Es una costumbre extendida entre muchos adultos con niños a su cargo sustituir su figura por la de los dibujos animados cuando necesitan un respiro. El error es doble porque no solo se convierte en una actividad pasiva para los peques sino que además se subestima el contenido que consumen. Y la consecuencia de esto es que se desaprovecha una actividad con un potencial enorme para impactar en ellos de forma positiva porque les gusta tanto que centra su atención como muy pocas cosas pueden conseguir.
Patricia Pizzolante, psicóloga y psicoterapeuta cofundadora de Sens Centro de Atención Psicológica, hace hincapié en la necesidad de que el elegido sea un contenido acorde a la edad del espectador y pone en valor la capacidad de los dibujos para conectar con los más pequeños: “Los dibujos animados pueden tener un contenido educativo que estimule la curiosidad intelectual e intereses particulares de los niños”. Además, considera que es altamente recomendable que los padres visionen primero el contenido infantil por un doble motivo: “Primero, para que tengamos un criterio claro sobre su elección, y en segundo lugar, para que podamos comentarlos con el niño e incluso saber de qué habla cuando menciona algo que ha visto allí o repite una frase”.

Teniendo en cuenta también que todos los expertos coinciden en que es aconsejable limitar en el tiempo cualquier actividad que implique el uso de pantallas electrónicas por las consecuencias negativas que el uso prolongado de ellas conlleva en los niños, sería una pena desaprovechar ese ratito diario de ver los dibujos que los peques esperan casi con ansia poniéndoles “lo que estén echando” antes que dar prioridad a contenidos infantiles que inciden en aspectos como la educación en valores.
Por todo ello, aunque para los pequeños de la casa solo sea una puerta hacia la diversión ver dibujos, para los papás es también una oportunidad de oro para fomentar en sus hijos el aprendizaje de valores y conductas positivas de cara al futuro, siempre y cuando se elijan las opciones correctas y no lo primero que pillemos.
Dibujos animados que educan en valores
Veamos algunos ejemplos de películas de dibujos animados que son perfectas para educar en valores a los niños, independientemente de su edad:
- Vaiana
- Pocahontas
- Buscando a Nemo
- La Bella y la Bestia
- Del revés (o Inside Out)
- Up
- Kirikú y las bestias salvajes
- Coco
Ahora veamos algunas series infantiles, también de dibujos animados, con las que los niños pueden aprender valores:
- Ricky Zoom
- Masha y el Oso
- Caillou
- Jelly Jamm
- Pocoyó
- La doctora Juguetes
- Dora la Exploradora
- La Oveja Shaun
Como vemos, todos estos dibujos son la opción perfecta para fomentar la comunicación entre padres e hijos de modo que ver la tele no sea solamente un pasatiempos pasivo del que no se obtenga más beneficio que el puro entretenimiento en el momento de verla. “Está en la mano de los adultos que acompañamos a los niños darles voz u opinión sobre lo que ven, escucharlos y darles también nuestra opinión. Hablar sobre lo que miran, volver activo un acto que podría ser solo pasivo”, explica Patricia Pizzolante al respecto.
Esto es mucho más fácil de conseguir si los dibujos animados en cuestión ayudan específicamente con esa educación en valores.