¿Embriones frescos o congelados? La ciencia responde a las mujeres con baja reserva ovárica

Un ensayo clínico en nueve centros de fertilidad reveló resultados que desafían la estrategia de congelación total, utilizada comúnmente en tratamientos de reproducción asistida.
¿Embriones frescos o congelados?
La transferencia de embriones frescos se asoció a una tasa de nacidos vivos del 40%, frente al 32% con embriones congelados. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Una nueva investigación publicada en The BMJ desafía una práctica frecuente en reproducción asistida. En mujeres con bajo pronóstico para tratamientos de fecundación in vitro (FIV), la transferencia de embriones frescos produjo mejores tasas de nacidos vivos que la estrategia de congelación total, también conocida como "freeze-all".

El hallazgo podría modificar protocolos clínicos en todo el mundo, especialmente en pacientes con baja reserva ovárica o edad avanzada, que representan un grupo especialmente vulnerable en estos tratamientos.

Una práctica estandarizada, pero no igual de efectiva para todas

La congelación de todos los embriones antes de su transferencia se ha vuelto una estrategia habitual en FIV. Se realiza para reducir riesgos como la hiperestimulación ovárica y facilitar la programación de ciclos.

Sin embargo, esta técnica se validó mayormente en mujeres con buen pronóstico reproductivo.

Los datos eran menos claros en mujeres con baja respuesta ovárica o baja reserva de óvulos. En estas pacientes, caracterizadas por la baja cantidad de ovocitos obtenidos o bajos niveles hormonales, era incierto si congelar embriones antes de transferirlos mejoraba los resultados.

Para responder a esta incógnita, un equipo de investigadores de nueve centros de fertilidad en China llevó a cabo un ensayo clínico pragmático, aleatorizado y multicéntrico.

¿Embriones frescos o congelados? La ciencia responde para mujeres con baja reserva ovárica
El uso rutinario de congelación total podría no ser adecuado en mujeres con bajo pronóstico. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

El estudio: 838 mujeres, dos estrategias de transferencia

La investigación incluyó a 838 mujeres con bajo pronóstico, según criterios clínicos estándar, como la recuperación de nueve o menos ovocitos o una hormona antimülleriana (AMH) menor a 8,6 pmol/L.

Las participantes fueron asignadas aleatoriamente a dos grupos: uno recibió embriones congelados, otro recibió embriones frescos. La edad promedio fue de 33,5 años y se realizó seguimiento durante un año tras la asignación.

La evaluación principal fue la tasa de nacidos vivos luego de la primera transferencia de embriones. También se analizaron otras variables como embarazo clínico, nacidos vivos acumulados, peso al nacer y complicaciones materno-fetales.

Tabla de estudio
El estudio incluyó a 838 mujeres con baja reserva ovárica o baja respuesta a la estimulación. Crédito: BMJ

Resultados contundentes: mejor tasa de éxito con embriones frescos

Las tasas de nacidos vivos fueron mayores en el grupo de transferencia de embriones frescos: 40% frente a 32% en el grupo de embriones congelados.

La diferencia fue estadísticamente significativa, con una razón relativa de 0,79 a favor de la transferencia fresca (IC 95%: 0,65–0,94).

También se observaron tasas más altas de embarazo clínico (47% vs. 39%) y menores tasas de pérdida gestacional (23% vs. 31%) en el grupo de transferencia fresca.

Incluso la tasa acumulada de nacidos vivos al año fue superior en el grupo de embriones frescos: 51% frente a 44% en el grupo congelado. En cambio, no se encontraron diferencias significativas en complicaciones obstétricas, neonatalidad o peso al nacer entre ambos grupos.

Implicaciones clínicas: ¿un cambio de paradigma para pacientes con bajo pronóstico?

Los autores concluyen que la estrategia “freeze-all” no debería aplicarse de forma rutinaria en mujeres con bajo pronóstico. 

En este grupo, la transferencia de embriones frescos parece ofrecer mejores resultados en términos de nacimientos vivos, sin aumentar el riesgo perinatal.

El estudio también plantea dudas sobre otras prácticas clínicas extendidas, como la acumulación de embriones congelados a través de ciclos sucesivos antes de una primera transferencia, una estrategia que podría no aportar beneficios claros en estas pacientes.

Los investigadores recomiendan futuros estudios que analicen el número óptimo y la etapa de desarrollo de los embriones a transferir en estos casos. A su vez, un editorial vinculado advierte que los posibles beneficios de técnicas más complejas deben siempre superar los riesgos y costos asociados.

¿Embriones frescos o congelados?
Este ensayo aporta nueva evidencia para personalizar los tratamientos de fertilidad según el perfil de cada paciente. Ilustración artística: DALL-E / Edgary R.

Evidencia para una medicina más personalizada

Este ensayo clínico aporta evidencia sólida para adaptar el tratamiento de FIV al perfil específico de cada paciente. Lo que puede ser útil para mujeres con buen pronóstico, no necesariamente lo es para quienes tienen menor probabilidad de éxito.

Evitar la aplicación indiscriminada de la congelación de embriones podría mejorar las tasas de éxito en uno de los grupos más sensibles de pacientes en reproducción asistida.

Como siempre, la personalización y la evidencia deben guiar las decisiones clínicas.

Referencias

  • Wei D, Sun Y, Zhao H, et al. Frozen versus fresh embryo transfer in women with low prognosis for in vitro fertilisation treatment: pragmatic, multicentre, randomised controlled trial. BMJ. (2025). doi:10.1136/bmj-2024-081474

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