Kraken es una subvariante de la COVID-19 que se detectó inicialmente en Estados Unidos, concretamente en los estados de Nueva York y Connecticut; prolongándose posteriormente por todo el país y alcanzando a Europa. Actualmente ya hay casos en al menos 25 países y la cifra no deja de crecer. La COVID-19 está en constante mutación, de ahí que no se esté ante un "nuevo virus" sino ante una nueva subvariante del mismo.
El problema de "Kraken" y lo que ha alertado a epidemiólogos de todo el mundo, es que su procedencia es la variante Omicron. Es decir, "kraken" es una subvariante de la variante más transmisible hasta ahora. De ahí su rápida propagación por todo el mundo.

¿Es peligrosa para mi peque?
Aunque aún es pronto para conocer su gravedad y no se disponen de datos contrastados para elaborar un cuadro clínico definitivo, los primeros casos en nuestro país parecen indicar que la nueva subvariante no es más peligrosa ni más letal que variantes anteriores.
Desgraciadamente lo que sí parece estar cada vez más claro en opinión de epidemiólogos y virólogos es que nos encontramos ante la subvariante con la capacidad de propagación más alta hasta la fecha, con una velocidad de contagio mucho más rápida que anteriores variantes de la COVID-19.
Kraken es una subvariante de la variante más transmisible hasta ahora. De ahí su rápida propagación por todo el mundo.
Por tanto, el problema no será su sintomatología sino su transmisión. Y éste dato si es de importancia para los padres, ya que "kraken" no deja de ser la subvariante de un virus. Y uno de los vectores de transmisión clave en el contagio de una enfermdad vírica son los niños.
Los peques pasan, ya sea en el colegio ó en la escuela infantil, cinco o seis horas en contacto directo con otros niños, a lo que hay que añadir las actividades extra escolares y el contacto con familiares; todo esto acompañado del levantamiento de las medidas de contención de años atrás. Así que el panorama va a ser propicio para que "kraken" se propague. Es cuestión de tiempo, y en el caso de "kraken" muy poco tiempo, que los casos de la nueva subvariante se extiendan por toda la geografía española.
¿Qué síntomas produce la nueva subvariante en mi peque?
Al ser una nueva subvariante recién aparecida, los datos sobre la misma aún son precoces. Pero al ser de procedencia no asiática sino norteamericana los primeros casos están siendo investigados a fondo por centros de prestigio como la Universidad de Chicago o el centro Johns Hopkins y las primeras conclusiones han determinado que los síntomas de "kraken" son prácticamente calcados a los síntomas de las primeras variantes de la COVID-19:
- Fiebre.
- Dolor muscular.
- Tos.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Mucosidad y congestión nasal.
Los primeros casos en nuestro país parecen indicar que la nueva subvariante no es más peligrosa ni más letal
¿Cómo puedo ayudar a mi peque?
Con esta nueva subvariante son claves el seguimiento y la vacunación. Aún no se tienen datos exactos sobre el periodo de incubación de la nueva subvariante, pero teniendo sus grandes similitudes con "omicron", todo parece indicar que será un periodo de incubación similar a las misma. Es decir, entre tres y cuatro días.
Así que de nuevo es recomendable que los padres vayan apuntando los lugares que van visitando con el peque, así como los familiares con los que tiene contacto. Y en cuanto la enfermedad "dé la cara" aislar al peque y avisar a las personas que estuvieron con él.

Esta nueva subvariante es muy contagiosa y quizá sú único dato a favor (además de la hasta el momento baja letalidad) es su corto tiempo de incubación. Lo que propicia que el peque enfermo pueda ser detectado con rápidez, aislado y controlado. Imaginad si a su vertiginosa rápidez de contagio a "kraken" se le añadiese un periodo de incubación de un par de semanas. Sería la tormenta perfecta, pues cuando el peque de un aula experimentase los primeros síntomas ya habría contagiado a toda la clase. Afortunadamente y dado su "linaje omicron", todo parece indicar que su periodo de incubación es corto.
Con respecto la vacunación los dos principales problemas son los padres que optan por no vacunar a sus hijos y los padres que han perdido confianza en las vacunas cuando su peque previamente vacunado ha vuelto a reinfectarse o ha contraído una nueva subvariante del mismo virus.
Debemos insistir en la importancia de la vacunación. No suponen una inmunidad total ni la posibilidad de una nueva reinfección, pero está más que demostrada su eficacia en los tres estadios más graves: Evitar síntomas graves, evitar hospitalización y en último lugar evitar resultado muerte.
Por otra parte, los padres no deben caer en la desconfianza en la vacunación por la aparición de reinfecciones por nuevas subvariantes. La COVID-19 seguirá mutando como cualquier otro virus. De hecho los padres deben tomar la aparición de nuevas variantes como un hecho normal, como ya ocurre, cada año, con el virus de la gripe.