La disciplina positiva y la crianza de niños y niñas con altas capacidades no son conceptos incompatibles, ni mucho menos. De hecho, todo lo contrario. Bien lo sabe Mónica Cerrada, psicóloga especializada en el acompañamiento de familias con peques con altas capacidades y especialista en Disciplina Positiva.
En una charla y una entrevista posterior organizada por AMACI, la asociación de Altas Capacidades Intelectuales Madrid Norte, Cerrada comparte un consejo muy interesante desde el ámbito de la educación en positivo para todas las familias que tienen peques con altas capacidades intelectuales en casa.
La responsable del proyecto PsicoEducaOn explica que las familias que conviven con las altas capacidades, en general, “tienen dificultades a la hora de manejar las emociones y comprender las emociones de sus peques, y eso les supone un gran desafío.
Además, en la línea de lo que contaban también las psicólogas del gabinete especializado Altascapaciqué, Mónica Cerrada destaca que los peques con altas capacidades intelectuales con muy demandantes, y los describe así, de una forma que probablemente te suene (mucho) si tu peque las tiene: “bebés que duermen menos, que están en alerta, que observan mucho, que tienen una reactividad mayor a cierto tipo de estímulos”.

En opinión de la psicóloga, este conjunto de factores provoca que los adultos de referencia tengan dificultad para ajustarse a las necesidades del menor: “muchas veces se solapan y la expresión emocional es altísima”, asegura Cerrada, que comparte su visión y, al mismo tiempo, su consejo para afrontar esta situación en la crianza de niños y niñas con altas capacidades.
El consejo de la experta en disciplina positiva
Señala Mónica Cerrada que en un contexto así, con las altas capacidades influyendo en la crianza y en la gestión emocional de todos los miembros de la familia, “los adultos tenemos que tener una mirada sobre todo desde el conocimiento”.
La psicólogo especialista en altas capacidades cree que “el conocer nos da la herramienta clave que es poder afrontar el día a día de una forma más pausada, mirando, observando y acompañando desde el conocimiento, sabiendo que puede ser una característica propia de las altas capacidades y por tanto vamos a estar más preparados para una respuesta adecuada”, expone.
Cerrada cree que es necesario tener “mucha comprensión de la individualidad de nuestro hijo o hija y sobre todo estar muy atentos a la prevención”. En este sentido, destaca, por ejemplo, el conocer las situaciones que pueden hacer que tu peque se comporte de determinada manera con el objetivo de poder anticiparte a ellas.
Las regulación de las expectativas
Además, la psicóloga hace hincapié en las expectativas de los adultos hacia sus hijos e hijas con altas capacidades.
Por ejemplo, recalca que no es posible esperar control ante una situación que los peques consideran injusta. “Si lo que estamos esperando es control, desde luego vamos a tener que cambiar radicalmente la manera de afrontar la comunicación y la interacción con nuestros hijos porque evidentemente se van a mostrar reacios a las normas y desafiantes a una autoridad impuesta, porque ellos deciden a quién darles esa autoridad, y es una autoridad que se ganan moralmente los adultos”, argumenta Mónica Cerrada.
La psicóloga hace hincapié en la forma en la que nos dirigimos a los peques con altas capacidades en este tipo de situaciones de “alta tensión” emocional: “Si llegamos a aceptar de una manera incondicional que un rasgo muy común entre los peques de altas capacidades intelectuales es el de la alta emocionalidad, si llegamos a abrazar esta singularidad de su condición, podremos acompañarles en el camino de la emocionalidad que viven, sobre todo desde la aceptación en primer lugar, en segundo lugar nombrando la emoción, dándole cabida y para eso tendremos que tener los adultos una riqueza de vocabulario emocional amplia”, indica.
Para la experta, es necesario “actuar y dirigirnos con amor y con respeto” hacia nuestros peques con altas capacidades. “De ahí la importancia de establecer límites desde ahí, desde el amor y el respeto”, concluye.