¿Qué recuerdan los niños a los dos años?
Los entresijos de la memoria infantil antes de los tres años son bastante desconocidos: los pequeños carecen del lenguaje necesario para transmitir sus recuerdos.
Autor: Lidia García-Fresneda
A los dos años los niños no pueden decidir si almacenar o no una información: lo hace por ellos su sistema de supervivencia. ¿Qué cosas merecen guardarse en su gran cajón de recuerdos, la memoria?:
¿Almacenan los buenos recuerdos?
A los dos años los recuerdos se almacenan en imágenes que, según los psicólogos, son más vulnerables al paso del tiempo que los recuerdos almacenados con palabras. Pero en el fondo da igual.
Un niño puede olvidar lo que hacía a esta edad, por ejemplo, los días que iba al parque con sus abuelos, pero el lazo emocional que forjan todas esas experiencias perdura mucho más allá de las imágenes. Al final no se acordará de por qué quiere estar con sus abuelos, pero querrá estar con ellos.
¿Y qué pasa con los malos recuerdos?
Es posible que después de una caída de un triciclo o de un columpio los mire con recelo cuando pase junto a ellos. Otras veces afrontará sus malos recuerdos mediante comportamientos o gestos no tan obvios para nosotros. Por ejemplo, puede reaccionar con desmesurada agresividad a un estímulo aparentemente inocuo (papá le ofrece un globo), en cuyo caso podemos preguntarnos si estará recordando (y respondiendo) a un problema previo (un día se le explotó uno y nosotros ni nos enteramos).
Las malas experiencias no deben ser olvidadas, sino superadas. Para ello, y puesto que no nos puede comunicar aún lo que le pasa, es importantísimo estar atento a sus reacciones y cambios y favorecer cualquier forma de manifestación.
El juego simbólico es una eficaz herramienta de comunicación. Una vez superadas, las malas experiencias dejarán de ocupar un sitio importante en su memoria. Por otra parte, aunque podemos intentar hablar con él acerca de lo que le ha ocurrido y tranquilizarle con un "no pasa nada", a esta edad entiende mucho mejor el consuelo del cariño: un largo y fuerte abrazo le calmará.
¿Se puede potenciar su memoria?
A esta edad no hay ejercicios especiales para favorecer la memoria voluntaria, pero podemos sentar las bases para que más adelante se desarrolle a la perfección. No hay más que fijarse en lo que más les gusta hacer:
Asesora: Antonia Mercedes González Cuenca, psicóloga y profesora titular de la asignatura "Psicología del desarrollo cognitivo y lingüístico" de la Universidad de Málaga.