¿Se nos está yendo de las manos el Ratoncito Pérez? Obsequios por menos de 10 euros para no pasarse

Aunque en el cuento lo habitual es que el Ratoncito Pérez intercambie el diente por una moneda de oro, lo cierto es que en la actualidad es ver regalos que ni siquiera entran debajo de la almohada. ¿Nos estamos pasando? Obsequios para no hacerlo.
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En el siglo XIX, la regente María Cristina encargó un cuento al padre Luis Coloma para contárselo a su hijo, el pequeño Alfonso XIII, a propósito de la caída de su primer diente de leche. En ese cuento que escribió Coloma, aparentemente solo para el hijo de María Cristina, se escondía un protagonista muy peculiar: un pequeño ratón, al que apodó ‘Ratoncito Pérez’ que era dueño de un negocio de dientes. Hacia ‘trueque’ con todos los dientes del mundo que se les iba cayendo a los niños: se los llevaba mientras ellos dormían y, a cambio, dejaba una moneda de oro. Eso sí, para poder saber que tenía que hacer su trabajo, era indispensable que los pequeños dejasen la pieza debajo de la almohada mientras dormían.

Aunque, como decimos, la historia se escribió con otro propósito, el Ratoncito Pérez causó tanta sensación que se hizo mundialmente conocido. Tanto es así que hoy es una historia que siguen casi todas las familias en las que hay niños pequeños. La dinámica es la misma y está tan, pero tan consolidado, que incluso algunas empresas aprovechan ciertas tecnologías, como la Realidad Aumentada, para conseguir que el niño vea cómo entra en su habitación y se lleve su pieza dental.

Eso sí, parece que eso de la moneda ha cambiado un poco: ahora son muchos los padres que no limitan su presupuesto del Ratoncito Pérez. Con la idea de no introducir el dinero en niños tan rápido, prefieren cambiarlo por algún obsequio que pueda hacerles más ilusión: algunos apuestan por cuentos o algún pequeño detalle, pero otros, incluso, regalan consolas, smartphones o cualquier otro capricho del estilo.

Los psicólogos recomiendan mesura a la hora de encontrar el regalo adecuado para entregar la noche en que el Ratoncito Pérez tenga pensado visitar la habitación del niño. Establecen diez euros como el máximo recomendado. Bien sea en forma de moneda, billete o regalo por ese valor.

Además, a sabiendas de que los niños valoran más las experiencias que los juguetes, una buena idea es escribir una carta en nombre del Ratoncito Pérez que deje constancia de que ha estado allí.

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  • Judith López Rueda