Consentir a los hijos y darles todo lo que desean puede acarrearles consecuencias negativas en su desarrollo y en su futuro.
¿Dónde está el equilibrio en consentir de vez en cuando, pero enseñar a los niños que no se puede tener todo cuando quieran?
En ocasiones, cuando un niño saca buenas notas en el colegio se ve justificado darle un premio o un capricho que ha querido durante tiempo, o cuando se realiza una tabla de conducta y los resultados son positivos. Pero, ¿qué ocurre cuando a un niño se le da todo lo que pide en cualquier contexto y lugar sólo para no verle triste? Que aprende que con enfado y exigencias conseguirá todo lo que quiera.
Cuando se le da todo lo que pide
Cuando a un niño se le da todo lo que pide no se le da la oportunidad de experimentar la frustración, algo tan necesario en la vida para poder afrontar los posibles problemas en el futuro, y además, hará que los padres tengan que satisfacer todas las necesidades y caprichos que el niño quiera, sea cual sea.
Todo esto dará como resultado a una persona egoísta y con una baja tolerancia a la frustración, que no aprenderá a valorar el esfuerzo. Si le das todo lo que te pide, no le estarás ayudando a crecer, ni a madurar.

La tolerancia a la frustración y la resiliencia
Se trata de tener límites y normas, también a la hora de dar aquello que los niños nos están pidiendo. Lo primero, hay que diferenciar entre necesidades y deseos. Si es una necesidad, podemos satisfacerla. Si se trata de un deseo o capricho, lo mejor es esperar. Si para el niño o niña es algo importante, mantendrá ese deseo en el tiempo, y quizá podamos satisfacerlo en el momento apropiado (un regalo de cumpleaños, por ejemplo, o algo que puede adquirir con sus ahorros).
Deberás mantener la calma y mostrar autocontrol en todo momento. Si permaneces tranquilo le estarás enseñando que con rabietas no se consigue nada. Pero, recuerda, que no ceder ante la rabieta no significa no acompañarlo.
No te sientas mal, aprender a tolerar la frustración es un gran aprendizaje para la vida, y tener paciencia también. Te lo agradecerá en el futuro y tú podrás ver la importancia de no darle todo lo que te pide.