¿Puede tener un niño altas capacidades si tiene un coeficiente intelectual por debajo de 130?

Respondemos a una pregunta que se hacen muchas personas que empiezan a leer y conocer acerca de las altas capacidades: ¿puede tener un niño altas capacidades si tiene un coeficiente intelectual por debajo de 130?
Una niña inteligente
Una niña inteligente - Rubén García

Muchas de las personas que se interesan de nuevas por las altas capacidades intelectuales y comienzan por ello a documentarse, leen un supuesto requisito para ser una persona, niño o adulto, con altas capacidades: tener un coeficiente intelectual (CI) mínimo de 130. ¿Es cierto? Responden los expertos.

Es cierto que no hace tanto tiempo que se vinculaba el coeficiente intelectual mínimo de 130 a tener o altas capacidades. Así se han realizado valoraciones durante años, incluso en el ámbito educativo, pero esta asociación entre CI y altas capacidades ha quedado obsoleta. Aquí te explicamos en qué consiste el test para detectar las altas capacidades en la actualidad.

Retrato de una niña - Rubén García

“Las altas capacidades intelectuales, y en particular la superdotación y los distintos tipos de talento no son una cuestión de ser o no ser. No se puede caer en la trampa de identificar como superdotado a una persona por obtener un CI=130, y decir que no es superdotada una persona con un CI=129”, afirma Juan Carlos López Garzón en el artículo divulgativo ‘Tener un cociente intelectual superior a 130, ¿me acredita como superdotado?’ publicado por la Asociación Malagueña para el Apoyo a las Altas Capacidades Intelectuales (ASA Málaga).

Inma Domínguez, psicoterapeuta especialista en altas capacidades, va más allá: la experta asegura que “rotundamente sí” se pueden tener altas capacidades con un CI inferior a 130. Así argumenta su respuesta: “el CI es un parámetro basado solo en ciertos tipos de inteligencias como la lógico-matemática, la espacial o la lingüística. Pero las altas capacidades van mucho más allá que estas tres inteligencias”.

En la misma línea se expresa López Garzón: “Los tests tradicionales de inteligencia no miden todas las capacidades intelectuales de una persona, sino que realizan un mínimo muestreo de unas pocas habilidades, generalmente asociadas al razonamiento deductivo, o a capacidades de tipo lingüístico, matemático o espacial relacionadas con el trabajo académico”.

Para el experto, las pruebas actuales permiten apuntan “que las personas que han obtenido CIs altos o muy altos tienen un manifiesto o emergente talento en determinadas aptitudes intelectuales”, de ahí que se hable en las altas capacidades de que se puede destacar en una o varias áreas pero no en todos, y de ahí que también se diferencie este concepto del de superdotación. Y es que, existen diferencias entre entre un niño superdotado y uno con altas capacidades.

Un niño, pensativo - Rubén García

En cualquier caso, lo que estas pruebas no hacen es darle un peso decisivo al CI; entre otras cosas, porque la inteligencia se cultiva, no es estática, de ahí que no sea más que un dato que haga referencia al momento de hacer la prueba. “Los resultados de CI=130 o superior en niños, hasta que llegan a su adolescencia, sólo demuestran la existencia de altas capacidades en el momento de la realización de la prueba, lo que indica un desarrollo precoz en determinadas aptitudes intelectuales”, afirma al respecto Juan Carlos López Garzón.

De igual forma, por lo tanto, ocurre con las personas, niños o adultos, cuyos CI reflejen cifras inferiores a 130: no tienen por qué no tener altas capacidades intelectuales en una o diversas áreas. Hay muchos tipos de altas capacidades: los hay multipotenciales, que destacan en muchos talentos, y los hay unipotenciales, donde son extraordinarios en un solo tipo de inteligencia”, concluye la psicoterapeuta especialista en altas capacidades Inma Domínguez. 

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  • Eugenio Manuel Fernández Aguilar