Regalos emocionales para niños: una buena opción para Navidad

Los regalos emocionales son esos que demuestran que no hace falta gastar dinero para que una persona sienta lo que significa ese regalo y la persona que lo hace. Obsequiar a los niños con regalos emocionales es una manera de alejarlos del apego material.
regalos emocionales

“Los regalos emocionales son aquellos que perduran en nuestro sentimiento y en el de los demás”, dice Andrés París, pedagogo fiel defensor de este tipo de regalos. En otras palabras, los regalos emocionales son los que van más allá de lo material: lo que quedará en el recuerdo de nuestros hijos para siempre. “Los mejores regalos no se compran, los mejores regalos son los que se hacen”, decía el escritor Gianni Rodari.

Un regalo emocional es, por ejemplo, recordar nuestra infancia llena de momentos felices y, sin embargo, no recordar casi ningún regalo físico. Un regalo emocional es pensar en cuando íbamos al parque con nuestros padres, cuando nos abrazaban o cuando, cada noche, nos daban un beso antes de que nos fuéramos a dormir.

Hace poco tiempo nos hacíamos eco de una investigación que concluyó que regalar experiencias a los niños en lugar de juguetes aumenta su inteligencia y también su felicidad. Una investigación liderada por la Universidad de Oxford que venía a decir que el éxito académico dependía más del entorno familiar que de las posesiones materiales.

En el análisis, los niños que tenían menos juguetes, pero que tenían padres que pasaban tiempo con ellos, eran emocional y socialmente más inteligentes que los hijos de progenitores sin tiempo de calidad para pasar con ellos y que no paraban de regalar cosas materiales a los pequeños. De hecho, llegaron a la conclusión de que la gratitud y la generosidad de esos niños aumentaban cuando se les regalaba experiencia y no objetos.

Más allá de esto, hay otro motivo perfecto para entender por qué habría que hacer más regalos emocionales y menos regalos materiales. Cuando un niño no para de recibir objetos en sus días especiales: el Ratón Pérez, el cumpleaños, Navidad, su Santo, la Comunión… Acaba perdiendo el interés en los objetos y, de hecho, tiende a convertirse en una persona que no valora las cosas.

Sin embargo, si en vez de regalar un juguete u otro artículo, ofrecemos un abrazo, una escapada, un gran beso o un ratito con sus papás, eso lo llevará en el corazón para siempre.

Creemos que los regalos emocionales pueden ser una muy buena opción de cara a Navidad, así que hemos seleccionado diez que, según Andrés París, son perfectos para que los padres otorguen a sus hijos.

Tiempo de calidad

“El mejor regalo que podéis hacer a vuestros hijos es regalarles vuestro tiempo”, afirma el pedagogo. Y es que, ya hemos explicado en multitud de ocasiones los beneficios de pasar verdadero tiempo de calidad en familia: mejora la comunicación, su autoestima, potencia su desarrollo global, afectivo y social y reduce el estrés, entre otros.

Una sonrisa

Según París este es un regalo fabuloso porque, si miramos al peque con una sonrisa, él la imitará. Y los niños disfrutan mucho riéndose.

Un abrazo

Uno de los regalos emocionales más bonitos y para toda la vida. ¿Quién no recuerda el abrazo que algún ser querido le dio cuando era pequeño? Además, los beneficios del piel con piel no se pierden aunque el bebé crezca y ellos se sentirán seguros con el abrazo.

Notas escritas

Parece que con la llegada de las nuevas  tecnologías se ha perdido la costumbre de dejar notas escritas por las esquinas de casa. Por eso, Andrés París propone recuperarla dejando pequeñas notas a los peques en lugares que sean de fácil acceso. ¿El mensaje? Algo con lo que se pueda sentir alagado y que le recuerde lo importante que es para nosotros.

Aplaudir

¿Por qué solo damos aplausos en un cumpleaños o cuando vamos a algún espectáculo? Los niños también necesitan sentirse valorados, así que no estaría mal aplaudirles cuando consigan un logro.

Una escapada en familia

Los beneficios de hacer una escapada en familia ya los hemos comentado en Ser Padres. Si, además, pensamos a largo plazo, quizás el niño olvide el coche de juguete cuando sea mayor, pero no se olvidará nunca de lo bien que lo pasó con sus padres cuando hicieron ese viaje.

¿Por qué no apostáis por regalar una pequeña escapada familiar esta Navidad?

Fiesta sorpresa

¿El peque ha conseguido todos sus logros académicos? ¿Demuestra haber madurado y haber superado su etapa de rabietas? ¿Por qué no organizamos una fiesta sorpresa para celebrarlo, en vez de comprarle algo físico? Estamos seguros que, si conseguís reunir a la familia y darle esa sorpresa, jamás lo olvidará.

Esto es lo que quiero hacer contigo

En una caja de cartón, incluid un montón de tarjetones con las cosas que queréis hacer en compañía de vuestro hijo. Podéis escribirlo juntos en familia, o cada miembro por separado. Envolvedla y dejad que la abra por Navidad. ¡Tendrá que apuntar mil planes en su agenda!

Un libro de su vida

Un regalo muy bonito que cada vez está más de moda es comprar un libro y rellenarlo con los momentos más emblemáticos desde el nacimiento del bebé. En él podéis guardar su primer diente de leche, su chupete, ese muñeco del que no se separaba cuando dormía, fotografías que muestren los momentos en los que es feliz… Si, cuando consideréis que está lo suficientemente preparado para entenderlo, se lo regaláis, estamos seguros de que siempre seguirá rellenándolo.

Un vídeo de sus familiares y amigos

Si es su cumpleaños, si ha conseguido algún logro o si, simplemente, os apetece, pedid a vuestros familiares y a los amigos del peque que se graben en un vídeo cortito diciendo todos los motivos por los que es especial para ellos.

Luego, recopilarlos todos en un vídeo y dádselo al pequeño. ¡Seguro que llorará de alegría!

Los motivos por los que te quiero

Los niños necesitan sentirse halagados y, para ellos, sus padres son sus mayores súper héroes. Así que, no dudéis, coged un tarro e incluid tarjetones con todos esos motivos por los que queréis a vuestro hijo. Hará que se sienta querido, respetado, protegido y, sobre  todo, muy especial. ¡Y trabajaréis su autoestima!

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