El Instituto Nacional de Estadística (INE) aporta datos valiosísimos a nivel sociológico que nos permiten comprender la realidad de nuestro país. Por ejemplo, en lo que respecta a la natalidad, las estadísticas no mienten: la generación millenial tiene muchos menos hijos que sus predecesoras.
En concreto, y tal y como reflejan en este interesante reportaje nuestros compañeros de Muy Interesante, en el año 2022, el último del que el INE ha publicado el registro completo, nacieron en España 329.251 niños y niñas. De ellos, aunque el dato no sea relevante para esta pieza, pero sí lo es como curiosidad, el 48,48% fueron niñas (159.649) y el 51,51% (169.602) fueron niños.
El dato no es tan revelador de la realidad de la natalidad en España como la tasa de natalidad y, sobre todo, el índice fecundidad. La primera refleja el número de nacimientos por cada mil habitantes en un año, y en España cerró el 2022 en el 6,88%. Por su parte, el índice de fecundidad, que refleja los hijos que tienen de media una mujer en nuestro país, se quedó en 1,16.
Para entender lo que estos datos nos están diciendo es imprescindible acudir a la serie histórica, y la realidad es que, por ejemplo, en el año 1962, la tasa de natalidad fue del 21,10%. Desde aquel año, década a década, fue disminuyendo rápido, siendo del 10,16% en el año 1991. La caída frenó su ritmo en las dos décadas posteriores, pero eso no impidió que en el 2012 cayera por debajo de la barrera del 10%, hasta el 9,70%. Actualmente, 10 años después, todavía ha caído tres puntos más hasta los 6,88% del año 2022.

Esta tendencia claramente a la baja es generalizada, tanto a nivel regional, dentro de España, como a nivel europeo y mundial, en países donde se dan factores sociales similares a España, ya que los datos del Banco de Datos Mundial, es inferior al 12% en países como Estados Unidos o Francia.
Es decir, los millenials, que actualmente son adultos en la treintena, cuando más hijos e hijas se tienen (el INE también lo constata), tienen muchos menos hijos que las generaciones predecesoras.
Los motivos que explican el descenso
Las voces autoridades en cuestiones sociológicas comparten análisis sobre el motivo del descenso de la natalidad en países como España o los mencionados.
A nivel nacional, se escuchan en todos los análisis, incluso en los de índole política, factores como la inclusión de la mujer en el mercado laboral, en crecimiento constante en las últimas décadas; la falta de seguridad laboral; el desempleo; el coste económico que supone tener un hijo y la falta de políticas de conciliación, algo que España se está intentando revertir con políticas regionales como los llamados cheques bebé de la Comunidad de Madrid o el aumento de la baja de paternidad, entre otras nuevas coberturas sociales.
A nivel internacional, a estos factores se suman otros que también tienen impacto en España. Es el caso de la educación superior, que alarga también la salida al mercado laboral y, por consiguiente, la inestabilidad laboral y económica en los más jóvenes. Este es uno de los factores que cita el periodista de datos de The Washington Post, Andrew Van Dam, en su análisis sobre la caída de la natalidad. Puedes leer el análisis completo aquí.

El económico es un factor que abarca prácticamente a todos los citados, y es que, según Save The Children, el coste de criar a un niño en España fue de 672 euros al mes en 2022. Hay que tener en cuenta que, incluso después de las últimas subidas consecutivas, el salario mínimo interprofesional en España es de 1.134 euros. Es decir, el coste de tener criar un hijo es más de la mitad del salario de muchas personas en nuestro país.
También hay que mencionar, aunque es una cuestión más subjetiva y debatible, los factores culturales: cómo entienden la vida tanto los millenials como las generaciones más jóvenes y qué le dan prioridad. Las encuestas argumentan esta teoría; por ejemplo, una de Harris Poll a los estadounidenses concluye que el 65% de las personas que no tienen hijos son felices por la libertad que supone no tenerlos. Y eso que todavía hay un estigma social por no tenerlos, como demuestra el hecho de que la misma encuesta concluya que el 65% siente la presión social por casarse y tener hijos. Es altamente probable que este porcentaje descienda en el futuro, cuando ya no sean los millenials los que llevan sobre sus hombros el peso de la natalidad.
Sea cual sea el orden de los factores, es evidente que es la confluencia de varios, incluso alguno más de los mencionados en estas líneas, los que hacen que los millenials tengan menos hijos y que, en consecuencia, la natalidad siga bajando en España. En este sentido, serán muy importantes los datos de 2023, a los que habrá que estar muy atentos para ver si se produce un cambio de tendencia o si, por lo menos, la caída se ralentiza.