Los niños y niñas están preparados para coger la raqueta de tenis por primera vez alrededor de los 4 o 5 años. Es cierto, por lo tanto, eso que se escribe y se dice en los perfiles de los grandes campeones que empezaron sobre esta edad, algunos de ellos un poquito antes incluso.
De todas maneras, como ocurre con otras muchas disciplinas deportivas y actividades culturales, conviene no guiarse tanto por la edad y sí más por las sensaciones a la hora de animarles a probarlas. Si no hay motivación alguna en el peque por el tenis, apuntarle a clases directamente tiene muchas papeletas de no tener recorrido alguno: la motivación lo es todo.
Por ello, lo ideal es llevarles un día a jugar. O por lo menos enseñarles en qué consiste el tenis en televisión y consultarles si les gustaría probarlo. Seguro que podéis conseguir una raqueta infantil adecuada para su edad y que pruebe un día con vosotros. Ni siquiera tenéis que desplazaros hasta una pista y alquilarla: podéis probar en cualquier espacio abierto y seguro donde el niño o niña se anime con sus primeros intentos de golpear a la pelota.
A partir de aquí, si su motivación crece y demanda jugar más veces, es cuando podéis proponerles, si se dan las circunstancias, recibir clases de tenis. Pero no tengáis prisa porque, como ya os hemos recordado en alguna ocasión anterior, cada vez son más los docentes y expertos en neuroeducación que recomiendan no apuntar a los niños y niñas a actividades extraescolares hasta que no llegan a primaria.
Hasta entonces, el parque sigue siendo la mejor extraescolar. No quita esto para que el peque está muy motivado le apuntéis a tenis antes de los 6 años, pero lo que queremos decir con esto es que no conviene apresurarse. No se trata de construir al nuevo Nadal o la nueva Steffi Graff; basta con que se diviertan y hagan deporte y eso puede llegar a los 4 o a los 10 años; no hay una edad predeterminada. Y esto es aplicable también para cuando empiecen las clases: no les presionemos con esto o aquello y dejemos que descubran el deporte que practican desde un punto de vista lúdico, alejado de la competición.
Beneficios del tenis en niños y niñas
Como cualquier deporte, el tenis ofrece múltiples beneficios a quienes lo practican, ya sean adultos o menores de edad. En el caso de estos últimos, su gran valor es la diversión: es un juego, por encima de todo, muy divertido. Y si al niño no se lo parece una vez probado, es mejor no insistir en ello y ayudarle a descubrir sus aficiones por otros caminos.
Dicho esto, el tenis es un deporte que ayuda a socializar a los peques ya que pese a que se juega de manera individual (o en dobles), se entrena en grupo en edad infantil, de manera que pasarán tiempo con otros niños y niñas de su edad en un ambiente muy saludable para ellos. Además, se trata de una de las actividades deportivas que más ayuda al desarrollo psicomotor de los peques porque se trabaja la coordinación de movimientos de todo el cuerpo, incluyendo extremidades inferiores y superiores, que además tienen que manejar al mismo tiempo la herramienta de juego, la raqueta.
Este movimiento global supone un trabajo muscular y óseo completo, por lo que se trata de una actividad fantástica para tonificar y moldear su cuerpo, que además trabaja la agilidad, la velocidad, los reflejos y también la capacidad aeróbica, entre otros factores. Y también les ayudará a ponerse en la piel de los demás porque es esencial en el tenis la lectura del juego: adivinar la táctica del oponente, fijarse a qué lugares suele enviar más a menudo la bola y dónde le cuesta más devolver la pelota, por ejemplo.
Por otro lado, la dinámica del juego una vez se van haciendo más mayores potencia la fortaleza mental y da valor al esfuerzo individual, pero al mismo tiempo fomenta la disciplina y el respeto por lo demás. Esto es posible gracias a que se entrena en grupo cuando se trata de niños pero se compite casi siempre de manera individual.
En definitiva, el tenis es un deporte muy completo para los niños y niñas que se interesen por esta disciplina que tiene la ventaja extra de que se puede practicar indistintamente al aire libre o en superficies techadas o incluso interiores.