Nadie dijo que educar fuera una labor fácil, sino todo lo contrario. Muchas veces nos encontramos frente a momentos difíciles porque tenemos visiones diferentes ante una circunstancia o la manera de abordar cualquier situación, ya que, como personas que somos, antes que padres, parejas… tenemos opiniones y puntos de vista diferentes.
Esto lo entendemos todos, sin embargo, tenemos que comprender también la importancia de no quitar autoridad al adulto frente al niño. Al igual que el enseñarles a comer o lavarse los dientes, la educación y el respeto también hay que trabajarlo y si me lo permitís, con más constancia y esfuerzo.
Los niños son pequeños, pero no por eso dejan de ser inteligentes, es más, si os detenéis a observarles, veréis como son capaces de dar una y mil vueltas hasta ingeniárselas para conseguir lo que quieren. Pues eso es lo que hacen con nosotros también, si uno no me deja hacer una cosa y el otro sí, si nos contradecimos entre nosotros, ellos aprovecharán a jugar con ello y esto no solo es perjudicial a nivel del niño, también traerá discusiones y problemas en el ámbito familiar.
No puede ser que exista un “papi/mami chuli guay” que consiente todo y otra figura que se dedique a poner límites y rutinas.
A veces caemos en el error de pensar que si no les damos todo lo que quieren nos van a querer menos o que porque debido al ritmo diario pasamos poco tiempo con ellos y por eso tenemos que ser permisivos. Pues bien, debemos tener claro que las rutinas lo único que les hace a los niños es darles seguridad, por lo tanto tenemos que verlo como algo necesario y positivo.
Dentro de estas rutinas y del día a día encontramos la escuela infantil y los colegios. No deberíamos tener que recordar que los padres debemos confiar en el sector de educación, al igual que lo hacemos en nuestro pediatra o ginecólogo, puesto que han superado unos estudios, especializados para esta labor, y en la mayoría de los casos, es vocacional.
Teniendo esto presente, tenemos que confiar en ellos, a los que dejamos lo mejor de nuestra vida, nuestros hijos y saber que están para ayudarnos, orientarnos, apoyarnos y que también quieren los mejor para los niños.
Al igual que en casa, podemos tener puntos de vista diferentes y como adultos que somos, podemos dialogar cualquier cuestión, pero es importante que no lo hagamos delante del niño, pidiendo, por ejemplo, una tutoría para comentar lo ocurrido. Pero siempre debe existir un respeto hacia la figura de autoridad, ya sea en casa, en el colegio…
Artículo escrito por Elena García Miranda, directora Escuela Infantil Nemomarlin Sanchinarro