Mamitis: cuando los niños solo quieren estar con mamá, ¿por qué ocurre esto?

Es habitual que, en los primeros años de vida, los niños tengan cierta preferencia a estar con mamá. Muchos lo llaman “mamitis”, pero ¿es algo normal en el desarrollo? A continuación te lo contamos.
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En la etapa temprana de la vida, es común observar que los niños desarrollan una fuerte preferencia por estar con su madre. No es que rechace a su padre, está pasando por una etapa en la que es su madre la única persona que le hace sentir totalmente seguro. Ella es su figura de apego, la plataforma desde la que va a lanzarse a explorar otras relaciones. También necesita un poco de ayuda para poder confiar en otros. Y eso se consigue pasando tiempo con más gente, pero sabiendo que mamá está ahí para cualquier cosa. Sin prisa, y sobre todo sin forzarle, aumentará su autonomía.

¿Qué es la mamitis y por qué surge?

Definición y características de la mamitis

Cuando hablamos de "mamitis" nos referimos a una etapa del desarrollo infantil en la que los niños muestran una fuerte preferencia por estar con su madre. Esta fase es especialmente común entre los 10 y 18 meses de edad, cuando los pequeños comienzan a explorar su entorno pero aún dependen de la figura materna para sentirse seguros.

Como adelantábamos, es importante tener en cuenta que la mamitis no es un rechazo hacia el padre u otros cuidadores, sino una manifestación del vínculo afectivo y la necesidad de seguridad que los niños experimentan en esta etapa. Y entender que este comportamiento es temporal y forma parte del proceso natural de crecimiento es importante para saber llevarla.

La figura de apego y su importancia en la infancia

La madre, al ser generalmente la principal cuidadora, se convierte en esa figura de referencia que proporciona confort y estabilidad. Un vínculo afectivo que permite al niño explorar el mundo con confianza, sabiendo que puede regresar a un entorno seguro cuando lo necesite.

Así, la mamitis es una expresión de ese apego seguro y que el niño busque la cercanía de su madre para sentirse protegido mientras comienza a interactuar con el mundo exterior es normal.

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¿La mamitis es frecuente en los niños pequeños?

Etapas comunes de la mamitis

Entre los 10 y los 18 meses, los niños empiezan a ser más autónomos: ya pueden andar, explorar la casa o pedir lo que quieren. Sin embargo, necesitan a sus padres con la misma intensidad que cuando eran bebés. De ahí que busquen algo a lo que agarrarse y si es la mano de mamá, mucho mejor.

Esta será una etapa pasajera que olvidarán en poco tiempo. Entre los dos y los tres años, los niños se relacionan con otras personas, hacen amistades o pasan más tiempo en el parque jugando con otros pequeños. Todo eso conlleva conocer mucha gente nueva y, al principio, pueden sentirse más cómodos si su madre está cerca para darles seguridad.

Factores que intensifican la mamitis

Existen varios factores que pueden intensificar la mamitis en los niños:

  • Algunas circunstancias, como la llegada de un hermano pueden descolocar su mundo. El único método que conocen para llamar la atención es dejar que todos sus cuidados (desayuno, lavado de dientes, hora de dormir...) recaigan únicamente en manos de la madre. De hecho, para el niño, es su mamá la que se ha olvidado de él.
  • Lo mismo ocurre si ella siempre ha estado en casa y se incorpora al trabajo tras una excedencia. En ese caso, la “mamitis” será casi imposible de evitar. En este caso se cuenta con una ventaja: se puede preparar al niño para que la separación no sea traumática.
  • Otros cambios menos drásticos, como una mudanza o una cuidadora nueva, pueden hacer saltar las alarmas. Entonces, por mucho que papá se lo proponga, el pequeño decidirá que de reparto de tareas en casa, nada de nada. Por lo que respecta a él, mamá es su 'encargada'.
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La normalidad y temporalidad de esta fase

Como decíamos, la mamitis es una fase normal y temporal en el desarrollo infantil. Y a medida que los niños crecen y se vuelven más seguros de sí mismos, la necesidad de estar constantemente con la madre disminuye.

Generalmente, esta etapa comienza a desaparecer alrededor de los tres años, cuando los niños desarrollan una mayor autonomía y confianza en sí mismos. Aún así es importante que los padres manejen esta fase con paciencia y comprensión, fomentando la independencia del niño sin forzar la separación abrupta de la madre.

¿Por qué hay más preferencia por estar con mamá?

El papel de la madre en el desarrollo emocional

Durante los primeros años de vida, es natural que los niños desarrollen un fuerte vínculo emocional con sus cuidadores primarios. Sin embargo, es frecuente que tengan un mayor apego hacia la madre. Esta conexión emocional hace que el niño se sienta más seguro y protegido cuando está con mamá. El tiempo de crianza y el vínculo emocional temprano pueden influir en la preferencia del niño por la madre.

Es importante tener en cuenta que esta preferencia por la madre es una etapa normal en el desarrollo del niño pero puede variar en intensidad de un peque a otro. Con el tiempo, a medida que los niños crecen, se vuelven más independientes y comienzan a explorar el mundo de manera más autónoma. Es entonces que la necesidad de estar constantemente con la madre puede disminuir. 

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¿Qué significa para la relación con el padre?

Es esencial destacar que la preferencia por la madre no significa que los niños no valoren o quieran a su padre. Cuando los niños crecen y desarrollan relaciones más profundas con ambos padres, es común que busquen la compañía y el apoyo de ambos de manera equilibrada. El vínculo con el padre también se fortalecerá a medida que se involucre más en la crianza, cuidado y la interacción con el niño.

Los psicólogos insistimos en que a esta edad el pequeño todavía no es consciente de que negándose a estar con su padre podría estar castigándole o haciéndole sufrir, aún no tiene la capacidad de ponerse en el lugar del otro. Se muestra inseguro y, de momento, con mamá le resulta todo más fácil. Por eso es importante no darle mucha importancia a frases como: 'Contigo no, con mamá', y actuar como si nada hubiera pasado.

Consejos para manejar la mamitis

Fomentar la confianza y autonomía en el niño

Aunque la mayoría de los padres vivan este tipo de situaciones con angustia, lo cierto es que hay solución. Y es más sencilla de lo que podría parecer a simple vista: se trata de generar en el niño cierta confianza y autonomía y que así deje de sentir inseguridad cuando no está con su madre.

Prepáralos para transiciones y separaciones

Si las transiciones y separaciones suelen ser desafiantes para los niños ya de por sí, en la fase de mamitis esto se intensifica. Preparar al niño para estos cambios es clave para minimizar el impacto emocional. ¿Cómo? Los padres pueden hacerlo hablando con el niño sobre lo que va a suceder, utilizando un lenguaje simple y positivo.

Introducir gradualmente nuevas rutinas o cuidadores también puede ayudar al niño a adaptarse sin sentirse abrumado. Proporcionar un objeto de consuelo, como una manta o un juguete favorito, puede ofrecer seguridad adicional durante las separaciones. Con el tiempo y la preparación adecuada, el niño aprenderá a manejar estas transiciones con mayor confianza.

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La importancia de no forzar interacciones

Algunos niños corren a refugiarse en las faldas de su madre cuando llegan invitados en casa. Todo el mundo los mira y les dice cosas con una gran sonrisa, pero, cuantos más esfuerzos hacen, más se aferran los pequeños a las piernas de su madre.

No es bueno forzarles a saludar y dejarse coger por extraños. Los niños, igual que los adultos, necesitan su tiempo antes de tomarse ciertas confianzas. Poco a poco, cuando se encuentren a gusto y dejen de sentirse 'vigilados', se relajarán. Mientras tanto, mejor dejarles su espacio.

¿Cómo afecta la mamitis a la familia?

Impacto en la madre y en la vida diaria

La constante necesidad del niño de estar cerca de su madre puede resultar agotadora, limitando el tiempo personal y las actividades de la madre. Algo que a su vez puede generar sentimientos de estrés y ansiedad en la madre.

Por ello es importante que la madre busque apoyo, bien sea del padre, de familiares cercanos o de amigos, para compartir con ellos las responsabilidades y encontrar tiempo para sí misma. Mantener un equilibrio es esencial para el bienestar de toda la familia.

Cómo gestionar el estrés y la ansiedad asociados

Gestionar el estrés y la ansiedad asociados con la mamitis requiere estrategias efectivas y apoyo emocional. Practicar técnicas de relajación, como la meditación o el ejercicio físico, puede ayudar a reducir el estrés. El establecer rutinas claras y consistentes también puede ayudar a crear una sensación de control y estabilidad tanto para los padres como para el niño.

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¿Cuándo buscar ayuda profesional?

Signos de alerta en la mamitis prolongada

Aunque la mamitis es una fase normal del desarrollo, existen signos de alerta que pueden indicar la necesidad de buscar ayuda profesional. Así pues, si el comportamiento del niño persiste más allá de los tres años o interfiere significativamente con su capacidad para interactuar con otros niños y adultos, puede ser necesario consultar a un especialista.

También si este apego se vuelve tan excesivo que provoca ansiedad o rabietas intensas cuando la madre no está presente es necesario acudir a un profesional que nos ayude a tratarlo.

Recomendaciones para acudir a un especialista

Si los padres observan que la mamitis está afectando negativamente al niño o a la dinámica familiar como hablábamos anteriormente, es recomendable acudir a un especialista en desarrollo infantil o un psicólogo. Ellos sabrán orientarnos y crear estrategias personalizadas para abordar el apego excesivo y fomentar la independencia del niño.

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