Una caja da mucho juego
Igual sirve para embalar un regalo o un electrodoméstico que para hacer una casa en la que jugar a los papás.

Más rápido
Una locomotora, un robot, un cohete espacial, un teatrillo de marionetas... todos esos improvisados juguetes y muchos, muchos más, se pueden montar con una o varias humildes cajas de cartón. Solo hay que tener un poco de imaginación (o copiar las sugerencias que aparecen en estas fotografías). Tijeras, rotuladores y algo de maña, no mucha, que tampoco hace falta ser un manitas.Será un plan perfecto para una fría tarde de invierno. Los niños pueden colaborar en los preparativos.

El cohete de Nicolás
Pocos objetos ofrecen tantísimas posibilidades como una caja de cartón. Primero es el envase en el que los Reyes Magos guardan el regalo del niño, pasados unos pocos días, si el pequeño se la encuentra en el dormitorio o el salón, será exactamente lo que él quiera que sea, desde un cohete en el que atraviesa el espacio hasta el mostrador de una tienda en la que compra o vende alimentos. Siempre le permite jugar a lo que a él le apetezca, y no importa si el niño es grande o pequeño, una caja de cartón da juego a cualquier edad.

¿Jugamos a las casitas?
Les encanta jugar a las casitas: cocinar, dormir, llevar a los muñecos al colegio, comer, ellos imitan los gestos de los adultos. Si vienen niños a casa, lo ideal es contar con más de una caja grande (hay que guardar para estas ocasiones las de los electrodomésticos) y algunas más pequeñas para crear cocinitas, lavadoras o teléfonos. ¡Nos sorprenderá ver cómo hacen de mayores!

Un robot invencible
En un plis plas se consigue un sencillo disfraz con una sola caja de tamaño medio (una televisión, por ejemplo, que se pone sobre la cabeza) o uno más complejo y de alta tecnología (un robot) pegando varias cajas de distinto tamaño. Jugar a los disfraces es una actividad ideal para esos días en los que vienen primos o amiguitos a casa.

¿Dónde estoy?
Algunas veces los niños se recogen en un espacio muy reducido para pensar, charlar con el amigo invisible o serenarse después de una rabieta. Cuatro paredes de cartón también son un buen lugar para esconderse y esperar a que papá y mamá los echen de menos y los busquen «desesperados» por toda la casa.

Vamos de paseo
No siempre los coches teledirigidos y con muchas funciones son los más interesantes. En este sencillo utilitario que no hace nada ni ha costado un céntimo, el pequeño puede meterse dentro y conducir hasta la casa de los abuelos o llevar a su mascota al veterinario. Los objetos de uso cotidiano tienen la ventaja de estimular su creatividad y su imaginación.

¡Barco pirata a la vista!
Aunque esté solo, el niño puede embarcarse en aventuras emocionantes como las que viven los piratas de las películas, y si juega con su padre, las peripecias son más asombrosas. Lo bueno es que para sentir que está en el océano no necesita el espacio amplio de un jardín, puede navegar millas sin salir de las cuatro paredes del dormitorio.