Sí y no. Hay problemas de comportamiento que se pueden ignorar como una buena herramienta de disciplina, pero hay que saber bien qué comportamientos se pueden ignorar y cuáles no. Ignorar una mala conducta que no es muy grave sí puede ser aceptable, pero en cambio, es necesario combinarlo con otras herramientas de disciplina para que sea efectivo. La ignorancia por sí sola no ayuda a mejorar el mal comportamiento infantil.
Si decides ignorar unos comportamientos y no otros, será porque lo has pensado con anticipación y es un plan para el control del comportamiento.
¿Seguro que ignorar es buena idea?
Ignorar no significa que estás descuidando las emociones de tus hijos, sino que estás destinando tu energía a su buen comportamiento y no únicamente a la mala conducta, porque en el caso de que fuese así, podrías estar reforzando el mal comportamiento. Para que exista una buena modificación de conducta se debe utilizar el refuerzo positivo para fomentar el buen comportamiento. Las consecuencias negativas serán las encargadas de desalentar el mal comportamiento.
La atención puede ser un gran refuerzo para un niño, incluso si se trata de una atención negativa. Tus hijos necesitan aprender formas socialmente aceptadas para manejar esas emociones incómodas, empezando sobre todo, por el propio entendimiento de los sentimientos. Cuando ignoras un mal comportamiento leve, es una buena forma de evitar que el mal comportamiento continúe y también evitarás las luchas de poder. Es probable que cuando tu hijo grite solo quiera llamar tu atención. Entonces si le dices varías veces: ‘Deja de gritar y tranquilízate’ ya estás prestándole la atención que podría reforzar el mal comportamiento.
Eso no significa que haya que dejarlo solo en momentos en los que nos necesita. Siempre hay que acompañar una rabieta y nunca debemos dejar de hablarles porque estemos enfadados por algo que hayan hecho.

Enseñar a cómo lidiar con estos sentimientos es necesario para garantizar que aprende las habilidades que necesita para convertirse en un adulto responsable en el futuro.
No se trata de ignorar la conducta y ‘pasar’ de tu hijo. Nada más lejos de la realidad. Se trata de darle tu atención justo cuando el mal comportamiento leve cesa, porque de esta manera estarás reforzando positivamente el buen comportamiento. Tu hijo se dará cuenta que tu atención la recibe cuando está en calma.
Ignorar la mala conducta leve solo funcionará si tienes una relación positiva con tu hijo. Después deberás ayudarle a entender sus emociones, a reflexionar según sus capacidades sobre lo sucedido y a encontrar soluciones.