¿Cuántas veces nuestros hijos vienen a contarnos “sus cosas” y no les prestamos atención porque estamos mirando el móvil, ocupados con los quehaceres de la casa, con temas de trabajo o cualquier otra excusa a la que damos más importancia? Con toda probabilidad, no somos conscientes del daño emocional y del impacto negativo que esta actitud tiene en el correcto desarrollo de los niños.
Cuando estas con tus hijos pero "sin estar", practicas lo que los expertos han definido como crianza distraída y hay videos que demuestran lo que te pierdes, por ejemplo, cuando miras el móvil en vez de a tu hijo. En este sentido, le hemos preguntado a dos expertas de qué forma influye en el desarrollo emocional de los niños que los padres les presten atención y les escuchen de forma activa y ambas coinciden a la hora de señalar que la escucha activa es un excelente método para crear vínculos sanos con nuestros hijos además de aportar otros múltiples beneficios.

Tania García es neuroeducadora e investigadora social. Además de autora de numerosos libros como “Educar sin perder los nervios” ha creado una filosofía llamada “Educación Real” que imparte mediante talleres y, actualmente, a través un Máster dirgido a padres y educadores y que consiste, precisamente, en una mirada a la infancia a través del respeto y en la comprensión de las necesidades cerebrales de los niños y adolescentes.
Según cuenta esta experta a Ser Padres“la escucha activa es necesaria para el cerebro porque promueve el bienestar y la autoestima sana, reduce los niveles de cortisol en sangre, aporta equilibrio y serenidad, fortalece el vínculo entre padres e hijos y les aporta seguridad y protección, haciéndoles sentir capaces, en el presente y en el futuro, de conseguir aquello que se propongan. Además, fomenta el autoconocimiento, la autoescucha y aleja la ansiedad”.
García explica que todos los seres humanos necesitamos ser escuchados, “puesto que así lo precisa nuestro cerebro como parte de nuestra integración y bienestar emocional, social y personal: ser escuchados nos ayuda a comprender nuestro lugar en el mundo”.
Sin embargo, parece que a los adultos nos resulta muy difícil practicar la escucha activa con los niños y adolescentes de manera natural en el día a día. Como dice la neuroeducadora “es como si tuviésemos asumido que sus palabras, decisiones, intereses o acciones, no son tan importantes como las de las personas adultas, como si tuvieran que estar catapultados de por vida a este segundo planto”.
La escritora y formadora añade que hemos normalizado que esto pase: “Ellos nos hablan y nosotros estamos más ocupados con el móvil o con otras tareas que con lo que nos están contando, sin darnos cuenta de que, no solamente nos estamos perdiendo muchísimas cosas de su vida y alejándonos emocionalmente de ellos, sino que también les estamos mostrando con este ejemplo que lo que tiene que decir no es importante para nadie porque no lo es, ni siquiera, para su máxima figura de referencia”.
Esto no solo es dañino emocionalmente (“puesto que cuando no eres escuchado, silenciado y no valorado se produce un daño en la seguridad y en la autoestima”), sino que también “tiene una influencia perjudicial en el desarrollo cerebral de los menores”.
García apunta que como sociedad, nos estamos desconectando de nosotros mismos y todo empieza por la desconexión que, seguramente, existió con nosotros cuando éramos niños. Según esta expera, la desconexión que profesamos con la infancia y adolescencia de hoy hace que ellos naturalicen esa desconexión para con su propia persona, para con su propia esencia: “Es urgente que los escuchemos realmente estando totalmente conectados con ellos y sus necesidades, presentes sin hacer juicios ni tener prisa, con verdadero interés, acompañando sus emociones y empatizando con todo lo que les ocurre y experimentan emocionalmente”.
Consejos prácticos para practicar la escucha activa con tus hijos
En el mismo sentido, la psicóloga Natalia García de Psikids, centros especializados en psiquiatría y psicología de niños y adolescentes, afirma que “la escucha activa es un factor clave en el desarrollo psicoemocional de los niños, ya que les refuerza su sentido de pertenencia, se sienten valorados y relevantes, al tiempo que se le transmite seguridad”.
Desde Psikids creemos que es una habilidad que se puede y se debe entrenar, dice la psicóloga y para ello sugiere a los lectores de Ser Padres las siguientes ideas y consejos:
- Escúchale con la mirada Este es el primer y fundamental consejo para practicar la escucha activa, según la psicóloga de Psikids que afirma que “se escucha con la mirada, ya que es la forma más consistente de informar a nuestros interlocutor de que nos interesa lo que nos está contando”. Aunque parezca de Perogrullo, cuando los niños nos están hablando hay que prestarles atención, indica García. “Cuando estás hablando con tus hijos, procura dar prioridad a esta actividad: apaga el móvil, cierra el ordenador y míralos a los ojos al tiempo que muestras interés por lo que te está contando, valida con la cabeza, pregunta para ampliar información y sigue mirándole a los ojos”, aconseja la psicóloga y añade que “si estamos muy ocupados con otra cosa, es preferible decirles que nos dé un minuto para mandar ese mensaje (o lo que sea que estemos haciendo) y luego prestarles toda nuestra atención que no decirles "ve contando", al tiempo que tecleamos en nuestro dispositivo”.
- Valida sus emociones La escucha activa es un magnífica oportunidad de validar sus emociones por lo que la psicóloga aconseja que cuando tu hijo te esté contando algo prestes atención también a las emociones que implica lo que está diciendo: “En realidad no les ayudamos cuando sobrereaccionamos (“¡¿De verdad?!), ni cuando las minimizamos (“No es para tanto”). Realmente les ayudamos cuando entendemos cómo se siente o al menos queremos entender como se sienten”.
- Repite o pregunta lo que ha dicho Según la experta de Psikids, este recurso sirve para que los niños tomen conciencia de que estamos atentos a la conversación. Ayudan frases como “Te enfadaste porque no quiso compartir contigo…” o “¿Cómo te hizo sentir que no quisiera compartir contigo?”. En la comunicación o escucha activa, "el arte está en la forma de preguntar" afirma García y apunta que hay que evitar interrogatorios con preguntas cerradas a un “sí” o un “no” y lanzar preguntas abiertas: “De esta forma, se abre la posibilidad a todas las respuestas posibles y nosotros nos situamos en un espacio de más comprensión”.
- Respeta el uso de la palabra La psicóloga dice que es fundamental evitar interrumpirles cuando nos están contando algo, al tiempo que respetamos los silencios ya que así “se crea un espacio para que sigan hablando y nosotros pensar lo que les vamos a decir”. Además, al predicar con tu ejemplo, los niños aprenden a escuchar lo que les va a ser de utilidad en sus relaciones con otras personas: “Así, no solo van a crecer emocionalmente más sanos, sino también más reflexivos”. Además, “la escucha activa no solo proporciona a tus hijos una habilidad esencial para sus relaciones sociales y desarrollo emocional, sino que también mejora la relación entre padres e hijos”, añade por último esta experta.

- Reflexiona sobre el motivo que te impide escuchar a tu hijo y después, practica cada día, la escucha activa: Por su parte, la neuroeducadora Tania García recomienda poner todo el esfuerzo en ser conscientes de por qué no escuchamos a nuestros hijos e hijas. Según la creadora de la filosofía “Educación Real” hay preguntarse: ¿A qué tenemos miedo? ¿Qué nos impide practicar esta escucha activa? ¿Por qué no nos sale de manera natural? ¿Qué relación hay entre esta situación y nuestra propia infancia y/o adolescencia? ¿Qué relación existe con el valor que nos otorgamos a nosotros mismos como personas? “A partir de este análisis sincero, hay que ir practicando cada día la escucha activa, sin juicios, ni críticas. Se trata de fluir con el día a día, sin estar a la defensiva, sin ahogarse en los propios pensamientos o ideas incorrectas”, sostiene esta experta.
- Déjate llevar por la ternura “Déjate llevar por la ternura, por parar el tiempo, por la más profunda comprensión y compasión y acércate a la escucha que transforma, esa que no necesita más que eso: escucha ética, real y diaria”, aconseja Tania García, porque lo que tu hijo tiene que contarte va a tener un impacto en ti y en él. “Mediante la escucha activa vas a conectar con esa persona que tienes delante, tu hijo o tu hija, la persona a quien más amas del mundo y él se va a sentir escuchado y respetado en un mundo que es cada vez más desconectado y hostil”.