Carta de una mamá al padre de su hijo que las abandonó

El testimonio de la vivencia de una mamá soltera que no lo fue por elección propia.
Carta de una mamá al padre de su hijo que las abandonó
Carta de una mamá al padre de su hijo que las abandonó. - senivpetro/Freepik

Cuando estás embarazada, normalmente es un momento de felicidad y alegría. Pero hay situaciones que pueden complicar ese momento, como cuando el padre decide no hacerse cargo de su responsabilidad pero tú si quieres seguir adelante y afrontar la maternidad en solitario. ¿Serás capaz de hacerlo todo sola?

Ser madre soltera puede ser difícil a nivel económico, pero además de eso hay una carga emocional que puede incluir sentimientos como la rabia, la soledad o el miedo. Por no hablar del agotamiento. ¿Qué se puede hacer para poder disfrutar de la maternidad sin ese padre que decidió marcharse?

  • Cuida tu autoestima. Piensa en todo lo bueno que tienes y lo que has conseguido hasta ahora, en todo de lo que eres capaz.
  • Escribe un diario. En el diario escribe todas tus preocupaciones, aquello que quieres mejorar o cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Escribir un diario te ayudará a estar mejor emocionalmente y a ver las cosas desde otro punto de vista.
  • Busca un grupo de apoyo. No eres la única que pasa por esto. Busca un grupo de apoyo presencial u online de madres solteras para poder compartir la experiencia  con otras mujeres que están pasando por lo mismo. Te podrán apoyar cuando lo necesites: ellas te entenderán mejor que nadie.
  • Mantén una actitud positiva en la medida de lo posible. Cuando te venga a la mente un pensamiento negativo, acéptalo y deja que se marche. No le des importancia y permite que por cada pensamiento negativo que entra en tu mente, potencies uno positivo. Recuerda que escribir el diario te ayuda mucho en esto.
  • Busca ayuda profesional de un psicólogo si no sabes cómo lidiar con tus emociones y pensamientos.

Carta de una madre soltera al padre que decidió marcharse

Esta carta la escribió una madre soltera cuando el padre decidió dejarle mientras estaba embarazada. Ella sintió miedo, culpa y mucha tristeza… pero con el tiempo se dio cuenta de que la decisión de tener a su bebé fue la mejor que había tomado en su vida. Es un caso personal, cualquier otra emoción es igual de válida

“Aún recuerdo cuando te dije que estaba embarazada; fue un proceso muy largo, y aunque al principio me hiciste creer que te emocionaba la idea de ser padre, tu abandono y tu falta de apoyo durante esa etapa me demostraron lo contrario. En el fondo siempre supe que nunca sacrificarías tu libertad y tu estilo de vida para ser mi esposo, mucho menos para ser padre.

Mi embarazo fue un momento agridulce, pues al principio pensé que estaba sola. Nunca me acompañaste a ninguna cita, no me preguntabas cómo me sentía y mucho menos te importó involucrarte en las compras o los preparativos para armar el cuarto donde dormiría nuestro hijo. Pero ese dolor ya pasó, se fue pronto y hoy tengo una manera distinta de ver las cosas. Y cuando sentí sus pataditas en mi vientre por primera vez, me di cuenta de que jamás estaría sola de nuevo.

Cuando te fuiste lloré como nunca antes, porque de un momento a otro me di cuenta de que tendría que sacar adelante a mi hijo sola y tuve mucho miedo. No me sentía capaz de lograrlo, sentía que la vida se me iba y que yo no sería suficiente para que mi bebé, esa criatura tan pequeñita y frágil, estuviera bien. Pero afortunadamente me equivoqué.

Ver a mi niño crecer me da fuerza para seguir adelante. Cada vez más inquieto, más despierto y más inteligente. Me recuerda mucho a ti en algunas cosas. Y no te preocupes, jamás le hablaré mal de su padre porque, aunque no afrontaste la responsabilidad, sé que al igual que yo, tomaste una decisión muy difícil y no te juzgo por eso. Pero la diferencia entre nosotros es que yo sí asumí mi papel y me siento orgullosa de ello.

Carta de una madre soltera al padre que no se quiso hacer responsable. - Unsplash

Fue difícil. Me costó muchas noches de desvelo y llanto en silencio para no despertarlo, pero ahora sé que quizá todo hubiera salido mal si te hubieras quedado, porque parte de ser padre es cambiar los malos hábitos y convertirse en un ejemplo a seguir, algo que tú nunca has querido hacer. Hoy sé que fue mejor así, porque con tus noches alocadas, las resacas y el aliento a tabaco, ¿qué ejemplo le hubieras dado a nuestro hijo?

Como dije antes, no voy a juzgarte y tampoco le voy a negar a mi niño el derecho de saber que tiene un padre, aunque nunca hayas estado ahí cuando se enfermó, ni en sus festivales escolares, ni esas noches cuando el monstruo del armario lo aterrorizaba. Pero eso no importa, ¿sabes por qué?, porque siempre fui suficiente para él. No le negaré la verdad, pero tampoco voy a formarle una imagen de ti. No te niego verlo, simplemente tú no quisiste acercarte nunca, y de ahí él formará su propia imagen de ti.

Sólo me queda darte las gracias; de no ser por ti nunca hubiera conocido el verdadero amor, uno que llegó a este mundo pesando 3 kilos con 200 gramos y midiendo 51 centímetros. Ese amor que me dice «buenos días, mami» y me da un abrazo cuando llego a recogerlo a la escuela. Gracias por no ser lo suficientemente valiente para afrontar los cambios que llegaron junto con ese pedacito de felicidad. Erróneamente te veía como el amor de mi vida, pero hoy sé que el que tengo ahora durará para siempre.

Espero que no te arrepientas de haber hecho a un lado a este ser maravilloso que se preocupa por los demás, que ha encontrado en su abuelo una figura paterna que le ha dado fuerza, le ha enseñado valores y le ha demostrado lo que significa ser un hombre. Porque tú nunca estuviste a la altura, y no lo digo para ofenderte, sino para desearte la mejor de las suertes.

Gracias de nuevo, y espero que pronto encuentres la felicidad que yo siento hoy al ser madre, esa felicidad que tú mismo te has negado”.

-Anónima-

Recomendamos en