Cómo expresan la tristeza los niños

Nadie está exento de estar triste, ni siquiera los más pequeños. La pérdida de alguien, una circunstancia imprevista, una oportunidad desaprovechada… La tristeza en los niños no es una excepción. Por eso, debemos estar ahí para cuando nos necesiten. Educarles en la conciencia y regulación emocional es clave para que luego, sean capaces de expresar cómo se sienten.

Cuando un adulto se encuentra triste, usualmente reconoce qué es lo que está sintiendo, puede transmitirnos con claridad qué le sucede y cuenta con diferentes estrategias para manejarlo. Sin embargo, cuando un niño se encuentra triste, si bien el dolor y la tristeza están presentes, no necesariamente reconoce lo que le está sucediendo y no siempre expresa estos afectos de forma clara. Los niños pequeños no tienen palabras para expresar lo que sienten o no puede dar un nombre a su malestar, como lo hacemos nosotros. Por esta razón su forma de manifestarnos su malestar va a ser a través de su comportamiento. Marcela González, psicóloga y psicoterapeuta de Sens Psicología nos explica cómo expresan los niños la tristeza.

¿Cómo nos pueden expresar los niños su tristeza?

Aunque nos parezca raro se puede mostrar irritable e incluso agresivo y por otro lado muy agitado e hiperactivo. Estos son las manifestaciones más comunes. Es posible también que lo observemos con desánimo y desgana ante actividades que antes disfrutaba, por ejemplo le cuesta jugar y veamos cosas como una tendencia a abandonar las tareas ante la menor dificultad. Podemos por ejemplo observar que duerme menos o mucho más de lo usual, o más bien en la alimentación lo veamos sin apetito o notemos un cambio brusco en sus hábitos. Puede mostrarse más tímido de lo usual o con tendencia a aislarse en los grupos.

Sin embargo, para nosotros puede ser difícil reconocer y detectar qué le sucede, más allá de ese comportamiento. ¿Por qué? por un lado, porque difieren en gran medida de las expresiones que conocemos de tristeza en los adultos, y por otro, porque genera mucha angustia llegar a reconocer que tu niño se esté sintiendo de esa manera. En ocasiones estas manifestaciones pueden generar rechazo y ser catalogadas como un comportamiento no deseado o una “mala conducta” por ejemplo si lo vemos agresivo. El peligro que hay en esto es que podríamos terminar por etiquetar como un mal comportamiento algo que en realidad son síntomas de un malestar profundo, que busca ser expresado, reconocido y encauzado por los padres o adultos a cargo de los niños.

¿Qué hacer?

• Ante actitudes o conductas que no son deseables o esperadas intenta mantener una actitud de escucha. Esto te permitirá abrir un espacio para pensar y buscar comprender qué le sucede.

• Pregúntate: ¿Ha habido cambios bruscos en el comportamiento? ¿Ha habido alguna situación en su entorno que desencadenara este malestar? (Por ejemplo: cambios en el ambiente familiar, pérdida de alguien, mudanzas, entre otras).

• Busca nombrar y dar palabras a los sentimientos del niño.”Entiendo que te sientes triste…”, “Esta situación te debe haber hecho sentir mal.” Poco a poco podrá reconocer que para eso que está sintiendo hay palabras, que puede ser nombrado y pensado y que no solo es un sentimiento o una explosión de emociones. De esta manera lo ayudas a organizar lo que pasa en su interior.

• Acompáñalo y da contención a eso que siente, transmítele que comprendes que está muy irritado y se siente mal pero que permanecerás junto a él. Muchas veces genera malestar a los padres el poder sostener la frustración del niño.

Cuando logramos reconocer el malestar que tiene el niño y facilitar que exprese lo que siente lo ayudaremos a calmarse y a disminuir ese malestar, y esta será la base para que descubra sus propios recursos para manejar sus emociones y conseguir la calma en el futuro.

Recomendamos en