Dicen los deportistas profesionales que a veces se gana y a veces se aprende, en referencia a lo mucho que aprenden de las derrotas y de los errores cometidos en competición. Sirve esta frase para casi todo en la vida: es esencial aprender a aprender de los errores, valga la redundancia. Y no es fácil desarrollar esta habilidad o capacidad. Pero como padres podemos ayudar a nuestros hijos a que lo consigan. ¿Cómo? Los expertos de educación de la universidad de Harvard consideran esenciales estos cuatro hábitos.
Los especialistas de educación de la institución norteamericana comparten numerosos recursos en las publicaciones oficiales de la universidad, consejos como los consejos de una psicóloga de Harvard para lograr conversaciones enriquecedoras con tus hijos o los hábitos recomendados por una pediatra de Harvard para ayudar a tu hijo a ser más sociable y hacer amigos. Siempre es interesante mantener un ojo puesto en lo que escriben los profesionales de Harvard, porque de ello pueden salir aprendizajes tan interesantes para la crianza de los hijos como estos hábitos para enseñarles a aprender de los errores que cometan en la vida.

En el artículo ‘Cómo ayudar a los niños a aprender de sus errores’, el equipo de la facultad de Educación de Harvard explica que “es normal cometer errores o no poder alcanzar todas las metas que nos proponemos, pero son las historias personales o las explicaciones que creamos para nosotros mismos sobre esos errores las que influyen en cómo nos sentimos y cómo los manejamos, en el presente y en el futuro”.
Para los educadores de Harvard, es esencial enseñar a los peques a “replantear los errores como oportunidades de las que podemos aprender en lugar de solo fracasos”, porque esto, continúan, “puede ayudarnos a sentir que somos capaces y que tenemos el control, y también puede ayudarnos a manejar los errores futuros de manera más eficaz”.
Para hacerlo, recomiendan cuatro hábitos sencillos de aplicar en la crianza de los hijos. Los enumeramos y explicamos a continuación:
- Hablar abiertamente sobre los errores
El primer hábito o consejo de los especialistas en Educación es de perogrullo, ya que consiste en hablar con ellos precisamente de los errores que cometemos unos y otros en nuestro día a día.“Cuéntale sobre alguna ocasión en la que cometiste un error: qué sucedió, cómo lo manejaste, aunque al principio no fuera tan bien, y qué aprendiste”, recomiendan los profesionales de Harvard, que también aconsejan cómo criar hijos más cariñosos.
Estos explican que lo más probable es que las oportunidades aparezcan de forma natural cuando cometan un error o se lleven un disgusto. Por ejemplo, con un mal resultado en un examen. En cualquier caso, el consejo es hablarlo y no culpar a otros de nuestros errores o de los que cometan los hijos. “Manténgase positivo y concéntrese en lo que hicieron o podrían haber hecho para mejorar la situación”, aconsejan desde Harvard.
- Reformular los errores como oportunidades de aprendizaje
No solo se trata de hablar de los errores con los hijos e hijas, sino de encontrar el tono y las palabras adecuadas para hacerlo. En ese sentido, desde Harvard recomiendan “mantener una actitud positiva y replantear los errores como oportunidades para aprender”.
Y para ello es esencial no señalar, no utilizar un tono de reproche o negativo. “Hablar de los errores puede ser difícil, pero con el lenguaje adecuado, con el tiempo se convertirán en fuentes de inspiración, no de vergüenza”, agregan desde harvard.

- Identifica las oportunidades
Mantener los ojos abiertos a lo que nos sucede y lo que sucede a tus hijos en su día a día es una gran ventaja en la crianza de los hijos porque aparecen oportunidades para aprender aquí y allí. También para enseñarles a aprender de los errores.
Los expertos en educación de Harvard ponen este ejemplo: “puede que notes que tu hermano siempre llega tarde a la práctica de fútbol porque pospone demasiado la alarma. Sugiérele que coloque el despertador lejos para que se vea obligado a levantarse y apagarlo”.
- Convertirlo en hábito
El cuarto y último consejo de los especialistas en educación de la universidad de Harvard es convertir una buena práctica en una hábito habitual en el ámbito de la familia. No comentar un error esporádicamente, sino hacerlo de forma constante, siempre que surja la oportunidad.
“Hable sobre los errores y las lecciones aprendidas durante las actividades semanales, como las comidas o el viaje al trabajo. Si alguien tiene problemas para pensar en un ejemplo, comparta primero su propio error (o sentimiento de fracaso) y luego pregunte si alguien puede identificarse con él o pensar en algo similar”, aconsejan desde la universidad de Harvard al respecto.