El complejo de Edipo (también llamado de Electra, para el caso de las niñas) podría entenderse como una fase de “ enamoramiento” hacia mamá o papá por la que suelen pasar comúnmente los niños. Sin ser conscientes empiezan a sentir algo de rechazo hacia un progenitor y una “proyección amorosa” hacia el otro.
Lo pueden experimentar de forma más o menos acusada y es una etapa normal dentro del desarrollo afectivo de los pequeños. En torno a los 3 o 4 años es cuando suele producirse, aunque su máxima expresión se da en torno a los 5, pudiendo extenderse hasta los 7. Descubre aquí cómo detectar si tu niño está pasando por ello y cómo debes actuar en el caso de que así sea.
Origen del término
El término se lo debemos a Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, que acuñó este concepto para dar nombre a los coloquiales “mamitis” o “papitis”.
Freud elaboró una revolucionaria teoría y la nombró tomando como referente a la tragedia griega llamada Edipo Rey, obra de Sófocles. A modo de resumen, lo que ocurre en la historia es que Edipo acaba matando -sin saberlo- a quien era su padre y acaba casándose con su madre.
¿Cómo se puede detectar el complejo de Edipo?

La realidad es que la que en el lenguaje coloquial es conocida como “mamitis aguda” la suelen experimentar prácticamente todos los niños. Ese sentimiento de solo querer que les consuele mamá o papá es de lo más habitual entre los niños pequeños. No obstante, lo cierto es que con “complejo de Edipo” nos referimos a una fase algo más extrema en la que pueden generarse ciertas actitudes que hay intentar evitar.
Para detectar esto, debemos prestar atención a las siguientes circunstancias:
- Si quiere a su padre (o madre) y le admira, pero al mismo tiempo le ve como un “rival”.
- Si el padre o la madre se marcha y el niño no deja de llorar desconsoladamente.
- Si el pequeño no deja de decir que cuando sea mayor “se casará con mamá” (o papá) o si incluso dice “mamá es mía”.
- Si el niño se muestra celoso ante las muestras de cariño entre sus padres.
¿Cómo se debe actuar si se detecta?
- Ante todo, debemos tener paciencia, es lo mejor para ayudar a los niños a superar una etapa como esta.
- No se debe dar excesiva importancia a sus acciones ni tampoco ridiculizar al niño por los sentimientos de celos que pueda tener. Aunque pueda resultar en algunas ocasiones “divertido”, para él puede ser un tema muy serio.
- En los momentos en los que hable de “casarse”, lo mejor es explicarle que sus padres ya están casados. Es normal que todavía no sepa comprender todo y esté confuso. Tú debes ayudarle y no burlarte de él.
- Si tienes hijos de edades parecidas y del mismo sexo, pueden experimentar este complejo a la vez, por lo que, aparte de sentir algo de rivalidad por uno de los padres, también la podrán sentir hacia el hermano. Un enfrentamiento que puede incrementarse si ya de por sí suelen tener celos entre ambos. Lo más adecuado es darles la misma atención y cariño por igual.
- Si coincide con la misma época en la que hay una separación o crisis de pareja, es importante hacerle ver al niño que los problemas son entre sus padres y que él no es culpable de ellos, a veces puede ocurrir que se vean como responsables debido la rivalidad que puedan sentir hacia su padre o madre.
- Hay que tratar de pasar por este periodo como una fase de desarrollo más que acabará siendo pasajera.