Estas son las molestias más frecuentes durante el embarazo y cómo combatirlas

Te presentamos cuáles son y las claves para mitigarlas de la mejor forma. 
Embarazo enfermera

Para la mayoría de las mujeres, algunas sensaciones son un poco desagradables y enturbian este momento de sus vidas. Pero ciertos trastornos son más pesados que otros y se pueden solucionar. A continuación, te explicamos todas y cada una de las molestias frecuentes durante el embarazo.

Dormir poco

Durante el primer trimestre, los altos niveles de progesterona que circulan en la sangre provocan sensación de sueño, aunque puede que no consigas descansar bien. Hacia la semana 16, el sueño comienza a resultar más reparador. Sin embargo, a medida que avanza la gestación, los calambres, el dolor de espalda, la presión del vientre y los movimientos cada vez más perceptibles del feto alteran la calidad del descanso nocturno o impiden que concilies el sueño con facilidad o hace que te despiertes muchas veces durante la noche.

Pregnant woman in doctor's office, Doctor Measuring Blood Pressure - Getty Images

Hinchazón

Es normal pero si el dolor o la hinchazón son exageradamente dolorosos, hay que consultar al médico. Pies y tobillos enormes: se produce sobre todo al final del embarazo. Pon las piernas en alto tratando de moverlos durante unos minutos y alterna chorros de agua templada y fría. Cara y pechos más redondos: a medida que pasan las semanas, la cara se hincha debido a tu aumento de peso y a que tienes mayor retención de líquidos. Tus pechos, por su parte, se preparan para la subida de la leche y los notarás muy abultados

Desde el Instituto Bernabeu, especialistas en medicina reproductiva destacan que: "Uno de los primeros síntomas del embarazo es la hinchazón y sensibilidad de las mamas, provocado por el aumento de los niveles hormonales. Es una sensación similar, aunque un poco más exagerada, a la percibida antes de la menstruación.

También se produce, a medida que progresa la gestación, un oscurecimiento de la piel de la areola y los pezones, que desaparecerá tras el parto".

Bajada de tensión

Durante la primera mitad del embarazo es normal que disminuya la tensión arterial. Por un lado, se produce un ligero aumento del calibre de los vasos sanguíneos y la sangre circula más lentamente. Por otro, el cuerpo genera algunas sustancias con efectos vasodilatadores y, como consecuencia, la presión arterial tiende a descender. Lo normal es que tengas cierta propensión al mareo, sobre todo durante los primeros meses, y lo acusarás más si ya tenías la tensión baja, eres asténica (fatiga) o anémica (hierro bajo). Evita los lugares concurridos y, hacia el final del embarazo, tumbarte bocarriba.

Acidez

También conocida como pirosis o ardor de estómago, que sube hasta la garganta. Puedes notar flato, exceso de salivación y regurgitación del alimento. Y suele ir a más, ya que, en el último trimestre, la presión que ejerce el útero sobre el estómago es cada vez mayor.

Si se produce, hay que permanecer un rato sin tumbarse tras la comida, después, es útil hacerlo con la espalda un poco elevada y si fuera muy molesto, pedirle al ginecólogo que te recomiende un antiácido que no perjudique al feto. A muchas mujeres le sienta muy bien un vaso de leche fría en ayunas.

Náuseas

El 75 % de las embarazadas siente náuseas y una de cada tres, vomita. Tranquila, aunque pienses que se te va la vida, tu bebé está bien. Los vómitos en el embarazo se deben principalmente a una elevada concentración de la hormona del embarazo HCG en la sangre. Entre las semanas ocho y diez, el nivel de esta hormona alcanza su punto máximo. Eso explica por qué las náuseas desaparecen en la mayoría de los casos tras la semana doce. Peor por la mañana. Trata de durante el día, ten a mano siempre algo de picar. Te ayudará. 

"Estos cambios sensoriales hacen que haya un rechazo por determinados alimentos y apetencia por otros, lo que antes de denominaban “antojos”" destacan desde el Instituto Bernabeu".

Calambres

Son espasmos que se producen como consecuencia de una contracción involuntaria de ciertos músculos, que afectan sobre todo en los gemelos. Son molestos, bastante frecuentes y suelen aparecer más por la noche. ¿Por qué? Se producen por un desequilibrio de electrolitos, especialmente de potasio y de

magnesio. También pueden aparecer por una sobrecarga muscular cuando la gestante ha realizado un esfuerzo mayor que el que su cuerpo le permite o a una carencia de minerales. Evita sobrecargarlos, toma sésamo y plátano y, si no puedes más, pídele un suplemento al ginecólogo.

Libido: va y viene

Desde el primer día te desconcertarán las subidas y bajadas de tu libido: habrá días que no hagas más que pensar en las relaciones sexuales y otros días que te produzcan rechazo. Es normal y deberías hablarlo con tu pareja para que no sienta que es él el que está provocando esta situación. Las relaciones sexuales no están desaconsejadas durante el embarazo salvo indicación específica del ginecólogo, aunque a medida que avancen las semanas deberéis ir encontrando las posturas que te permitan seguir estando cómoda. Durante las primeras semanas, además, los órganos de la pelvis están mejor irrigados, lo que es bueno para el deseo y para que muchas mujeres lleguen más fácilmente al orgasmo.

Hemorroides

El peso de la placenta, un peor riego sanguíneo y la dificultad, a veces, para ir al baño hace que aparezcan las temidas hemorroides. Algunos remedios deberían aliviarte: no estar demasiado tiempo de pie, no comer

picante, limpiarte con toallitas húmedas, tomar una dieta rica en fibra y líquidos. Si el dolor o el sangrado es intenso, querrás tomar algún analgésico o ponerte alguna crema, pero consulta antes con el ginecólogo.

Lloreras sin parar

Por mucho que te digan que tienes las hormonas descontroladas, no puedes evitar llorar por todo: perder el autobús, despedirte de alguien por teléfono, un anuncio de la tele... De todas formas, es importante no dejarte llevar por esta situación y tratar de levantar el ánimo: no te culpabilices, respira hondo, pasea, no dejes tus rutinas, pide perdón si crees que has sido algo excesiva, trata de descansar, toma alimentos ricos en vitamina B y C y en magnesio y zinc, pues la carencia de dos minerales pueden producir irritabilidad, tristeza y depresión. Recuerda que aunque llores no tienes por qué sentirte infeliz. Analízate y disfruta.

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