • Procurando un agarre asimétrico. Apuntar el pezón hacia el labio superior, hacia la naricilla del bebé, para que eche la cabeza ligeramente hacia atrás, abra la boca bien grande y se coloque al pecho con el labio inferior y la punta de la lengua tan lejos de la punta del pezón como sea posible. 

El asesor de lactancia (o la matrona o el pediatra) pueden valorar el uso de pezonera y la necesidad de extraer la leche para evitar ingurgitaciones de las mamas. Pilar Martínez, farmacéutica, consultora acreditada de lactancia materna IBCLC, co-directora del portal de educación en lactancia EDULACTA, autora del blog www. maternidadcontinuum.com y de varios libros y guías sobre lactancia, admite que a su juicio se usan demasiado pero “si es la única forma de conseguir que el bebé coja el pecho, soy la primera en recomendarlas”.

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