Ya han pasado aquellos “primeros días de vida” e, incluso, sus primeros meses en el mundo... Ahora se inicia una nueva e importante etapa para el bebé: llega el momento de ir a la guardería. El pequeño tendrá que acostumbrarse a un ambiente totalmente nuevo para él, por eso debemos facilitar de la mejor manera su adaptación.
Este periodo adaptativo es una fase de transición que no solo influye al niño. Y es que, la familia también debe implicarse en ello. Lógicamente, él será el más involucrado, porque será el que se enfrente a un entorno distinto al que está acostumbrado y a un montón de caras nuevas, pero los padres (y hermanos) también tendrán que hacer frente a varios cambios en su día a día.
¿Qué podemos hacer, entonces, para que tanto unos como otros nos adaptemos de la mejor forma a este nuevo ciclo? Lo primero es considerar lo que acabamos de comentar, si los padres son los primeros en recibir bien las nuevas eventualidades, el proceso para los pequeños será mucho más fácil y se evitarán problemas de ansiedad por separación o dificultades mayores.
Para ello, podemos tener en cuenta algunas consideraciones. Una de ellas es que es esencial que haya respeto y cooperación entre los padres y la escuela infantil. Si la familia se muestra respetuosa con el centro (por ejemplo, cumpliendo los horarios y escuchando a los educadores) el niño lo percibirá como algo positivo.
Otro punto muy muy importante es tener confianza en la escuela. Los padres tendrán que hacerse a la idea de que tendrán que dejar el cuidado de su pequeño a otras personas sin que sea necesaria su presencia en todo momento para ver lo que ocurre.
Algo muy positivo es formar equipo con los educadores. Es decir, ahora los profesores entrarán en la vida de los niños, por lo que es fundamental que haya una buena relación y se conviertan en personas familiares. Podemos establecer un buen contacto con ellos preguntando sobre las actividades del día, visitando las instalaciones, expresando nuestras dudas o comentando algunos puntos de la vida familiar que puedan afectar a los niños, como si ha tenido un nuevo hermanito o si la noche anterior no ha dormido lo suficiente.
Todos estos detalles nos ayudarán a nosotros a aclimatarnos a esta fase. Si quieres ver algunos trucos para lograr una mejor adaptación de tu bebé en la guardería, no te pierdas los siguientes.
Visita a la guardería
Ir de visita a la guardería antes de empezar el curso escolar puede ser muy beneficioso para que el peque empiece a conocer el entorno. Podemos contarle que allí jugará con muchos niños y también decirle el nombre de sus profesores.

Adaptar los horarios
Ir adaptando los horarios a la nueva rutina unos días previos a comenzar es también importante para que vaya conociendo cuándo despertarse o cuándo será la hora de comer, por ejemplo.

Evitar varios cambios al mismo tiempo
Intentar no introducir nuevos cambios a su vida justo a la vez (el de adaptarse a la guardería es uno bastante novedoso para el pequeño).

Un juguete que lo acompañe
Dejarle llevar a la escuela un juguete que le guste parecerá una tontería, pero le servirá para sentirse más seguro.

Mamá y papá siempre conmigo
Darle un recuerdo de mamá o papá para que se sienta más tranquilo también es buena idea. Por ejemplo, una pulsera o alguna foto.

Buena despedida
La hora de la despedida es muy importante para transmitir al niño calma y seguridad. Desaparecer sin despedirse puede ser un gran error.

Paso a paso
El proceso es distinto en cada niño pues dependerá de su edad, de su personalidad, de la relación con la familia... En cualquier caso, su incorporación debe ser de forma gradual y sin agobios.

Apoyo para el peque
Después de la guardería es aconsejable dedicar un tiempo exclusivo al niño y darle nuestro apoyo.
