Dice el neuropsicólogo Álvaro Bilbao que “llevar a un niño o niña de menos de 6 años a un restaurante no tiene que ser sinónimo de ‘hecatombe’ y tampoco hace falta recurrir al móvil o a la consola para que esté tranquilo o tranquila”. Solo hay que tener un poquito de imaginación y dedicarles algo de tiempo para jugar con ellos y ellas o proponerles algún juego de dinámica sencilla. Juegos estos que recomienda el experto en psicología infantil que también sirven para un viaje largo o para cualquier momento de espera; por ejemplo en el médico.
Los juegos que aconseja Álvaro Bilbao para los ratos muertos, que habitualmente crecen en verano porque también lo hacen nuestros planes de ocio “de adultos”, por llamarle de alguna manera a las cenas y comidas en restaurantes, son muy fáciles de aplicar. De hecho, salvo uno, ni siquiera es necesario disponer de material. Solo “imaginación y esfuerzo”, como señala el propio neuropsicólogo. Así, dice, “podemos hacer de la espera o de la sobremesa un rato divertido, tranquilo y de unión familiar”.
Bilbao, antes de dar los detalles de los juegos que recomienda para evitar móviles, tabletas y consolas de viaje, reconoce que entiende perfectamente a padres y madres que recurren a las pantallas en este tipo de situaciones porque son “una solución práctica y que tenemos muy a mano”, pero incide en que no tenemos que poner demasiado de nosotros para evitarlas si probamos alguno de estos juegos. “Te ayudarán a pasar una velada fantástica y tranquila", afirma Álvaro Bilbao, que destaca la importancia del juego en el desarrollo de los niños.

- Espacio para correr
El primer consejo de Álvaro Bilbao es intentar ir a restaurantes que tengas un jardín o parque cerca. Si es así, dice el neuropsicólogo, “puede ser una buena idea que los niños y niñas jueguen mientras llega la comida”.
Para Bilbao, esta es “la manera más sencilla de que descarguen la energía y estén más relajados en la mesa”.
- Juegos de mantel
El segundo tipo de juegos que aconseja Álvaro Bilbao si este verano salís a comer o cenar con peques son los juegos de mantel, un nombre muy original con el que se refiere a aquellos juegos de dibujar y pintar. Muchas veces son los propios restaurantes los que les ponen manteles coloreables a los niños y niñas e incluso les dejan lápices de colores o ceras.
Por si acaso no es el caso, un truco infalible para salir a un restaurante con niños y niñas es llevar para que puedan pintar sin depender de lo que encontréis en el establecimiento. El propio Álvaro Bilbao te lo recomienda: “Puedes llevar tus propios lápices de colores e incluso un cuaderno para poder darles hojas en caso de que no los tengan”.
- El juego de los secretos
El tercer juego de restaurante, que también puede ser de viaje, que aconseja probar Álvaro Bilbao con los peques, es el de los secretos. Es más popular como “el teléfono escacharrado”.
Consiste en decirle una frase secreta al oído y que se vaya transmitiendo por orden a las demás personas de la mesa, también en secreto y al oído. “Al final de la ronda, la última persona tiene que decir en voz alta lo que escuchó y suele ser muy divertido porque la frase final no tiene ningún sentido”, dice Álvaro Bilbao.
Según el neuropsicólogo, este juego “les ayuda a desarrollar la calma y la concentración”.
- Tienes un minuto…
El cuarto juego de restaurante que apunta Álvaro Bilbao consiste en dar un minuto de tiempo a cada peque para que diga o apunte palabras de una determinada categoría, como por ejemplo sabores de helado o medios de transporte.
Esta especie de Scattergories casero les ayudará, dice el experto en el cerebro de los niños y niñas, a trabajar “un componente de la memoria que llamamos ‘búsqueda de información’”.
- Las preguntas
Según Álvaro Bilbao, el juego de las preguntas es ese del que sus hijos nunca se cansan. “Podemos preguntarles cualquier cosa que se sepan pero que resulte algo difícil de recordar”, explica. Por ejemplo, la capital de Francia o que enumeren tres animales que vuelen y no sean pájaros.
Este juego, que les mantendrá muy entretenidos en viajes y salidas a restaurantes, incluso también en salas de espera, por qué no, “es un ejercicio muy completo para el aprendizaje, la memoria y el autocontrol”, concluye Álvaro Bilbao.