Desde el Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, en la comunidad de Madrid, la doctora Covadonga Díaz-Caneja tiene muy claro que “cada vez hay más evidencias de las consecuencias sociales y de salud negativas de la soledad en los adultos, pero se sabe mucho menos sobre las consecuencias prolongadas de la soledad infantil.”
En su departamento trabajan con datos que sugieren precisamente eso, que “la soledad infantil puede servir como factor de riesgo temprano para trastornos psicóticos posteriores”.

Si tenemos en cuenta que la soledad infantil se está convirtiendo en una situación cada vez más frecuente, por ejemplo, en nuestro país aumentan los llamados “niños de la llave” de una forma continuada en los últimos años y es importante tener en cuenta sus posibles consecuencias sobre la salud mental de niños y adolescentes.
Sobre todo cuando vemos situaciones como las que viven los adolescentes en Japón, donde los robots van al colegio como herramienta para cuidar la salud mental del alumnado.
Soledad en la infancia
El reciente estudio publicado en la revista especializada British Journal of Educational Psychology, analiza la relación entre la soledad de los adolescentes en los centros educativos y la salud mental.
Las conclusiones a las que llegaron los investigadores fueron muy claras, la soledad en el periodo de la infancia y la adolescencia, puede ser un factor de riesgo para problemas posteriores como la ansiedad, la depresión infantil, una peor salud mental e incluso la ideación suicida.
Los autores de este estudio asumen que la adolescencia es un periodo vital caracterizado por el cambio y la transición que pueden ser factores de riesgo para la aparición de la soledad no deseada y sus efectos más perniciosos.
Siempre conviene distinguir los problemas neurológicos y de comportamiento pero es innegable que hay factores desencadenantes que conviene valorar convenientemente.
Por ejemplo en los niños antes de cumplir los 12 años. Aquellos que se sintieron solos durante más de seis meses antes de esta edad, tienen según este estudio, más posibilidades de experimentar episodios psicóticos que aquellos que no lo sintieron. Un problema de salud mental que se ha observado, presenta una mayor prevalencia en las niñas que en los niños.
Prevenir y cuidar
Para prevenir este tipo de problemas relacionados con la salud mental conviene empezar por tratar de evitar en la medida de lo posible los momentos de soledad no buscada. Además de añadir por ejemplo actividades relacionadas con la naturaleza que es una medicina emocional para nuestros hijos según la Universidad de Cambridge.
Por parte de organismos como la Universidad de Jaén se ha creado una herramienta para ayudar a los adolescentes y su salud mental que puede resultar interesante y eficaz, además de los libros de autoayuda que mejoran la salud mental de los adolescentes que pueden servir para identificar mejor el posible problema.

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