Los consejos de Lucía Mi Pediatra ante los terrores nocturnos en los niños

De la mano de una experta como la doctora Lucía Galán Bertrand, Lucía Mi Pediatra, te contamos qué son los terrores nocturnos y que puedes hacer para ayudar a tu hijo si los tiene. 
Pesadillas o terrores nocturnos

Terrores nocturnos y pesadillas son dos conceptos que se suelen confundir a menudo. Al igual que el sonambulismo, forman parte de lo que se conoce en medicina como “parasomnia”, y los sufren el 17% de los niños y niñas, aunque la prevalencia estimada es mucho menor de los terrores nocturnos que de las pesadillas. En esta pieza, de la mano de Lucía Mi Pediatra, te contamos qué son los terrores nocturnos en niños, cómo diferenciarlos de las pesadillas y qué puedes hacer cuando tu peque tenga un episodio así.

Dice la doctora Galán Bertrand, quizá la pediatra más famosa de este país entre las familias con niños pequeños por su labor divulgativa en redes, medios de comunicación y libros, que “la inmensa mayoría de las veces son normales y desaparecerán con el tiempo” los terrores nocturnos. Por lo tanto, el mensaje inicial es tranquilizador.

Dicho esto, la doctora reconoce que hay terrores nocturnos “muy llamativo o violentos”, en cuyo caso recomienda consultar con el pediatra para descartar que se deban a alguna patología. “En determinadas ocasiones habrá que derivarlo al especialista para realizar un estudio del sueño”, explica.

¿Qué son los terrores nocturnos y cuáles son sus síntomas?

Los terrores nocturnos, cuenta Lucía Mi Pediatra, son típicos de los 3-4 años, pero pueden prolongarse a veces más allá de los 6 años.

La definición técnica que la pediatra da de este fenómeno que ocurre durante el sueño es que “son episodios de terror, de auténtico pavor que se producen en fase No-REM del sueño, generalmente en el primer tercio de la noche en el que, de pronto, oiréis a vuestro hijo gritar de forma súbita”.

Foto: Istock

Las pesadillas, en cambio, “son episodios desagradables y angustiosos que se producen durante el sueño REM”, indica la doctora Galán Bertrand. “Se pueden presentar en cualquier momento de la noche aunque es más frecuente en el último tercio y el niño se despertará asustado, sudoroso, taquicárdico y con ansiedad”, agrega.

En cuanto a las causas de los terrores nocturnos, Lucía Mi Pediatra señala que “hay más probabilidad de tenerlos en épocas de estrés, de malos hábitos de sueño, de enfermedad o junto con fiebre”. Y sobre los síntomas, le especialista apunta que uno de los más evidentes es la reacción que veréis de vuestro peque al llegar a su habitación. “Cuando acudís a su habitación lo veréis con los ojos abiertos (aunque está profundamente dormido), gritando, incluso se mostrará agresivo”, dice. Es como si estuviera “poseído”, añade. Y advierte de que podemos llevarnos un manotazo o una patada al acercarnos.

Además, a diferencia de las pesadillas, en los terrores nocturnos no recuerdan nada de lo sucedido. “Los episodios son breves, no suelen durar más de 10 minutos, aunque a ti te parezca que ha sido media noche”, explica la doctora Lucía Galán Bertrand, que también incide en la dificultad para despertarles durante un terror nocturno. “De hecho, está desaconsejado”, asegura.

Los consejos de Lucía Mi Pediatra

Lucía Mi Pediatra comparte en su blog varios consejos prácticos ante los terrores nocturnos para los padres y madres.

En primer lugar, recomienda acercarnos con suavidad. “No intentes razonar con él, simplemente has de velar por su seguridad y porque no se haga daño”, explica.

Niña en la cama

En segundo lugar, como decíamos antes, recomienda no despertarles. En su lugar, aconseja mantener la calma y limitarnos al primer consejo. “En las guías recomiendan: no intervenir. No hacer nada. En ocasiones nuestra intervención puede empeorar las cosas”, argumenta.

Una vez haya terminado el terror nocturno, el consejo de Lucía Mi Pediatra que le acostemos nuevamente. “Dale un beso de buenas noches y a dormir”, recomienda, aunque también adelanta que probablemente te vuelva a costar más a ti que al peque volver a conciliar el sueño después del susto.

Y en último lugar, la pediatra se detiene en aquellos terrores nocturnos que sean muy violentos o excesivamente largos. “Si se hacen muy largas en el tiempo o los episodios son muy violentos y llamativos, no dudéis en comentarlo con el pediatra quien en casos puntuales quizá tenga que derivarlo o realizar un estudio del sueño para descartar fundamentalmente crisis epilépticas”, indica Lucía Mi Pediatra. De todas formas, esto “no es lo habitual ni mucho menos”, concluye la doctora Galán Bertrand.

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