A menudo el aburrimiento lo vemos como algo negativo per se y no tiene por qué ser así o no tiene por qué ser así siempre. El aburrimiento puede tener efectos distintos en la salud mental de los niños dependiendo del contexto en el que estos se desarrollan, si viven en un entorno en el que pueden desarrollar su curiosidad o si por el contrario, se plantea como una respuesta negativa provocada por la falta de estimulación que les rodea.
El aburrimiento es la chispa que empuja a los más pequeños a desarrollar valiosas habilidades, según lo plantea la experta Stephanie Lee, Directora del ADHD and Behavior Disorders Center en el Child Mind Institute.
Ella misma reconoce que “la vida nos pide que manejemos nuestras frustraciones y que regulemos nuestras emociones cuando las cosas no van como lo planeamos y el aburrimiento es una gran manera de enseñar esa habilidad”.
El aburrimiento no es divertido, puede que no sea especialmente angustiante pero es justo lo contrario a algo divertido y sin embargo, enseña a los niños a desarrollar tolerancia precisamente a las experiencias poco ideales, las que no cumplen sus expectativas al cien por cien.
Depende del enfoque
Claro que el aburrimiento puede tener efectos negativos en la salud mental de los niños, como también puede ser una oportunidad a tener muy en cuenta, para que los niños y las niñas desarrollen por ejemplo su creatividad, su independencia e incluso su capacidad para la resolución de problemas.
Es innegable que padres, madres y cuidadores podemos ayudar a crear un equilibrio ante esa situación aburrida, ofreciendo posibilidades y libertad a los niños para que exploren y apliquen su imaginación.
Es una forma de estimular su desarrollo cognitivo durante la infancia. La motivación por hacer algo entretenido que termine con el aburrimiento puede ser justo el motor que necesita el niño para aplicar sus habilidades, para explorar su entorno, para poner a trabajar su curiosidad, su creatividad y su capacidad de resolver pequeños problemas.
Por el contrario, los efectos negativos que puede tener en algunos niños el aburrimiento se enmarcan en:
- Una falta de estimulación adecuada que se traduce en un aburrimiento cronificado, que limita el desarrollo cognitivo y emocional de los niños.
- Posibles conductas negativas o comportamientos disruptivos que desarrollan los niños que no saben salir de ese aburrimiento de otra manera y tampoco encuentran herramientas en su entorno para hacerlo.
- Posibles problemas de salud mental por culpa de un aburrimiento prolongado que puede llegar a provocar episodios de ansiedad o incluso de depresión, si el niño se siente atrapado en una rutina en la que no encuentra ningún propósito y de la que no ve ninguna salida.
Propuestas para un aburrimiento enriquecedor
Según Jodi Mussoff, especialista educativa en el Child Mind Institute, el aburrimiento ayuda a los niños a desarrollar estrategias de planificación, habilidades para resolver problemas, para desarrollar su capacidad organizativa, les hace aprender a ser más flexibles y tolerantes.
Algunas de las propuestas para conseguir todos esos beneficios en los momentos de aburrimiento que tienen los niños a lo largo del tiempo podrían ser:
Para los niños más pequeños:
- Organizar un picnic o un desayuno con sus peluches o sus muñecos
- Salir al parque a recoger objetos de la naturaleza
- Observar insectos cuando estamos fuera de casa
- Construir un fuerte en la habitación
- Un proyecto de manualidades
- Una llamada o videollamada a un miembro de la familia
Para los niños un poco más mayores:
- Los juegos de mesa
- Un proyecto artístico
- Un libro
- Plantar plantas en el jardín, en el balcón o en la terraza
- Grabar un podcast casero
- Crear un sitio web como si fuera un diario

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