Tres sencillos trucos con los que convertir el caos de la mañana con los niños, en un remanso de paz

Que todo fluya, que las mañanas dejen de ser un caos y que nadie llegue tarde a ningún sitio, parece un imposible y sin embargo, solo hay que ponerle intención y grandes dosis de paciencia.
Diez errores que todos hemos cometido alguna vez en el desayuno

No es fácil, para la gran mayoría de las familias las mañanas no son precisamente el momento más sencillo del día. Poner a todo el mundo en marcha, organizar desayunos, mochilas, ropa y depende de la edad incluso duchas matutinas. Parece una ginkana en la que demasiadas veces perdemos los nervios y el buen humor.

A no ser que nos lo tomemos de otra manera. Si hasta ahora lo que estábamos haciendo no funciona como nos gustaría, vamos a probar a hacerlo todo de otro modo. Hay que cambiar de camino si queremos llegar a un sitio distinto.

Un cambio de enfoque

Puede que no sea factible que toda la organización recaiga sobre una sola persona o que vayamos improvisando sobre la marcha o que nos surjan demasiados imprevistos que realmente no lo son tanto.

Lo primero es hacer un cambio de enfoque en el que es muy recomendable que participe toda la familia, esto es más un trabajo en equipo que un pelotón militar siguiendo las órdenes del comandante supremo.

Cada uno puede analizar su propia rutina matutina, puede deducir cuales son sus puntos más flojos para identificar los problemas y sobre todo, puede plantear soluciones creativas y eficaces que beneficien a todos.

No todos los niños tienen las mismas habilidades, es bueno valorar a cada uno y ofrecerles distintas opciones.

La información es tranquilidad

A todos nos gusta saber qué estamos haciendo y por qué lo hacemos, a los niños también, les gusta estar informados de lo que pasa como el resto de la familia y demasiadas veces, por las prisas, nos olvidamos de contarles lo que pasa, lo que hay que hacer, el tiempo que tenemos y un poco todo.

Por eso es interesante compartir el horario, que todos lo veamos. Se trata de crear una rutina visual teniendo muy en cuenta que las rutinas les dan seguridad a nuestros hijos.

Una rutina visual donde podamos anotar el horario nos va a servir de recordatorio y vamos a poder controlar más y mejor el tiempo, cada uno el suyo.

Para eso es importante que todos sepamos cual es la rutina matutina, que cada uno pueda planificar su parte, comentarla incluso por si alguien necesita algo más de ayuda y para que si ocurre algún imprevisto todos sepamos cómo afrontarlo.

No todo sirve para todos

Cada familia es un mundo y cada persona también lo es, cada uno tenemos nuestros puntos fuertes y flojos, nuestras preferencias, necesidades y dificultades así que lo mejor es que nos centremos en los puntos fuertes, lo que se nos da mejor para beneficiar al conjunto y conseguir que las rutinas matutinas vayan como la seda.

Por ejemplo, si a uno de los niños le cuesta menos levantarse que al otro pues que ese sea el primero en entrar en el baño, así puede tener más tiempo para despertarse al que le cuesta más salir de la cama o quizás, si ha crecido suficiente, él o ella sean los que pueden apurar más el tiempo de sueño si son los que más rápido reaccionan.

Y sin embargo al que le cueste más despertar tendrá que tener previsto, la noche anterior, la ropa que va a ponerse, haber dejado lista la mochila o alguna tarea semejante.

En el mismo barco

Es un detalle pero a veces por culpa de la prisa se nos olvida que aún en el mayor caos todos estamos trabajando por conseguir una meta común que es llegar a tiempo cada uno a sus obligaciones habituales y a poder ser, conseguirlo sin perder la sonrisa y la energía positiva, para empezar la jornada de la mejor manera posible.

Podemos ayudarnos entre todos para conseguirlo, podemos colaborar cada uno de la mejor forma que sepa y pueda porque siempre, estamos todos en el mismo barco.

tres sencillos trucos que consiguen bajar el estrés a las mañanas. 

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