Cómo aliviar la sensación de ahogo en el embarazo

A medida que avanza el embarazo la respiración se vuelve más dificultosa, aunque si tienes dificultades importantes conviene consultarlo con el médico
Embarazada vacunándose

Conforme avanza el embarazo, la capacidad respiratoria se reduce ligeramente. Esto se debe a que el útero, al crecer, desplaza el diafragma y los pulmones. La respiración dificultosa recibe el nombre de disnea y es una alteración común en el embarazo. Es frecuente que las embarazadas se asusten al notar falta de aire, pero es un signo de que el bebé está creciendo.

Los síntomas son más frecuentes: sensación de ahogo, fatiga, mareos, falta de aliento y dificultad para conciliar el sueño.

Están más predispuestas a sufrir disnea las embarazadas que han padecido alguna vez ataques de ansiedad, anemia o cardiopatías congénitas y las embarazadas que han tenido problemas respiratorios, como asma bronquial, bronquitis, enfisemas, neumonía, etc.

¿Es peligrosa?

Como suele ser leve esta sensación de ahogo, no suele disminuir el aporte de oxígeno que llega a los pulmones de la madre, ni tampoco el oxígeno de la sangre que llega al feto.

Aunque si la mujer tiene dificultades intensas para respirar, debe consultarlo lo antes posible con su ginecólogo, para evitar que la embarazada se preocupe en exceso. Todos los cambios que la embarazada vaya notando a lo largo del embarazo, es importante que los consulte con el equipo médico, para su tranquilidad. También es conveniente para detectar posibles problemas que puedan surgir en el feto a lo largo del embarazo.

Es muy importante que la embarazada realice un curso de preparación al parto. En él le enseñarán unos ejercicios de inspiración y espiración muy eficaces para aumentar su capacidad respiratoria. Ahora bien, para sacarles partido hay que ser constante y practicarlos varias veces a lo largo del día. Estos ejercicios respiratorios no solo serán beneficiosos en los meses de gestación, sino también durante el proceso del parto.

En los cursos de preparación al parto, las embarazadas pueden compartir experiencias con otras mujeres que estén en su misma situación y de esta manera, tranquilizarse entre ellas.

En casa y en el trabajo hay que procurar mantener un ambiente limpio y con la humedad adecuada. También es conveniente realizar algún ejercicio físico moderado, sobre todo caminar y nadar, y practicar técnicas de relajación. De esta manera, la embarazada se cansará y reducirá el estrés y la falta de sueño.

En los casos más graves el ginecólogo suele aconsejar algún fármaco, como sedantes suaves o un mucolítico.

La disnea disminuye cuando la cabeza del feto se insinúa en la pelvis (esto es, comienza a bajar para encajarse) y el fondo del útero desciende algunos centímetros.

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