El fin de semana pasada el Reino Unido en general, y las calles de Londres en particular, se vistieron de gala para celebrar el Jubileo de Platino de la Reina Isabel II, la festividad que conmemora sus sus 70 años en el trono, algo nunca antes visto en la historia de la monarquía británica. Por ello, la única protagonista de las celebraciones debía ser la reina, pero le salió un duro competidor por acaparar los focos: su bisnieto Louis, el hijo pequeño de los duques de Cambridge.
El niño, de 4 años de edad —nació el 23 de abril del 2018—, es el hermano pequeño de George (8 años) y Charlotte (7 años), los dos hijos mayores de Kate Middleton y el príncipe Guillermo, nieto de Isabel II.
No debe ser fácil para un peque de 4 años, por muy acostumbrado que pueda estar a ello, aguantar distintos actos ceremoniales. Por ello, sus padres le liberaron de participar en algunos de los que tuvieron lugar por el Jubileo de Platino de su bisabuela —no así sus hermanos mayores, a los que se le vio más—. Aún así, el pequeño Louis estuvo presente en dos de las citas más importantes del fin de semana, y en ambas acaparó el protagonismo. “Le robó al show” a la reina, que dirían los más televisivos.
Así ocurrió en el desfile aéreo Trooping the Colour, donde la Real Fuerza Aérea británica homenajeó a la reina Isabel II sobrevolando el palacio de Buckingham. Desde uno de sus balcones siguió el desfile Louis con su familia. Sus padres pensarían que le gustaría ver a los aviones, pero nada más lejos de la realidad: el pequeño se llevó las manos a las orejas a lo Macaulay Culkin en Solo en casa y nos dejó todo tipo gestos para el recuerdo. Su madre, siempre al rescate, se percató y trató de tranquilizarse.
Al día siguiente, Kate tuvo que volver a ejercer antes de madre que de miembro de la familia real durante el tradicional desfile de carrozas frente al palacio de Buckingham. Esta vez no fue el ruido lo que perturbó al pequeño Louis. Simplemente pareció que el evento se le hacia un poco largo. No en vano, duró dos horas y media, tiempo durante el cual debió permanecer en su sitio.
No lo hizo. Se levantó a menudo, se puso encima de su abuelo, el príncipe Carlos, charló con su padre, y acudió a los brazos de su madre en el momento en el que más tranquilo se le vio, dejando para el recuerdo un bonito abrazo. Kate Middleton no paró de atenderle durante todo el desfile: le dio de beber, le entretuvo, le calmó… Hizo todo lo que pudo, como tantas veces ocurre con los niños cuando se aburren, pero con la diferencia de que estaban todas las cámaras como testigo.
1533965171412041728Louis no paró quieto: bailó, hizo burlas y gestos de todo tipo y hasta tiró del pelo a su prima Mia Tindall, nieta de la princesa Ana. Cómo sería el asunto, muy entrañable por cierto, y cuánto ha dado que hablar en estos días posteriores, que los propios duques de Cambridge han bromeado con ello en sus redes sociales. "Qué fantástico fin de semana de celebraciones. Ver a personas de todo el país reunirse con familiares, amigos y seres queridos ha sido extremadamente especial. Todos lo hemos pasado increíble, especialmente Louis", han escrito en uno de sus últimos post en Instagram, donde añaden además el emoji de unos ojos muy abiertos.
El comportamiento del pequeño, a debate
Como es habitual en estos casos que tienen tanta exposición pública, en Reino Unido y en algunos otros lugares del mundo se han leído y escuchado críticas sobre la “educación” de Louis. Afortunadamente, son las menos porque ya sabemos mucho más que antes sobre por qué un niño de 4 años no está preparado para estar sentado dos horas y medio en silencio y “portándose bien”.
Rafa Guerrero, profesor, divulgador y psicoterapeuta especializado en las emociones, ha competido esta reflexión en sus redes sociales al respecto: “¿Quién se portó mal? ¿El niño que debía estar jugando en un parque o los adultos que le obligaron a seguir un protocolo rígido y difícil de cumplir para un niño de 4 años?”. Seguramente, ninguna de las dos partes, añadimos nosotros —es solo una opinión—. Por su contexto familiar, Louis debía acudir y su madre dio un ejemplo de maternidad respetuosa y positiva.