¿Sientes que tu hijo o hijas es un poco “seta”? ¿No te da un abrazo o un beso, cualquier gesto de cariño, salvo que se lo supliques? Es probable que esa sea su personalidad, que no le guste demasiado el contacto físico, y no pasa nada, pero se puede trabajar también con ellos que sean un poco más cariñosos. Los expertos en Educación de la universidad de Harvard nos explican cómo.
“Las investigaciones sobre el desarrollo humano muestran claramente que las semillas de la empatía, el cuidado y la compasión están presentes desde una etapa temprana de la vida, pero que para convertirse en personas afectuosas y éticas, los niños necesitan que los adultos los ayuden en cada etapa de la niñez para nutrir estas semillas hasta su pleno desarrollo”, explican desde la facultad de Educación de la universidad más prestigiosa del mundo.
En opinión de los expertos de Harvard, “deberíamos trabajar para cultivar la preocupación de los niños por los demás porque es fundamentalmente lo correcto y también porque cuando los niños pueden sentir empatía y asumir la responsabilidad de los demás, es probable que sean más felices y exitosos”. Esto, además, les repercutirá para bien en sus relaciones a lo largo de su vida y, por ende, en su camino hacia la felicidad.

Siete pautas para criar niños más cariñosos
Está bien decirlo, pero la clave es cómo conseguirlo, y por eso es importante leer con atención los consejos y pautas concretas que los expertos de la facultad de Educación de la universidad de Harvard comparten para criar niños y niñas más cariñosos. “Estos hitos están respaldados por muchos estudios y por el trabajo que nuestras diversas organizaciones han realizado durante varias décadas con familias”, recalcan desde Harvard.
Las pautas son las siguientes:
- Trabajar el vínculo afectivo
Los expertos de Harvard aconsejan “trabajar para desarrollar relaciones afectuosas y amorosas con sus hijos” porque así “aprenden a ser cariñosos y respetuosos cuando se les trata de esa manera”. El apego, agregan desde la universidad, “los hace más receptivos a nuestros valores y enseñanzas”.
Esta pauta se ejecuta de múltiples formas en el día a día. Por ejemplo, señalan desde Harvard, pasando tiempo de calidad con ellos y manteniendo conversaciones significativas.
- Dar ejemplo
El segundo consejo de la universidad de Harvard para criar niños y niñas más cariñosas es “ser un modelo moral y mentor” para ellos y ellas. “Los niños aprenden valores y comportamientos éticos al observar nuestras acciones y las acciones de otros adultos a quienes respetan”, señalan.
En este sentido, los expertos de Harvard recalcan que “prestemos mucha atención a si está practicando la honestidad, la justicia y el cuidado de sí mismo”

- Priorizar el cuidado de los demás
Poner por delante de todo lo demás el cuidado de nuestros seres queridos “y establecer altas expectativas éticas” es el tercer consejo de los expertos de Harvard.
Según los profesionales de la facultad de Educación de la universidad norteamericana, “es muy importante que los niños escuchen de sus padres y cuidadores que preocuparse por los demás es una prioridad absoluta y que es tan importante como su propia felicidad”.
Esta pauta tiene mucho que ver, añaden desde Harvard, con “exigir a los niños altas expectativas éticas, como honrar sus compromisos, hacer lo correcto incluso cuando sea difícil, defender principios importantes de equidad y justicia e insistir en que sean respetuosos, incluso si les hace infelices incluso si sus compañeros u otras personas no se comportan de esa manera”.
- Dales oportunidades para demostrar su cariño
El cuarto cons ejo de los expertos de Harvard es que les ofrezcamos oportunidades a los peques para que muestren su cariño y gratitud. “Los estudios muestran que las personas que adoptan el hábito de expresar gratitud tienen más probabilidades de ser serviciales, generosas, compasivas y perdonadoras, y también tienen más probabilidades de ser felices y saludables”, afirman.
Para llevarlo a la práctica, uno de los hábitos que recomiendan los expertos de Harvard instaurar en la rutina familiar son las reuniones familiares “que permitan a los niños practicar cómo ayudar a resolver problemas familiares, como peleas entre hermanos, problemas para ir a la escuela y hacer que las comidas sean más placenteras”.

- Ampliar su círculo de preocupaciones
Este consejo puede sonar extraño porque lo habitual, como padres y madres, es proteger la infancia de nuestros peques tratando de quitarles preocupaciones. Es como un instinto natural.
Sin embargo, los profesionales de Harvard tienen claro que “casi todos los niños sienten empatía y se preocupan por un pequeño círculo de familias y amigos” y que, por ello, nuestro desafío es ayudarles a ampliar esa empatía y capacidad de preocuparse por más personas de su entorno. “Nuestro gran desafío es ayudar a los niños a aprender a tener empatía y preocuparse por alguien fuera de ese círculo, como un niño nuevo en clase, alguien que no habla su idioma, el conserje de la escuela o alguien que vive en un país lejano”, apuntan los expertos de Harvard.
- Ayúdales a reflexión
Potenciar en los peques la capacidad crítica, la reflexión y el pensamiento consciente es otra de las claves para criar niños y niñas más felices según los expertos de Harvard.
“Los niños están naturalmente interesados en las cuestiones éticas y lidiar con estas cuestiones éticas puede ayudarlos a descubrir, por ejemplo, qué es la justicia, qué deben a los demás y qué hacer cuando tienen lealtades en conflicto. Los niños también suelen estar interesados en asumir roles de liderazgo para mejorar sus comunidades. Quieren ser fuerzas para el bien”, reflexionan desde Harvard, cuyos expertos en educación aconsejan ayudar a los peques “a convertirse en pensadores y líderes éticos escuchándolos y ayudándolos a pensar en sus propios dilemas éticos”.
- Ayudarles a desarrollar el autocontrol
La gestión emocional no viene de serie, sino que se va adquiriendo a lo largo de la vida. Como padres y madres, podemos ayudar a nuestros hijos e hijas pequeños a aprender a reconocer sus emociones, a gestionar los sentimientos y a desarrollar el autocontrol.
“A menudo, la capacidad de cuidar de los demás se ve abrumada por la ira, la vergüenza, la envidia u otros sentimientos negativos”, argumentan los expertos de Harvard. En su opinión, “podemos enseñar a los niños que todos los sentimientos están bien, pero algunas formas de afrontarlos no son útiles. Los niños necesitan nuestra ayuda para aprender a afrontar los sentimientos de manera productiva”, concluyen.