Cómo enseñar las normas de cortesía: normas y proceso de adaptación según la edad

Las normas de cortesía son el camino para que los niños aprendan a convivir.
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Niños. - iStock

Enseñar normas de cortesía a los niños es crucial para su desarrollo social y emocional, promoviendo valores como respeto, empatía y amabilidad. Desde temprana edad, los niños deben aprender a saludar, agradecer y disculparse, habilidades que facilitan la interacción social y fomentan el respeto mutuo. Estas normas también contribuyen a la formación de su identidad y autoestima, preparándolos para enfrentar situaciones con confianza y seguridad. La cortesía y la amabilidad son esenciales para una convivencia armoniosa, ayudando a los niños a valorar la diversidad y fortalecer los 7 valores más importantes que deben aprender los niños. Practicar la cortesía diariamente refuerza su aprendizaje, convirtiendo estos comportamientos en hábitos naturales. Además, el ejemplo de los adultos y el uso de juegos y actividades son métodos efectivos para enseñar estas normas, asegurando su comprensión y aplicación en diversos contextos.

Enseñar a los niños las normas de cortesía es esencial para su desarrollo social y emocional. Desde temprana edad, los pequeños deben aprender a comportarse adecuadamente en diferentes contextos, lo que les permitirá convivir armoniosamente con otras personas. La cortesía no solo implica buenos modales, sino también valores como el respeto, la empatía y la amabilidad, fundamentales para la convivencia en sociedad.

La importancia de las normas de cortesía desde la infancia

Desde una edad temprana, inculcar en los niños las normas de cortesía tiene un impacto duradero en su vida. Aprender a saludar, dar las gracias y pedir perdón son habilidades básicas que facilitan las interacciones sociales y promueven el respeto mutuo. Estas normas, cuando se enseñan desde la infancia, se integran naturalmente en el comportamiento del niño, ayudándolo a desarrollar una conciencia social y empatía hacia los demás.

Cómo enseñar las normas de cortesía. - cookie_studio/Freepik

Las normas de cortesía también contribuyen a la formación de la identidad del niño. Al aprender a comportarse con amabilidad y respeto, los niños desarrollan una imagen positiva de sí mismos y de su capacidad para relacionarse con los demás. Este proceso fomenta la autoestima y el sentido de pertenencia en diferentes entornos, desde el hogar hasta la escuela y otros espacios sociales.

Además, enseñar normas de cortesía desde la infancia prepara a los niños para enfrentar diversas situaciones con confianza y seguridad. Los buenos modales son herramientas que facilitan la comunicación efectiva y la resolución de conflictos, habilidades esenciales para el éxito personal y profesional en el futuro. Por tanto, invertir tiempo en enseñar cortesía a los niños es una inversión en su bienestar y en su capacidad para contribuir positivamente a la sociedad.

Relación entre cortesía, amabilidad y convivencia

La cortesía y la amabilidad son pilares fundamentales para una convivencia armoniosa. En la infancia, estas cualidades se desarrollan a través de la enseñanza de normas de cortesía que promueven el respeto y la empatía hacia los demás. Cuando los niños aprenden a ser corteses, también aprenden a valorar las diferencias y a aceptar la diversidad, lo que fortalece la cohesión social y mejora la calidad de las relaciones interpersonales.

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La amabilidad es una de las cosas que más fomentan las normas de cortesía. - iStock

El acto de ser amable y cortés no solo beneficia a quienes lo reciben, sino también a quienes lo practican. La cortesía genera un ambiente positivo y reduce los conflictos, creando un entorno propicio para el aprendizaje y el crecimiento personal. Los niños que son educados en un ambiente de respeto y amabilidad desarrollan habilidades sociales que les permiten interactuar de manera efectiva y construir relaciones sólidas y significativas.

La convivencia pacífica es el resultado de la aplicación constante de normas de cortesía en la vida diaria. Al practicar la cortesía, los niños aprenden a comunicarse de manera asertiva y a resolver diferencias de manera constructiva. Esto les permite adaptarse a diferentes contextos y situaciones, promoviendo una convivencia respetuosa y colaborativa tanto en el ámbito familiar como en la comunidad en general.

Las 10 normas fundamentales de cortesía para niños

Aquí tienes, en definitiva, hábitos de cortesía para los niños, a partir de una edad, que deben aprender para poder convivir con la sociedad y ser respetuosos desde bien pequeños.

Saludar y despedirse

Esta norma es una acción simple pero poderosa que refleja respeto y consideración hacia los demás. Enseñar a los niños a saludar al llegar a un lugar y a despedirse al partir es fundamental para establecer una comunicación efectiva y cordial. Estas acciones demuestran interés por las personas con las que interactúan y contribuyen a crear un ambiente positivo y acogedor.

Kids saying goodbye to parents

El saludo y la despedida son más que simples formalidades; son expresiones de reconocimiento y aprecio. Cuando los niños aprenden a saludar con una sonrisa y a despedirse de manera adecuada, están mostrando su disposición a interactuar de manera respetuosa y amigable. Estos gestos fortalecen las relaciones interpersonales y fomentan un sentido de comunidad y pertenencia.

Además, saludar y despedirse son prácticas que ayudan a los niños a desarrollar habilidades de comunicación no verbal, como el contacto visual y el lenguaje corporal. Estos elementos son esenciales para transmitir mensajes de manera efectiva y para interpretar las señales sociales de los demás, lo que mejora la capacidad de los niños para interactuar en diversos entornos y situaciones.

Pedir las cosas con "por favor" y "gracias"

Pedir por favor y dar las gracias son expresiones básicas de cortesía que los niños deben aprender desde una edad temprana. Estas palabras mágicas no solo facilitan la comunicación, sino que también transmiten respeto y reconocimiento hacia los demás. Al enseñar a los niños a utilizarlas, estamos fomentando un ambiente de respeto mutuo y consideración.

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Normas de cortesía para niños que pueden ayudar a la empatía del menor. - iStock

El acto de pedir por favor implica reconocer la autonomía y el valor de la otra persona. Cuando los niños aprenden a hacer peticiones de manera cortés, están mostrando su disposición a respetar los deseos y necesidades de los demás. Esto no solo mejora sus habilidades de comunicación, sino que también promueve la empatía y la cooperación en sus interacciones diarias.

Dar las gracias es una forma de expresar gratitud y aprecio por los actos de los demás. Al enseñar a los niños a agradecer, estamos inculcando en ellos la importancia de reconocer el esfuerzo y la generosidad de quienes les rodean. Esta práctica fortalece las relaciones interpersonales y fomenta un ambiente de reciprocidad y apoyo mutuo.

Pedir perdón y ser honesto

Pedir perdón es una habilidad esencial que los niños deben aprender para manejar los conflictos de manera constructiva. Enseñar a los niños a disculparse sinceramente cuando cometen un error es fundamental para fomentar la empatía y el respeto hacia los demás. Pedir perdón no solo repara el daño causado, sino que también muestra la disposición del niño a asumir la responsabilidad de sus acciones.

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Entre las normas de cortesía también destaca la de saber pedir perdón. - iStock

La honestidad es un valor clave que se refleja en la capacidad de pedir perdón. Cuando los niños son honestos acerca de sus errores y se disculpan sin excusas, están demostrando integridad y madurez emocional. Esta actitud fortalece la confianza en las relaciones interpersonales y promueve un ambiente de transparencia y autenticidad.

Además, pedir perdón y ser honesto son prácticas que enseñan a los niños a aprender de sus errores. Al reconocer sus fallos y disculparse, los niños desarrollan habilidades de autorreflexión y resolución de problemas que les permiten crecer y mejorar como individuos. Estas habilidades son esenciales para su desarrollo personal y para el establecimiento de relaciones saludables y duraderas.

Ser puntual y mantener el autocontrol

La puntualidad es una norma de cortesía que refleja respeto por el tiempo de los demás. Enseñar a los niños a ser puntuales es fundamental para su desarrollo personal y profesional. La puntualidad no solo demuestra responsabilidad y compromiso, sino que también facilita la organización y la planificación en la vida diaria.

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el autocontrol y llegar a tiempo es una norma de cortesía ideal. - iStock

El autocontrol es otra habilidad esencial que los niños deben desarrollar para manejar sus emociones y comportamientos de manera adecuada. Enseñar a los niños a mantener el autocontrol les ayuda a regular sus impulsos y a tomar decisiones conscientes en situaciones desafiantes. Esta habilidad es crucial para su bienestar emocional y para el establecimiento de relaciones saludables.

Ser puntual y mantener el autocontrol son prácticas que se refuerzan mutuamente. La puntualidad requiere planificación y organización, mientras que el autocontrol permite a los niños manejar el estrés y las distracciones que pueden interferir con su capacidad para cumplir con sus compromisos. Al desarrollar estas habilidades, los niños están mejor equipados para enfrentar los desafíos de la vida diaria y para interactuar de manera efectiva con los demás.

Otras normas que puedes enseñar a tus hijos

Además, de estas que te hemos detallado, hay muchas más normas de cortesía que puedes enseñar a los menores para que puedan crecer con unas bases de respeto y asertividad:

  • Expresarse de manera asertiva.
  • Ser respetuoso con los demás.
  • Tener palabras amables con otros.
  • Esperar el turno para hablar.
  • Dirigirse a las personas por su nombre.
  • Llamar a la puerta antes de entrar.
  • Ser puntual.
  • Mirar a los ojos a la persona que está hablando. 
  • Ser tolerante ante opiniones diversas.
  • Ceder el asiento a alguien que lo necesita.
  • Dejar pasar antes de entrar, y sujetar la puerta cuando sea necesario.
  • Mantener el volumen de voz adecuado según la situación.
  • Dominar el autocontrol.

Adaptación de las normas según el contexto y la edad

Es fundamental adaptar las normas de cortesía al contexto y a la edad del niño para asegurar su comprensión y aplicación efectiva. Cada entorno tiene sus propias reglas y expectativas, y los niños deben aprender a ajustar su comportamiento en consecuencia. Por ejemplo, los modales en la mesa pueden variar entre el hogar y un restaurante, y es importante que los niños comprendan estas diferencias para comportarse adecuadamente en cada situación.

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Los niños de distintas edades pueden aprender mejor las normas de cortesía. - iStock

La edad del niño también juega un papel crucial en la enseñanza de las normas de cortesía. Las expectativas deben ser realistas y adecuadas a su nivel de desarrollo. Un niño pequeño puede aprender a decir "por favor" y "gracias", mientras que un niño mayor puede asumir responsabilidades más complejas, como ser puntual o ceder el asiento a alguien que lo necesite. Adaptar las enseñanzas a la edad del niño asegura que las normas sean comprensibles y alcanzables.

Además, es importante considerar las capacidades individuales de cada niño al enseñar normas de cortesía. Algunos niños pueden requerir más tiempo o apoyo para aprender ciertas habilidades, y es esencial ser paciente y comprensivo durante el proceso. Al adaptar las enseñanzas a las necesidades individuales de cada niño, estamos fomentando un ambiente de aprendizaje inclusivo y respetuoso.

El papel del ejemplo en la enseñanza de la cortesía

El ejemplo de los adultos es una herramienta poderosa en la enseñanza de las normas de cortesía. Los niños aprenden observando el comportamiento de sus padres, maestros y otros adultos significativos en su vida. Cuando los adultos demuestran cortesía y respeto en sus interacciones diarias, están estableciendo un modelo a seguir para los niños, que imitarán y adoptarán esos comportamientos.

El ejemplo no solo enseña normas específicas, sino que también transmite valores fundamentales como la empatía, la amabilidad y el respeto. Al tratar a los demás con cortesía, los adultos están mostrando a los niños la importancia de valorar y respetar a las personas que les rodean. Este aprendizaje implícito es esencial para el desarrollo moral y social de los niños.

Además, el ejemplo de los adultos refuerza la coherencia entre lo que se enseña y lo que se practica. Cuando los niños ven que los adultos practican lo que predican, es más probable que internalicen y apliquen las normas de cortesía en su propia vida. Por tanto, ser un buen ejemplo no solo facilita el aprendizaje, sino que también fortalece la credibilidad y la autoridad de los adultos como educadores.

Métodos efectivos para enseñar normas de cortesía a los niños

Los niños son una esponja que absorben toda la información del entorno. Por ello, te ofrecemos una serie de métodos que los expertos aclaran que son una buena manera de mostrar las normas de cortesía para que las interioricen y se formen como personas respetuosas en cualquier lugar.

Observación y práctica diaria

La observación y la práctica diaria son métodos efectivos para enseñar normas de cortesía a los niños. Al observar a los adultos y a otros niños, los pequeños aprenden cómo comportarse en diferentes situaciones. Esta observación debe ir acompañada de oportunidades para practicar lo aprendido en la vida diaria, lo que facilita la internalización de las normas de cortesía.

La práctica diaria permite a los niños aplicar las normas de cortesía en contextos reales, lo que refuerza su comprensión y habilidad para utilizarlas de manera adecuada. Por ejemplo, al saludar a los vecinos o agradecer a un amigo por un favor, los niños están poniendo en práctica lo que han aprendido. Esta repetición constante ayuda a que las normas se conviertan en hábitos naturales.

Además, la práctica diaria fomenta la confianza y la autonomía en los niños. A medida que ganan experiencia en la aplicación de las normas de cortesía, se sienten más seguros en sus interacciones sociales y son capaces de manejar situaciones complejas con mayor facilidad. Este proceso de aprendizaje práctico es esencial para el desarrollo de habilidades sociales efectivas y para el establecimiento de relaciones saludables.

Juegos y actividades para aprender la cortesía

El uso de juegos y actividades es una estrategia eficaz para enseñar normas de cortesía a los niños. Los juegos de roles, por ejemplo, permiten a los niños practicar situaciones sociales en un entorno seguro y controlado. A través de estos juegos, los niños pueden explorar diferentes formas de interactuar cortésmente y recibir retroalimentación inmediata sobre su comportamiento.

Las actividades creativas, como cuentos y canciones, también son herramientas valiosas para enseñar cortesía. Estas actividades capturan la atención de los niños y hacen que el aprendizaje sea divertido y atractivo. Al incorporar normas de cortesía en historias y canciones, los niños pueden comprender mejor su importancia y significado.

Además, los juegos y actividades fomentan la colaboración y el trabajo en equipo, lo que refuerza la importancia de la cortesía en las relaciones interpersonales. Al participar en actividades grupales, los niños aprenden a respetar las opiniones de los demás, a compartir y a resolver conflictos de manera constructiva. Estas experiencias prácticas son fundamentales para el desarrollo de habilidades sociales y emocionales.

Elogiar en público y corregir en privado

Esta forma de enseñar es una estrategia efectiva para fomentar el aprendizaje de las normas de cortesía. Elogiar a los niños cuando demuestran buenos modales refuerza su comportamiento positivo y aumenta su motivación para seguir practicando la cortesía. El reconocimiento público les proporciona una sensación de logro y orgullo, lo que fortalece su autoestima.

Por otro lado, corregir en privado es esencial para abordar comportamientos inadecuados sin avergonzar al niño. Las correcciones privadas permiten a los niños reflexionar sobre sus acciones y aprender de sus errores sin sentirse humillados. Esta práctica promueve un ambiente de respeto y confianza, donde los niños se sienten seguros para aprender y crecer.

Además, elogiar en público y corregir en privado ayuda a los niños a comprender las expectativas sociales y a desarrollar un sentido de responsabilidad personal. Al recibir retroalimentación clara y constructiva, los niños pueden ajustar su comportamiento y mejorar sus habilidades de cortesía. Esta estrategia de refuerzo positivo es fundamental para el desarrollo de la autodisciplina y el autocontrol.

La paciencia y constancia en el proceso de aprendizaje

La paciencia y la constancia son cualidades esenciales en el proceso de enseñar normas de cortesía a los niños. El aprendizaje de buenos modales no ocurre de la noche a la mañana; requiere tiempo, repetición y refuerzo continuo. Los niños necesitan oportunidades constantes para practicar y aplicar lo que han aprendido, y los adultos deben estar dispuestos a guiar y apoyar este proceso con paciencia.

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La paciencia es ideal para aprender normas de cortesía. - iStock

La constancia en la enseñanza de normas de cortesía asegura que los niños internalicen y mantengan estos comportamientos a lo largo del tiempo. Al establecer rutinas y expectativas claras, los niños pueden desarrollar hábitos de cortesía que se convierten en parte de su carácter. La repetición y el refuerzo constante son clave para consolidar estos aprendizajes.

Además, la paciencia es crucial para manejar los desafíos y contratiempos que pueden surgir durante el proceso de enseñanza. Los niños pueden cometer errores o resistirse a seguir ciertas normas, y es importante abordar estas situaciones con comprensión y empatía. La paciencia permite a los adultos modelar la calma y el autocontrol, enseñando a los niños a manejar sus propias emociones y comportamientos de manera constructiva.

El valor de practicar las normas de cortesía diariamente

Practicar las normas de cortesía diariamente es fundamental para que los niños las integren en su vida cotidiana. La práctica constante refuerza la importancia de estos comportamientos y los convierte en hábitos naturales. Al aplicar las normas de cortesía en situaciones reales, los niños desarrollan confianza en sus habilidades sociales y se sienten más seguros al interactuar con los demás.

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Es fundamental conocer que las normas de cortesía son elementales para niños. - iStock

La práctica diaria también proporciona a los niños oportunidades para reflexionar sobre sus acciones y aprender de sus experiencias. Al enfrentarse a diferentes situaciones sociales, los niños pueden ajustar su comportamiento y mejorar sus habilidades de cortesía. Este proceso de aprendizaje continuo es esencial para el desarrollo de la empatía, la asertividad y la responsabilidad personal.

Además, practicar las normas de cortesía diariamente contribuye a la creación de un ambiente positivo y respetuoso en el hogar, la escuela y la comunidad. Al fomentar la cortesía como un valor central, los niños aprenden a valorar y respetar a los demás, lo que fortalece las relaciones interpersonales y promueve una convivencia armoniosa. Esta práctica constante es esencial para el bienestar social y emocional de los niños y para su desarrollo como individuos responsables y empáticos.

La cortesía es el camino para la convivencia feliz. - Getty Images

Cómo enseñar las normas de cortesía

Para que aprendan las normas de cortesía lo más importante sobre todo es que lo hagan a través del ejemplo, es decir, a través de ti. Deben ver en tu persona cómo les tratas a ellos, cómo te tratas a ti mismo/a y cómo tratas a otras personas, sean conocidas o no.

Esto es fundamental para que sepan cómo comportarse en diferentes situaciones y cómo relacionarse con los demás. Los niños no nacen con esto aprendido y es fundamental que lo enseñes.

Es importante tener la edad suficiente para que lo comprenda, porque por ejemplo, no puedes pedir a un bebé que coma con cuchillo y tenedor, ni tampoco puedes pedir a un niño que no sabe hablar que diga cosas amables. Hay que utilizar la lógica para que puedas exigir lo que pueden hacer dependiendo de su edad y de su capacidad.

Pero a medida que van creciendo debes enseñarles los buenos modales y las normas de cortesía para que poco a poco las pongan en práctica, hasta que las interioricen y les salga de manera automática al relacionarse con los demás.

  • Sé su mejor ejemplo.
  • Educa en valores.
  • Da cariño siempre.
  • No castigues ni te enfades si se les olvidan.
  • Elogia en público y corrige en privado.
  • Sé paciente y constante en tu enseñanza.
  • Enseña las ventajas de aprender buenos modales.

Es fundamental que practiquen las normas de cortesía diariamente para que de esta manera sean capaces de aplicarlas en su día a día. Poco a poco y a medida que vayan creciendo, te darás cuenta de que sin decirles nada, serán capaces de llevarlas a cabo por sí mismos.

El ejemplo es la mejor manera de enseñar cortesía a los niños. 

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