Que tu hijo cene salchichas no es ninguna buena idea por estos motivos
No vamos a dar rodeos o sacar argumentos de donde no los hay porque las dos razones que desaconsejan el consumo de este alimento son inapelables.
Las salchichas, en el mejor de los casos, no os gustarán, lo cual es el escenario ideal para no consumirlas; gran noticia desde el punto de vista nutricional y de la salud. Pero esto no es lo habitual; lo más común es que gusten mucho en casa, especialmente a los peques, que asocian a este tipo de productos un componente festivo y lúdico que hace que todavía les guste más tomarlas. Sin embargo, esto no es una buena idea.
Dos argumentos de peso explican por qué no debéis darle salchichas a vuestros hijos por mucho que les gusten y que sea una cena habitual en la inmensa mayoría de las casas de sus amigos -sí, también lo era en la de tus padres cuando eras pequeño, pero eso no quiere decir que sean saludables-.
El primero atañe sobre todo a los más pequeños, ya que las salchichas, por su forma, pueden provocar atragantamientos. El segundo, en cambio, es de aplicación, incluso para los adultos, y tiene que ver con su composición: se trata de un alimento procesado, y como tal entra en la categoría de productos desaconsejados por las autoridades sanitarias, con la OMS a la cabeza.
Este último aspecto enlaza con una de las polémicas recientes en materia de alimentación: las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, haciendo un llamamiento para reducir el consumo de carne roja, tanto por una cuestión de salud personal como también medioambiental.
No son saludables
No vamos a profundizar en ello porque no es objetivo de esta pieza y ya se ha escrito mucho sobre ello en clave científica. Solamente aclaramos, por si alguien duda al respecto, que las salchichas industriales son carne procesada y no roja, aunque su materia prima sea cerdo, por ejemplo. También las hay de pollo o pavo, por ejemplo, y siguen siendo carne procesada en este caso. Otra cosa distinta son las salchichas veganas, que también las hay -en este caso, hay que leer atentamente su composición para poder concluir si son saludables o no-.
En el caso de las salchichas de carnicería o pollería, “caseras”, como se suelen vender, es cierto que no suelen llevar conservantes como las industriales pero debes saber que siguen siendo carne procesada porque contienen especias y sal, entre otros alimentos añadidos, en la inmensa mayoría de las ocasiones. Que no contengan conservantes no quiere decir que sean saludables.
Para argumentarlo, basta con citar lo que dice la Asociación Española de Pediatría en sus Recomendaciones sobre alimentación complementaria acerca de la categoría que bautiza como “alimentos superfluos”: “Cuanto más tarde y en menor cantidad mejor (siempre a partir de los 12 meses)”, dice. En esta categoría se incluyen los productos de charcutería y los embutidos, entre otros.
Riesgo de obstrucción de la tráquea
Junto a la cuestión nutritiva, las salchichas tampoco son recomendables en los niños más pequeños porque pueden obstruir su tráquea. Hay más objetos que también suponen un riesgo en este sentido, como por ejemplo las canicas o los juguetitos de tamaño similar, y también determinados ingredientes; véase la almendra o la uva.
El riesgo existe y por eso todas las guías de pediatría sobre alimentación recomiendan, en caso de dar a los niños este tipo de alimentos, cortarlos a lo largo y en trozos pequeños, y esto es precisamente lo que te recomendamos hacer en caso de que algún día no podáis resistiros en casa a la tentación de las salchichas.