Entre las principales preocupaciones que tienen los padres respecto al consumo digital de sus hijos destacan, sobre todo, la exposición a contenidos para adultos y la adicción tecnológica, según revela el V Informe sobre uso de la tecnología por parte de los menores publicado esta semana por la plataforma de control parental Qustodio.
El estudio que la empresa presenta anualmente desde hace un lustro, analiza la información proporcionada por 400.000 familias de forma anónima con hijos de entre 4 y 18 años en España, Francia, Reino Unido, Estados Unidos o Australia.
Además, incorpora un análisis sobre la influencia de la tecnología en el ámbito familiar y los problemas que causa el uso de pantallas en el hogar, estudiando el perfil digital de los padres a través de 950 entrevistas personales.
La investigación “Nacer en la era digital. La generación IA” aborda los riesgos a los que niños y adolescentes están cada vez más expuestos y destaca la exposición a contenidos para adultos y la adicción a internet como las principales preocupaciones que tienen los padres.
En la presentación del estudio Eduardo Cruz, CEO y cofundador de Qustodio alertó sobre las altas cifras de tiempo de uso de pantallas diario por parte de los menores que en 2023 supuso cuatro horas diarias de media.
Es en las redes sociales donde más tiempo pasan niños y adolescentes siendo TikTok e Instagram las mas utilizadas con un tiempo de uso de 96 minutos al día la primera y de 71 minutos diarios (un 27% más que en 2022), la segunda.
Ante estas altas cifras de uso, Cruz considera necesario que “los padres conozcan las tendencias y ayuden a sus hijos a entender las diferencias entre el mundo real y el digital, así como hablar con ellos sobre las redes sociales para comprender cómo las usan y cómo funcionan. Es importante hacerles entender que deben crear un espacio positivo”

“Los jóvenes”, añade el experto, “están cada vez más expuestos a los riesgos que conllevan las pantallas. Su día a día pasa por estar conectados y puesto que lo hacen a edades cada vez más tempranas es importante que las familias conozcan el uso que hacen de ellas y les eduquen en una digitalización responsable.”
Sin embargo, respecto a la efectividad sobre el reciente Plan aprobado por el Gobierno para proteger a los menores sobre el consumo de contenidos inapropiados como la pornografía, Cruz se muestra crítico, a la vez que muy preocupado. “Todavía no está claro como van a desarrollarse las soluciones tecnológicas, pero a priori, suponen grandes e importantes riesgos”.
Este plan incluye entre otras medidas una aplicación o dispositivo digital que permita confirmar la edad de los usuarios que quieren entrar en una página determinada.
Esta “app antiporno del Gobierno” (como la definen algunos medios) ha despertado recelos entre muchos expertos que alertan de que restringir el acceso a los menores a internet es un desafío que se ha intentado en otros países y el problema sigue sin resolverse.
El fin no justifica los medios
En el mismo sentido, Cruz confiesa las dudas que le despierta esta iniciativa y advierte de los riesgos que puede suponer llevarla a cabo.
En primer lugar, indica que todavía hay muchas lagunas y no está claro en qué va a consistir exactamente y cómo se va a implementar esta solución tecnológica. “Por lo que he podido saber, se van a elaborar distintos perfiles digitales, según seas menor de 14, 16 ó 18 años y según estos datos, se establecerá un filtro para acceso a internet o a servios concretos de plataformas, redes sociales o webs en general”.
Es decir, es como un carnet de conducir de internet, explica el CEO de Qustodio, pero acto seguido alerta: “¡Ojo con esto! Porque con la excusa de resolver un problema como la protección de los menores frente al uso inapropiado de contenidos (que es verdad que es importante) estamos permitiendo el acceso a los datos de los 40 millones de habitantes de España y eso implica muchos riesgos”.
“El problema es importante y hay que buscar soluciones, por supuesto, pero esta medida es como instalar un aeropuerto, cuando seguramente, lo que necesitamos es más bien una parada de autobús, opina Cruz.
“Los riesgos que puede acarrear la aplicación no son menores y estamos hablando de que las libertades civiles pueden verse afectadas y puede suponer un regreso a los tiempos en los que existía la censura”, alerta el experto.
Aunque las páginas no sepan la identidad de los perfiles y no tengan acceso al DNI del usuario, detrás de ellas está una entidad verificadora que sí tiene acceso a estos datos: “¡Cuidado con esto! Me preocupa el mal uso que puede darse de este sistema en un futuro. Es una tecnología que a golpe de tecla permite identificar personas, patrones, gustos, tendencias…Y si el día de mañana, el contexto cambia, podría ser utilizada con otros fines. Puede suponer una vuelta a la censura o la identificación del adversario político o ideológico”.
Por otra parte, está el problema añadido de la implementación del sistema por parte de las plataformas. “En este sentido, tampoco está claro como se va a desarrollar. ¿Le vamos a pedir a todas las webs y servicios del mundo un sistema de arbitraje e infiltrado de usuarios basados en un certificado digital? Esto es como ponerle puertas al campo, yo no lo veo factible. Tal vez lo cumplan Google y unos cuantos actores más, pero en internet hay millones y millones de webs y no es creíble que todas vayan a cumplir este tipo de obligaciones”.
Cruz opina que no es necesario una medida de este calado cuyo fin no justifica los medios. “Este tipo de solución está vestida de “buenismo” pero sobrepasa las necesidades específicas que tenemos ”, indica Cruz.
“Desde mi punto de vista, las familias son capaces en mayor o menor medida, de autogestionar las necesidades de protección específica que pueden tener los menores en el hogar”