Nos hemos pasado la vida escuchando eso de que ‘el tamaño no importa’, sobre todo si de lo que se trata es de tener un hijo. Sin embargo, esta frase tan enraizada en nuestra sociedad y tan aceptada en nuestra cultura podría tener los días contados. La culpa la tienen un grupo de científicos estadounidenses que afirman haber observado una correlación directa entre los hombres con problemas de fertilidad y con un pene más corto.
En concreto, el estudio de estos científicos de la Universidad de Utah sostiene que los hombres con un pene de 13,4 centímetros de media tienen menos problemas reproductivos que aquéllos cuyo pene mide, de media, 12,5 centímetros. Una diferencia de un centímetro que en este caso podría ser fundamental para la fertilidad.
“Puede que un centímetro no marque una diferencia impactante, pero sí había una importancia estadística clara", sostiene el doctor Austen Slade, director de esta investigación, quien también apunta que “todavía falta por determinar si hay diferentes medidas de pene que puedan predecir una infertilidad más severa", señala.
El doctor Slade especula también que la causa de esta relación podría deberse a una manifestación de factores congénitos o genéticos que predisponen a alguien para la infertilidad.
El estudio se basa en datos recopilados de 815 hombres que han visitado clínicas por problemas de fertilidad, disfunción eréctil y dolor testicular. Una vez allí a esos hombres se les midieron sus genitales con un test llamado longitud del pene extendido que estima la longitud cuando está erecto. Los datos extraídos de ese test se confrontaban luego con los problemas que presentaban los hombres.
Factores que afectan a la fertilidad
Si se confirmara la hipótesis de este estudio, el tamaño del pene sería un factor a tener en cuenta para la fertilidad masculina. No obstante, no es el único. Ya existen numerosos estudios, probados científicamente, que aseguran que la posibilidad de reproducción de un hombre también depende de si está o no expuesto a factores ambientales dañinos como el estrés, el sobrepeso o el tabaco. Factores todos ellos que empeoran la calidad del semen.