Un cuento para padres: La familia Castaña hace sopa de tormentas (miedo a las tormentas)

Enfrentar el miedo a las tormentas puede ser más fácil si educamos y lo convertimos en una historia emocionante.
La sopa de tormentas sirve para validar el miedo de Grecia y su emoción, dándole herramientas para afrontarla. / Fuente: Gemini

¿Miedo a las tormentas? Un cuento puede ser la mejor solución. Muchos niños sienten temor ante los truenos, pero la clave no está en ignorarlo, sino en ayudarles a afrontarlo.

En el pequeño pueblo de la sierra vivían personas que no se asustaban nunca. En realidad, casi nunca. Allí los paraguas se vendían casi más que el pan y las botas de agua eran el calzado oficial. Todos los habitantes estaban acostumbrados a los aguaceros, las tormentas y los truenos que resonaban como tambores en el cielo. Todos… excepto una niña llamada Grecia.

Grecia tenía casi cinco años y un problema muy serio: le temía a las tormentas. Mientras sus amigos saltaban en los charcos y parecían disfrutar de los truenos, ella escondía su cabeza bajo la almohada con las manos tapándose los oídos. No entendía cómo todo el mundo podía vivir tan tranquilo en un lugar con el cielo tan oscuro y ruidoso.

Enfadada, corrió a buscar a sus padres.

—¡Mamá, papá! ¿Por qué a nadie le da miedo la tormenta? ¿Soy la única que piensa que el cielo es un monstruo que se va a caer encima?

Su madre la escuchó atentamente y le dijo:

—¡No eres la única, Grecia! Todos hemos tenido miedo alguna vez. Pero aquí en el pueblo tenemos un truco infalible para volvernos más valientes…

¡La famosa sopa de tormentas de tu padre!

Grecia arrugó la nariz y sorbió un poco de sopa, pero no parecía la misma de siempre. ¿Sopa de tormentas? ¿Por qué olía diferente?

El padre fue a la cocina a preparar la famosa sopa para cenar, y le sirvió un cuenco a Grecia. ¡Era una sopa mágica! Estaba llena de color y algunas verduras. Todos en el pueblo la tomaban para ser más valiente. Por ejemplo, los bomberos cuando hay una tormenta se sienten como superhéroes y se mueven más rápidos que la velocidad de un rayo. Los músicos transforman las tormentas en música para sus oídos. Los pintores, en cambio, ven el arte y pintan paisajes lluviosos. Y los policías, pierden el miedo a patrullar en medio de la lluvia.

—Pues lo mejor de todo es que con esta sopa y paciencia tú también podrás ver las cosas de otra manera completamente nueva – dijo su padre –. Imaginarás que las tormentas no son más que aire caliente y frío dándose un abrazo invisible. ¡Y a veces forman una explosión que suena muy fuerte!

Además de todo eso la madre de Grecia también le contó otro secreto a su hija sobre las tormentas:

—¿A que parece que suenan muy enfadadas? Pues se les pasa en seguida. Por eso, después de una tormenta el cielo está más limpio y bonito, los pájaros cantan más contentos y a veces aparece un arcoíris brillante atravesando todo el cielo.

La tormenta pasó en cuanto Grecia terminó de cenar y se sintió más segura, pero… ¿Qué iba a hacer cuando llegase la próxima? ¡Ahora estaba preparada para ser más valiente! Sabía que no solo sobreviviría gracias a la sopa de tormentas de su padre, sino que con paciencia y suerte, podría después de la tormenta ver el brillante arcoíris en su pueblo. ¡Y muchas maravillas más en el cielo aún por descubrir!

Las tormentas suelen dejar muchas gotas de agua suspendidas en el aire, lo que crea las condiciones perfectas para que se forme un arcoíris cuando el sol vuelve a aparecer. / Fuente: Gemini

Superando la Brontofobia: Una lectura a través de la tormenta

En un artículo anterior hablamos sobre “cuando el niño tiene miedo a las tormentas: cómo tranquilizarlo”. Ahora, profundizamos en cómo utilizar la narrativa como herramienta terapéutica para ayudar a los más pequeños a afrontar el miedo a los truenos, también conocido como brontofobia. La clave para superar la brontofobia, más allá de los consejos tradicionales, puede estar en cómo contamos las historias. Como mencionamos en el artículo anterior, el miedo a las tormentas es algo natural desde edades tempranas, pero convertirlo en una experiencia manejable es posible a través de cuentos terapéuticos. La narrativa no solo es una herramienta para los niños, sino también para los padres. 

La Brontofobia y la “Sopa de tormentas”

Cuando un niño escucha un trueno, especialmente si es muy fuerte o repentino, su respuesta emocional puede ser de miedo porque no comprende que los truenos son solo un sonido natural ocasionado por un proceso físico (el choque de las masas de aire). La sorpresa y la intensidad del sonido pueden generar una sensación de peligro, especialmente en los más pequeños. La falta de información, entre otros motivos, puede ser uno de los factores que contribuye a este miedo.

Aquí entra en juego “La sopa de tormentas”, la historia en la que Grecia tiene mucho miedo a las tormentas, pero que se le reduce significativamente cuando recibe ayuda e información para disminuir su ansiedad. A lo largo de la historia, sus padres no le dicen que no debe tener miedo, ni la ridiculizan o la ignoran, sino que la validan y la acompañan en su proceso. Esta es una de las primeras lecciones que podríamos aplicar: no minimizar sus miedos, sino permitirles expresarlos y validarlos. Reconocer que lo que siente es real para él es el primer paso para ayudarle a superarlo.

Grecia, a lo largo de su aventura, aprende qué son realmente los truenos. El conocimiento desactiva el miedo, pero los padres no le dicen directamente que debe dejar de tener miedo, sino que la ayudan a enfrentarse poco a poco. Esto puede ser una estrategia importante para los padres: explicar al niño qué ocurre durante una tormenta.

Es común que los padres intenten ocultar o controlar su miedo para no transmitirlo a sus hijos, pero a veces los niños pueden notar esa ansiedad. Además, en algunos casos, los padres pueden desarrollar su miedo a las tormentas debido a la preocupación por la seguridad de sus hijos o por los efectos potenciales de una tormenta severa (como los rayos o las inundaciones). / Fuente: Gemini

Lo negativo en positivo

A través de la sopa, Grecia recibe una nueva perspectiva sobre las tormentas: no son monstruos. Los niños pueden modificar su visión sobre situaciones que les genera ansiedad, enseñándoles que los miedos son naturales, pero que pueden entenderse y manejarse. Cuando Grecia come la sopa, no solo está tomando una comida, sino que se está enfrentando a su miedo. Usar rituales familiares, como comer juntos en un ambiente tranquilo y reconfortante, puede ayudar a fortalecer el vínculo y a los niños a sentirse protegidos en los momentos de estrés.

De forma similar, los expertos sugieren que cuando hay una tormenta, los padres pueden involucren a los niños en actividades que les mantenga ocupados y tranquilos, como juegos, ver una película en familia o hacer manualidades.

Echarle imaginación

La imaginación es desbordante, sobre todo cuando se trata de niños así que, ¡echemos toda la imaginación posible! Crear escenarios positivos o habilidades especiales es también una manera efectiva de reforzar la autoconfianza. Los niños pueden aprender a hacer frente a sus peores temores a través de la fantasía, al igual que Grecia, una heroína con el poder de superar su fobia y controlar las tormentas gracias a la sopa de su padre.

Designa un lugar en la casa donde se sienta seguro durante las tormentas, como una habitación interior o un sótano. / Fuente: ChatGPT

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