Hace ya más de treinta días que la tierra enfureció en La Palma, arrasando con todo sin piedad. Más de treinta días de una erupción volcánica que se ha llevado por delante miles de viviendas, iglesias, edificios públicos y también colegios. Una erupción que ha dejado sin clase a muchos niños que viven en un interrogante constante.
Si para ellos, como para todos, el curso pasado estuvo marcado por las normas anticontagios, este lo está también por su seguridad ante el avance de la lava, que parece no tener fin. Y, ante lo que cuentan en el diario El País de primera mano, todo está pasando factura a su bienestar emocional. Pero, por suerte, sus profesores siguen velando por ellos, intentando que todo sea lo más normal posible para estos pequeños.
En total son unos 132 niños, de Los Campitos y Todoque, así como de otras poblaciones evacuadas por seguridad, como Puerto Naos o Jedey, los que han tenido que buscar una alternativa a sus aulas. De ellos, tan solo han regresado unos sesenta a las aulas. Los demás, o se han ido a centros más cercanos a su zona de realojamiento, o se han ido a sus países de origen o a otra isla a la espera de que la situación mejore.
Un edificio cedido por El Cabildo, su nueva escuela
Han cambiado de escuela. En tan solo dos horas y media, los profesores cogieron lo poco que pudieron de los antiguos centros y lo trasladaron al colegio Princesa Arecida, que cuenta con 12 aulas y una cocina comedor. Antes de ser el ‘refugio educativo’ de estos estudiantes eran las instalaciones de la Escuela Insular de Música de La Palma.
De momento, los esfuerzos de los docentes, que están poniendo todo de su parte para que las clases parezcan lo más normal posible, es tranquilizar a los menores y ofrecerles el apoyo emocional que necesitan. “Son pequeños y aún no manejan el vocabulario para expresarse, vamos a ayudarles y la próxima semana ya veremos si volvemos con las matemáticas”, afirma a El País Beatriz, una de las maestras de este colegio improvisado.
Educando gracias a la solidaridad
A esa vorágine de emociones a las que se están enfrentando los niños de La Palma (y todos los habitantes) se suma el hecho de que se han quedado sin nada: algunos no pudieron sacar de sus casas ni las mochilas, ni los libros, ni los cuadernos ni ningún material escolar. Pasó lo mismo en algunos de los centros educativos que engulló la lava: todo el material que había dentro, ha desaparecido.
Por suerte, de acuerdo a El País, la solidaridad ha conseguido que los niños tengan material suficiente para poder continuar su formación académica.
Las clases se retoman el lunes
Los demás centros educativos desalojados recuperarán su actividad lectiva este lunes, a espera de saber cómo avanza la situación. Hasta ahora, la mayoría de los evacuados han seguido estudiando en las casas donde se iban realojando. “La situación es muy complicada. El volcán ruge constantemente, no sabemos si se van a abrir más bocas, si volverán los temblores, las explosiones. Estos días no paran de caer piedrecitas y se escucha el tic tic tic en los cristales. Parece que llueve”, contaba a Efe María Yenis Rodríguez, directora del colegio Adamancasis, de El Paso.