Los niños bien alimentados y sanos aprenden mejor. Serán más fuertes, más productivos y están en posición para desarrollar al máximo su potencial. Enseñar al niño, desde bien pequeño, a llevar una dieta sana y equilibrada y explicarle las repercusiones de la nutrición en su salud es básico en la educación infantil.

¿Sabías que cerca del 40% de los niños españoles de entre 3 y 8 años tienen obesidad o sobrepeso? Es cada vez más frecuente (desgraciadamente) tener en la consulta en torno a 3-4 niños al día con sobrepeso u obesidad. Además, existe una falta de conciencia al respecto y una distorsión de la realidad al ver como sanos a niños con sobrepeso y como enfermos a niños con normopeso.
Lo cierto es que es fundamental inculcar unos hábitos alimenticios saludables en los niños desde pequeños, ya que en estos años se asienta la base para adquirir una buena relación con la comida.
Debemos tener claras varias ideas:
- Nunca debemos obligar al niño a comer, si hacemos esto haremos que desarrolle una relación con la comida muy negativa y que asocie el momento de comer con una experiencia desagradable.
- Es fundamental tener en cuenta que los niños necesitan probar un alimento entre 15 y 20 veces para decidir si les gusta o no, por lo que la paciencia y la constancia son claves durante los primeros años.
- Es muy importante aprender a leer la etiqueta nutricional de los productos para aprender a distinguir qué ingredientes son más y menos aconsejables en la dieta infantil.
- La dieta de los niños debe ser completa, equilibrada y saludable, por lo que en ella deben abundar las frutas y verduras.
¿Sabes cuáles son las preguntas e inquietudes más frecuentes sobre este tema? Te lo contamos y aclaramos las respuestas.
¿Cuáles son las carencias nutricionales en niños más alarmantes del planeta?
El "hambre oculta" es la carencia de vitaminas y minerales esenciales en la dieta, componentes que son esenciales para potenciar la inmunidad y un desarrollo saludable. Las carencias de vitamina A, zinc, hierro y yodo son motivos de gran preocupación para la salud pública. Unos 2000 millones de personas sufren de carencia de yodo en todo el mundo y la carencia de vitamina A se asocia cada año a más de medio millón de fallecimientos de niños menores de 5 años a escala mundial.

¿Cómo leer las etiquetas de los alimentos?
En las etiquetas de los alimentos hay dos secciones con información nutricional: la información sobre nutrientes y la lista de ingredientes. Es importante observar que las cantidades de nutrientes que figuran en la lista porque indican la cantidad en una ración. El porcentaje de valores diarios te ayuda a determinar qué cantidad de un nutriente proporciona el producto en una ración basándose en una ingesta diaria total sugerida. Debemos evitar clasificaciones nutricionales como el Nutriscore que no valoran adecuadamente los alimentos, clasificando como sanos algunos insanos.

¿Cuántos hidratos deben comer los niños?
La mitad de las calorías que ingieren a lo largo de la jornada deberían provenir de los hidratos de carbono. La energía que nos proporcionan los carbohidratos presentes en las patatas, pastas, harina, legumbres, frutas y verduras son tan importantes que se calcula que una dieta equilibrada contiene un 55% de hidratos de carbono, entre un 10 y un 15% de proteínas y un 33% de grasas. Además, debemos introducir en la alimentación habitual alimentos integrales que favorecen una absorción más lenta de los hidratos de carbono gracias a la fibra presente en ellos.

¿Cuánta leche deben beber diariamente?
Es un alimento básico dentro de una dieta variada y equilibrada. A partir del primer cumpleaños se aconseja que el niño tome medio litro de leche (incluyendo los yogures y el queso) como máximo. El exceso de lácteos puede impedir que tome otros alimentos que también necesita para su desarrollo. Si toma pecho, se sigue dando a demanda y ya no es necesario ofrecérselo antes de los sólidos. Conviene sustituir los biberones por un vaso, para evitar dos problemas: que el niño tome demasiada leche y que el biberón pueda llegar a provocarle caries. Las fórmulas de crecimiento o leches tipo 3 no aportan un beneficio superior a la leche entera de vaca, por lo que es adecuada su incorporación a la dieta a partir del año de vida.

¿Proteínas todos los días?
Reducir el consumo de carne a dos o tres veces por semana y tomar pescado en la misma proporción. Basta con comer cualquiera de estos una vez al día. Pero si tomamos de uno, no conviene hacerlo del otro (no repetir en la cena lo que hemos puesto en la comida). Los expertos han lanzado una voz de alerta: tomar demasiados alimentos proteicos en los primeros años de la vida favorece el sobrepeso y el adelanto de la pubertad. El nutricionista Julio Basulto nos recuerda la famosa pirámide de los alimentos: “debemos comer más de lo que hay en la base, es decir, productos de origen vegetal (frutas, hortalizas, frutos secos, legumbres, cereales preferentemente integrales) y menos de los que hay en la cima, es decir, alimentos origen animal (pescados, lácteos, huevos y cárnicos)”. Si hablamos de cifras, en la misma línea, la OMS aconseja que "la energía procedente de proteínas no supere el 15% de las calorías totales en la dieta infantil”.

¿Cómo enseñar a los niños a comer sano?
Es importante recordar que nosotros ofrecemos la calidad de los alimentos y los niños escogen la cantidad que necesitan. Lo importante es que el niño tenga una dieta variada, en cantidad suficiente y en un entorno agradable. Son fundamentales estos 4 hábitos: establecer horarios fijos para cada comida, planear las comidas con antelación, compartir las comidas en familia y hacer las comidas más originales y apetecibles.

¿Existe una cantidad óptima que deban comer los niños?
Como ya hemos dicho, nosotros escogemos calidad y ellos cantidad. Si dice que está lleno, hay que respetarlo y no forzar a acabar el plato. Si no, puede que le siente mal la comida. No hay que alarmarse cuando nuestro hijo pasa por una etapa de inapetencia o se da un atracón: puede considerarse normal siempre que su desarrollo sea correcto y tanto el peso como la altura sigan su ritmo habitual.

¿Los niños pueden picar entre horas?
El picoteo con productos ultraprocesados (papas, ganchitos, dulces) debe ser una gran excepción. Hay que acostumbrar al cuerpo a unos horarios y limitar el picoteo entre horas. La monotonía en la mesa produce insatisfacción e induce al picoteo. Es frecuente que se llegue a las comidas principales sin apetito por picoteo entre horas y por tanto perdemos los principales alimentos saludables y fomentamos la comida rápida e insana.

¿Sabes qué puedes hacer para que tu hijo no engorde demasiado?
Casi el 40% de los niños españoles de entre 3 y 8 años tienen obesidad o sobrepeso. La obesidad infantil, o exceso de peso producido por una acumulación de grasa corporal, ha crecido en los últimos años. Si vemos que nuestro hijo engorda más de la cuenta no debemos evitarl comentarlo con el pediatra ya que nos ayudará a poner medidas concretas para controlarlo. Los errores dietéticos suelen ser los grandes culpables. El metabolismo del ser humano se “programa” en gran medida durante los nueve meses de gestación y en los primeros meses de vida, lo que se llama “los primeros mil días”, de ahí la importancia de enseñar a comer adecuadamente a nuestros hijos durante este periodo de tiempo.

¿Los niños pueden llevar una dieta vegetariana?
Los especialistas en nutrición infantil, como la Academia Americana de Pediatría, aseguran que las dietas vegetarianas, lacto-vegetarianas (las que incluyen la leche) y ovo-lacto-vegetarianas (las que permiten la leche y el huevo además de los vegetales) cubren las necesidades de bebés, niños más mayores y adolescentes y promueven un crecimiento normal siempre que estén bien diseñadas. Lo importante es que los niños lleven una dieta variada y equilibrada, coma carne y pescado o no. Sólo las dietas extremadamente restrictivas, como la frugívora o crudívora, se han asociado con un deterioro en el crecimiento, por tanto, no pueden recomendarse para bebés o niños. Si estás pensando iniciar una dieta vegetariana o vegana no dudes en contactar con tu pediatra y con un experto en nutrición.
