Dilemas de la maternidad vol. II: educar en la diversidad corporal

Reflexiones sobre cómo empoderar a nuestras hijas y desvincularlas de estereotipos de belleza sesgados.
Madre e hija

La forma más efectiva que encuentro para empatizar con mis hijos no es acudir a informes o estudios, ni hablar con otros padres sobre qué preocupaciones creen que rondan las cabezas de los suyos, de edades similares a las de los míos. El modo en el que consigo acercarme a sus preocupaciones y ponerme en su lugar para intentar ayudarles y acompañarles es volver a mi infancia. Pensar cómo me sentía yo, cuando era tan niña como ellos, tan inocente, tan vulnerable, ante un mundo que no paraba de cambiar, de juzgarme y de lo que es peor, de decirme, de un modo u otro, que siempre tenía que mejorar. 

Hay un asunto en el que ni siquiera tengo que hacer esa labor de retrospectiva para ponerme en su lugar, porque es una presión a la que como adulta y mujer sigo sujeta. Hablo de la tiranía del físico y de los cánones de belleza. Y para ahondar en el tema, permitidme centrarme en la preocupación que me genera este asunto especialmente si pienso en mi hija.

Yo tengo el pelo rizado y así lo han heredado también mis hijos. A día de hoy, y desde hace muchos años, me lo plancho, porque crecí admirando las largas y rubias cabelleras de princesas Disney, presentadoras de televisión y modelos de portada. Del mismo modo, el momento capilar favorito de mi hija es cuando, justo después de la ducha, aún húmeda y peinada, su melena salvaje parece lacia y dócil: ¡Me encanta! me espeta con ilusión y entusiasmo, deseosa, estoy convencida, de que ese momento durara para siempre. 

Madre e hija - Getty Images

Ojalá pudiera ser yo, hija mía, tu referente en empoderamiento curly, pero habiéndolo intentado ya varias veces, al dejar mi pelo al natural no me siento yo misma, no me reconozco, por tantos años de alisados japoneses impostados que han diluido mi esencia a imagen y semejanza de los referentes que consumí cuando era tan pequeña como tú.

Hay una escena de la serie española Tú no eres especial en la que la protagonista, Amaia, trata de empoderar, desde el amor y el humor, a su hermana, que sufre bullying en el colegio por su pelo y su color de piel, y que me ha recordado al tema que estoy abordando:

Por eso veo tan importante este nuevo movimiento que algunos tachan de innecesario y transgresor. Por eso me emocioné cuando Disney estrenó Tiana y cuando me preguntas quién me parece la más guapa de Encanto, te digo que Mirabel, aunque esté tan sesgada que también me lo parezca Isabella, pero creo que estoy a tiempo de fraguarte un criterio más rico e inclusivo que el mío.

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Por eso, también agradezco que las curvas de Nathy Pelusso hayan ganado espacio a tantas Britney Spears en las fiestas de fin de curso y que tu abuela se esté dejando las canas porque ha entendido que la vejez es una conquista, no algo de lo que avergonzarse, y que tú estés siendo testigo de todo esto, de esta gran revolución

Y así, impulsada por la motivación de ser un buen referente para mi hija, la maternidad me ha regalado un camino hacia la aceptación y hacia una mejor autoestima, que pienso recorrer con ella de la mano, beneficiándome de una época que, si bien es más complicada en muchos aspectos, valora la riqueza de la diversidad mucho más que las anteriores. 

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