La inteligencia, como muchos otros rasgos, se ve influida por una combinación de factores genéticos y ambientales. Sin embargo, investigaciones recientes han identificado que los genes maternos tienen un papel predominante en el desarrollo intelectual de los hijos. Este descubrimiento subraya la importancia del material genético que heredamos y cómo se combina con el entorno para moldear nuestras capacidades cognitivas.
Este estudio, llevado a cabo por el Medical Research Council Social and Public Health Sciences Unit en Glasgow, arroja luz sobre un tema que siempre ha generado curiosidad: ¿de quién heredamos nuestra inteligencia? Según la investigación realizada, los genes maternos juegan un papel clave en la formación del intelecto de los hijos. Este hallazgo se suma a la creciente evidencia de que la genética, en combinación con el entorno, influye significativamente en el desarrollo cognitivo.

La inteligencia: un gen condicionado por el cromosoma X
Los investigadores descubrieron que los llamados genes condicionantes, responsables de ciertos rasgos, como la inteligencia, se activan dependiendo de su origen parental. En este caso, el estudio, que incluyó a casi 12.000 jóvenes, mostró que el coeficiente intelectual de la madre es el mejor predictor del de sus hijos. Esto se debe a que los genes relacionados con la inteligencia se encuentran en el cromosoma X, del cual las mujeres tienen dos copias, aumentando la probabilidad de transmitir esta característica.


Aunque entre el 40% y el 60% de la inteligencia es hereditaria, el resto se ve influenciado por factores ambientales, educativos y socioeconómicos. La crianza, la calidad de la educación y el entorno en el que crecen los niños también son determinantes clave para su desarrollo intelectual y emocional.