“Alejandra tiene 4 años. Se despierta en mitad de la noche al sentir dolor y sensación de picor intenso en la zona genital. Es tanta la molestia que sale de su cama y va a buscar a sus padres. No tiene fiebre, pero se lleva las manos continuamente a la zona vulvar y dice que le duele tanto que no puede dormir. Sus padres la llevan a Urgencias. En el hospital descartan infección de orina, la exploración es normal salvo por el enrojecimiento de la zona genital. El pediatra de guardia diagnostica una vulvovaginitis y les explica a los padres el tratamiento que deben seguir…”. La vulvovaginitis en niñas es una afección común, en este artículo analizamos de qué se trata.
He puesto este ejemplo porque es el más típico, incluso por la hora. En la primera parte de la madrugada es cuando suelen consultar las niñas por este tipo de molestias relacionadas con la vulvovaginitis, aunque pueden aparecer en otro momento del día. Veamos en qué consiste y cómo podemos tratarla.
Vulvovaginitis en niñas: una guía completa para padres
La vulvovaginitis es una de las afecciones ginecológicas más comunes en niñas pequeñas. Debido a su anatomía y la falta de protección hormonal, las niñas prepuberales son más susceptibles a esta inflamación. Puede presentarse en cualquier momento del día, aunque a menudo se manifiesta durante la noche, causando picor nocturno en la niña que puede molestarle para dormir.
Aunque la vulvovaginitis puede ser incómoda, generalmente no es grave y se puede tratar con medidas sencillas y efectivas. Es importante reconocer los síntomas y buscar atención médica cuando sea necesario. La identificación temprana de la vulvovaginitis y la implementación de hábitos de higiene adecuados pueden ayudar.
¿Qué es la vulvovaginitis y qué síntomas presenta?
La vulvovaginitis es la inflamación de la región genital femenina externa: vulva y vagina. Es muy frecuente en las niñas antes de la pubertad, entre los 2 y 7 años.
En una vulvovaginitis leve puede haber solo molestias y picor además de un leve enrojecimiento de la zona. En casos más avanzados puede haber, además de picor y eritema, flujo vaginal, molestias al orinar o incluso sangrado, aunque esto es más infrecuente. Hay que estar atentos a cualquier señal de molestia y buscar orientación médica si los síntomas persisten o empeoran. La detección temprana y el tratamiento adecuado pueden aliviar rápidamente los síntomas y prevenir complicaciones.

Causas de la vulvovaginitis en niñas
Hay que tener en cuenta que, antes de la pubertad, la ausencia de vello púbico y el escaso desarrollo de los labios vulvares hacen que la vagina esté poco protegida.
Contaminación por gérmenes fecales o respiratorios
La mayoría de los casos de vulvovaginitis en niñas prepuberales se produce por una contaminación por gérmenes de las heces o de las vías respiratorias, que alteran el equilibrio de la zona genital. Es decir, no existe un germen en concreto que produzca la inflamación. O bien no saben limpiarse bien tras orinar o defecar y arrastran bacterias de la zona anal a la vaginal o bien tras manipularse nariz, boca se llevan las manos sucias a la zona genital transportando esos gérmenes.
Mala higiene y ropa ajustada
A veces podemos encontrar casos en los que llevar ropa interior sintética o ropa muy ajustada, así como usar jabones perfumados o muy agresivos han empeorado la vulvovaginitis o incluso la han desencadenado. Para prevenir este tipo de irritaciones, es recomendable optar por ropa de algodón y jabones suaves, especialmente formulados para el cuidado infantil.
Otras causas menos comunes
Además, podemos tener otras causas como la oxiuriasis, conocida popularmente como lombrices. En caso de tener una infección por lombrices éstas suelen salir del ano por la noche, pueden llegar a la zona vulvar y producir picor e irritación por lo que, en caso de vulvovaginitis, siempre debemos descartar esta patología.
También puede ocurrir, en caso de que la niña haya tomado tratamiento antibiótico durante varios días o que sea diabética que la zona genital se infecte con hongos. También puede darse en niñas que sigan usando pañal de noche. Es menos frecuente, pero puede ocurrir que, al igual que encontramos casos en los que los niños se introducen objetos por nariz, oído, tales como bolitas de juguete, papel, plastilina… también alguna niña haya introducido algún cuerpo extraño en la vagina, produciéndole síntomas de vulvovaginitis. Además, si ese objeto no se extrae originará un flujo maloliente.
Diagnóstico de la vulvovaginitis
En la mayoría de los casos solo habrá que hacer unas preguntas sobre los síntomas a los padres y la niña y explorar la zona genital. Si existen molestias al orinar o se sospecha de cistitis, se solicitará un análisis de orina para descartar infección.
Si además se encuentra flujo vaginal o si la vulvovaginitis es recurrente o no mejora también suele realizarse un cultivo del flujo. Con el resultado del cultivo se analiza si crece algún microorganismo que deba ser tratado con antibióticos.
Historia clínica y exploración física
El diagnóstico de la vulvovaginitis en niñas generalmente se basa en la historia clínica y la exploración física. Los médicos suelen hacer preguntas a los padres y a la niña sobre los síntomas presentes, su duración y cualquier factor que pueda haber desencadenado la inflamación. La exploración física es necesaria para identificar signos de irritación, enrojecimiento o la presencia de flujo vaginal. En algunos casos, puede ser necesario realizar un examen más detallado, como comentábamos antes. La información recopilada durante la historia clínica y la exploración física es fundamental para determinar el tratamiento más adecuado.
Análisis de orina y cultivo del flujo
Si los síntomas persisten o si la vulvovaginitis es recurrente, el médico puede solicitar un análisis de orina para descartar una infección urinaria. Además, en casos donde se observe flujo vaginal, se puede realizar un cultivo del mismo para identificar la presencia de microorganismos específicos que requieran tratamiento con antibióticos. Es importante seguir las indicaciones del médico y completar cualquier prueba recomendada para asegurar un diagnóstico preciso y un tratamiento adecuado.

Tratamiento de la vulvovaginitis en niñas
La mayoría de las vulvovaginitis mejoran en 2 ó 3 semanas con una serie de medidas y hábitos de higiene adecuados. En el momento de molestias y picor intenso debemos tratar esa inflamación para que la niña note alivio rápido.
Medidas de higiene y cuidados básicos
El tratamiento de la vulvovaginitis en niñas generalmente se centra en mejorar la higiene y adoptar cuidados básicos que alivien los síntomas. Es fundamental enseñar a las niñas a limpiar correctamente la zona genital y a evitar el uso de productos irritantes. Lavarse las manos con frecuencia y usar ropa interior de algodón también puede ayudar a prevenir la irritación. En el caso de picor intenso o enrojecimiento, se pueden aplicar cremas emolientes para calmar la piel. Estas medidas son efectivas en la mayoría de los casos y pueden aliviar los síntomas en pocas semanas. La constancia en el cuidado diario es clave para la recuperación.
Uso de compresas frías y baños de asiento
Si la zona vulvar está muy irritada se pueden aplicar compresas de agua fría y alguna crema emoliente. También se pueden recomendar baños de asiento: llenaremos el bidé o el fondo de la bañera con agua tibia y unas gotas de jabón especialmente formulado para el área genital infantil y sentaremos a la niña unos minutos. Después secaremos la zona genital con una toalla limpia, eliminando bien los restos de agua y aplicaremos una crema específica para la zona con las manos limpias. Podemos repetir esta secuencia las veces que sea necesario los primeros días.

Cómo prevenir la vulvovaginitis
Estas son las principales medidas para prevenir la vulvovaginitis:
- Enseñar a la niña la técnica correcta de limpieza de los genitales después de orinar o defecar (de delante hacia detrás).
- Evitar el uso de ropa ajustada (mallas, leotardos).
- Evitar los tejidos sintéticos y usar ropa interior de algodón.
- No utilizar jabones perfumados o irritantes para limpiar la zona genital.
- Evitar el uso de suavizantes en la ropa interior y bañadores.
- Secar bien la zona genital después de la ducha diaria.
Educación sobre higiene adecuada
La educación sobre higiene adecuada es fundamental para prevenir la vulvovaginitis en niñas. Enseñar a las niñas a limpiarse correctamente después de ir al baño y a lavarse las manos con regularidad puede reducir el riesgo de irritación e infección, solo solo de esta enfermedad en concreto. Además, como comentábamos es importante evitar el uso de productos perfumados o irritantes en la zona genital y optar por jabones suaves y específicos para la piel sensible de las niñas.
Elección de ropa adecuada
Es recomendable que las niñas usen ropa interior de algodón que permita la transpiración y evite la acumulación de humedad. Las prendas ajustadas o sintéticas deben evitarse, ya que pueden causar fricción e irritación en la piel sensible.