Cómo bañar a un bebé en casa: el paso a paso de una pediatra (cuándo, cuántas veces y de qué forma)

Pocas cosas agradan tanto al bebé como su baño diario, sobre todo si éste se acompaña de una ración extra de cariñitos. El contacto con el agua le relaja, le estimula y le divierte.
Cómo bañar a un bebé en casa

El momento del baño suele estar lleno de dudas para los padres primerizos. Más que un momento de disfrute y relajación, puede suponer un auténtico caos a la hora de hacer los preparativos y, las primeras veces, seguro que se os olvida algo. Esto es completamente normal y, como todo en la vida, poco a poco le iréis cogiendo el truco.

Vamos a repasar una serie de consejos que debéis tener en cuenta para que la hora del baño sea no solo cumplir con la higiene necesaria, sino un momento de disfrute.

¿Cuántas veces se puede bañar a un bebé?

Hay que distinguir entre asear y bañar. El aseo debe ser diario, por lo que todos los días debéis limpiar la zona del pañal, las manos, el cuello y el rostro las veces que sea necesario. Con respecto al baño completo, en principio, tres veces a la semana es suficiente.

Alguno de los consejos que os pueden ayudar a la hora de bañar a vuestro peque son:

Se debe reunir con antelación todos los elementos necesarios para el baño. Hay que insistir en este primer paso, porque son muy frecuentes los accidentes en bebés cuando los padres cogen un objeto (champú, gel, toalla, pañal limpio) y dejan sin vigilancia al niño.

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Se debe colocar al niño en su bañera o recipiente similar, con un nivel de agua de unos cinco centímetros y una temperatura del agua en torno a los treinta y cinco grados

Para lavar el cuerpo del pequeño se puede utilizar una esponja natural suave. No es recomendable usar el jabón o gel en grandes cantidades, basta con una pequeña cantidad.

Durante el lavado los padres deben prestar especial atención a los pliegues debajo de los brazos, detrás de las orejas, alrededor del cuello y en la zona del pañal. Además de limpiar entre los dedos de los pies y de las manos.

Una o dos veces a la semana, se debe lavar el cabello del bebé con un champú suave. Durante el primer año, evitad aquellos que contengan sustancias que puedan ser irritantes para los ojos del peque. Si además evitáis alcoholes y parabenos, mucho mejor.

No se debe coger al niño para levantarlo durante el tiempo en el que se está lavando. Si la piel de un bebé ya es bastante suave, imaginad si además está enjabonada: una piel tan resbaladiza podría suponer un peligro por caída.

Debéis de extender una toalla al lado de la bañera del peque y cuando hayáis terminado de lavarlo, suavemente y con ambas manos levantarlo lo justo para delicadamente dejarlo encima de ella para que el padre o madre pueda envolverlo.

El secado debe hacerse con suavidad, a toques, evitando frotar la piel del bebé. Una vez seco, os recomiendo aplicar alguna crema hidratante específica para bebés, dando un breve masaje, que resultará muy beneficioso y relajante.

Es aconsejable vestir al bebé en la misma zona de baño, no en otra habitación, con objeto de que el niño no sufra un cambio de temperatura ambiental.

¿Cuál es la mejor hora para bañar a un bebé?

Para el baño del bebé no existe un horario fijo. Sin embargo, lo más aconsejable es realizarlo por la tarde, un poco antes del momento de ir a dormir, ya que, la mayoría de las veces, el baño relajará al peque y le ayudará a conciliar el sueño. Esto no es así para el cien por cien de los niños, y existen bebés a los que el baño les activa más que les relaja. En esto casos sería recomendable cambiar la hora del baño a la primera parte de la mañana.

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¿Cuánto tiempo debe durar el baño del bebé?

Los baños deben ser cortos, pues se debe evitar que el peque se enfríe, siendo aconsejable que durante las primeras semanas el baño no dure más de cinco minutos. A partir de los tres meses, el baño puede durar unos 10 minutos y a partir de los 6 meses, hasta un cuarto de hora.

Los padres deben tener en cuenta que la piel del bebé sólo tiene una quinta parte del grosor de la piel de los adultos y es extremadamente sensible, tanto a la temperatura del agua como a los productos de higiene.

Si el peque ya tiene edad de jugar con el agua y se lo está pasando bien, el baño se puede alargar un poco más, siempre que los padres vigilen la temperatura del agua.

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