Sí, el nacimiento de un hijo es sin duda uno de esos momentos maravillosos e increíbles que tiene la vida pero eso no quita para que traiga asociados toda una serie de gastos que no siempre se tienen en cuenta. Y deberíamos.
España, junto con nuestros vecinos italianos, somos los dos países con la tasa de fecundidad más baja de la Unión Europea y con la edad media más alta entre las mujeres que tienen su primer hijo y en parte, lo que cuesta económicamente tener un hijo para las familias, tiene la culpa de que esto no cambie.
El primer año de vida del niño para una familia media oscila entre los 7.000 y los 12.000 euros según el dossier publicado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa.
Desde su nacimiento y hasta que cumple los 18 años, los gastos mínimos según los datos del mencionado estudio, oscilan entre los 98.000 y los 301.000 euros.
¿Y en qué se va tanto dinero?
El gasto más importante es el de la escuela infantil, seguido de los gastos relacionados con la alimentación del bebé y los productos de higiene más básicos, de los pañales a las cremas o los jabones imprescindibles para los cuidados del día a día.
Entre los gastos anuales más importantes destacan, como es lógico, los dedicados a los muebles y los enseres necesarios como la cuna, el carrito, la sillita de casa y la del coche…
¿Y las políticas para apoyar a las familias?
En España estas políticas en general son muy limitadas.
En el año 2015 en los países nórdicos o en Francia, invirtieron el doble que en España en prestaciones familiares a través del sector público, según los datos del informe “¿Por qué las mujeres no tienen todos los hijos que dicen querer tener?” elaborado por Alícia Adserà, de la Universidad de Princeton y Mariona Lozano, del Centro de Estudios Demográficos, Universitat Autònoma de Barcelona, para la Fundación La Caixa.