¿Cómo ayudo a mis hijos a aprobar el carnet de conducir?
Cuando nuestros hijos se hacen mayores empiezan los retos para ellos, como el de sacarse el carnet de conducir. Os dejamos las claves para ayudarles a pasar esa prueba al volante.
El carnet de conducir es uno de los primeros retos a los que se enfrentarán nuestros hijos con la mayoría de edad. Como padres vamos a intentar hacerles más fácil ese proceso, repleto de miedos y nervios, aportando la experiencia de haber pasado por ello. Las prisas y la falta de planificación son las principales causas de suspenso, junto con las ansias de aprobar más allá de sentirse seguro al volante. En esta galería os aconsejamos concienciar, tranquilizar y enfocar los objetivos de vuestros hijos. El mejor truco para aprobar el examen práctico es subir en el momento adecuado.
Muchos no recordamos cómo nos sentimos cuando nos tocó superar nuestros primeros desafíos como adultos. La vida nos concede muchos otros retos, tanto laborales como personales, y las emociones pueden olvidarse con el tiempo. En nuestra época, sacarse el carnet de conducir era el mejor regalo que podían traer los dieciocho. Al fin podríamos ser hombres y mujeres independientes, con la movilidad en nuestras manos y un mundo por recorrer. Durante las últimas décadas se ha ido complicando el acceso al permiso de conducir, siendo más largo y con algún que otro cortafuegos previo. Los nervios, la tensión y los miedos siguen siendo el caldo de cultivo perfecto para el suspenso, tal como demuestran los números.
Solo el 27% de los alumnos aprueban el examen práctico de conducir a la primera, frente a los 44,7% del examen teórico. Los estudios los llevan mejor, de eso no cabe duda, y la costumbre les hace más fácil memorizar los aspectos clave de un tipo test. Sin embargo, cuando llega el momento de la verdad un gran porcentaje pincha.
Según los datos extraídos por un estudio de Fomaster, Asociación Profesional de Empresas Formadoras en Logística, Transporte y Seguridad Vial, es de vital importancia trabajar en la formación de los conductores de manera previa. El ratio de suspensos es demasiado elevado y se da, en primera instancia, por el colapso que sufre el sistema de evaluación. Al año se realizan más de un millón y medio de exámenes, cuando deberían situarse sobre el millón. Eso se debe a los repetidores, que elevan los tiempos de espera y exigen demasiado de un procedimiento que no llega a todo. Por eso es esencial incentivar a subir al examen cuando se está preparado, no lo antes posible.
Las prisas matan
En Marruecos es muy conocida la frase: prisa mata amigo. Ellos lo trasladan a todos los aspectos de la vida, no solo a la carretera y no les falta razón. El estudio realizado por Fomaster revela un problema principal a la hora de suspender el examen práctico de conducir: la prisa por sacárselo de encima.
Los datos lo demuestran
Los alumnos españoles necesitan una media de 1,48 exámenes prácticos para sacarse el carnet de conducir B. Eso significa que, por cada 100 alumnos aprobados, hemos tenido que realizar 148 exámenes. Eso, para un sistema de Centros de Exámenes de la DGT colapsado desde su raíz, es un sinsentido.
¿Por qué no sucede con el teórico?
Los alumnos más jóvenes están acostumbrados a aprenderse las preguntas con sus respuestas, algo a lo que se enfrentan diariamente en la escuela. No tratan de interiorizar el enunciado ni se preguntan el porqué de la respuesta, sencillamente la almacenan. Por eso os recomendamos elegir muy bien la autoescuela, que sea motivadora y que no se conforme con sumar aprobados.
Mejor con calma
Según Formaster: “Hay que buscar una formación en Seguridad Vial integral donde el alumno encuentre en las autoescuelas una formación teórico-práctica de calidad con un seguimiento y planificación desde el primer minuto que empieza a sacarse el carné”. Es decir, marcar los puntos necesarios para pasar al siguiente nivel. Si el alumno no está preparado se le debe comunicar, haciéndole ver que puede perder el tiempo pero también dinero.
¿Qué trucos podemos darle a nuestro hijo?
El primero, y más importante, es la paciencia. El proceso conlleva una inversión económica sí, pero el suspenso es todavía peor. Deben estar seguros de sus posibilidades al volante y no tomarse el examen como un todo o nada. Os recomendamos buscar una autoescuela con un programa cerrado, con una duración determinada, pese a ser algo más caro.
Trucos para la teórica
La Seguridad Vial va más allá de un tipo test. Concienciar a nuestros hijos de la importancia de la seguridad les ayudará a tomarse las clases teóricas con más implicación y concentración. La idea no es aprobar sino entender que la carretera es de todos y, como tal, deberemos respetar las normas para no sufrir percances que pueden ser trágicos.
Trucos para la práctica
El objetivo principal del examen práctico es sentirnos seguros al volante, para circular sin problemas y no agobiarnos con la presencia de otros vehículos. No se trata de aprender a conducir rápido o mejor, la circulación es adquirir hábitos y desarrollar habilidades en el tráfico real. Más adelante, puedes inscribir a tu hijo a un curso de conducción donde podrá ir más allá.
No hay que subir enseguida
Existirán conductores que aprenderán a circular con 10 prácticas, otros necesitarán 40. La preparación previa le ayudará a subir al examen tranquilo, seguro de sí mismo. Esta será la primera vez que la decisión dependerá de tu hijo, y solo de él. Vosotros podéis hacerle ver que no hay prisas, que no pasa nada por necesitar más tiempo. No se le pasará ningún tren, ni llegará tarde a nada.
Nada de tranquilizantes
Debemos evitar la medicación o los relajantes, algo que no podrá tomarse en la vida real cada vez que quiera irse por ahí con nuestro coche. Lidiar con los nervios es el mejor entrenamiento para lo que tiene que llegar, una vida repleta de retos y desafíos que conseguirá superar.
Si suspende, más calma
Tal como hemos comentado anteriormente, solo el 27% de los alumnos aprueban a la primera. Si vuestro hijo ha sido paciente, ha subido cuando estaba convencido y, aún y así, ha suspendido, tiene otra oportunidad. Ese será el momento clave para tranquilizarle, ya que de volver a suspender implicaría un coste económico superior. Por ese motivo, sale a cuenta hacer más prácticas. Las que sean necesarias hasta que vuelva a tener confianza.
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